Hace tan sólo unos días era un temor. Hoy es ya una realidad: la región del Nagorno-Karabaj, poblada por armenios desde hace cerca de 2.000 años, ha dejado de existir.
Sobre el papel, la República de Artsakh (el nombre armenio por el Nagorno-Karabaj), se extinguirá el próximo 1 de enero del 2024. Pero en la práctica, el enclave ya ha perdido desde la invasión azerí más del 90% de su población.
Este éxodo masivo, pese a los llamamientos oficiales de Azerbaiyán para que la población se quedara en su casa, confirma los peores temores que Cruz Roja y el gobierno de Armenia ya habían expresado. También deja en evidencia el odio y la violencia que las etnias turcas que rodean a Armenia, tanto en el este (Azerbaiyán) como en el oeste (Turquía) han descargado repetidamente contra los cristianos armenios en los últimos 100 años.
Son hechos que están teniendo en Europa muy escaso eco. Pero dejando a un lado la deuda moral que los países europeos tienen hacia sus primos armenios, desde un punto de vista puramente geopolítico es una catástrofe que se añade a la larguísima lista de fracasos de la Unión Europea dirigida por el dúo conformado por Charles Michel (presidente del Consejo) y Ursula von der Leyen (presidenta de la Comisión).
La incompetencia y cobardía de Michel ya se hicieron evidentes cuando se produjo el incidente del «Sofagate», cuya víctima fue la propia Von der Leyen (quien por su parte demostró tener poco respeto hacia su propia persona). Paradójicamente, ambos quedaron en ridículo ante un turco, el presidente Recep Tayyip Erdogan.
En vez de dimitir, Michel ha seguido por desgracia representando a la Unión Europea al más alto nivel. Recientemente, se ha intentado posicionar como una personalidad clave para resolver el conflicto del Cáucaso, pero sin duda su falta de credibilidad ha hecho mucho daño a la causa que afirma defender.
De hecho, según Politico, la única llamada que Michel ha hecho recientemente al presidente azerí Ilham Aliyev ha sido para pedir que tratara bien a los armenios del Artsakh. Esperamos que lo hiciera de forma educada.
En cuanto a Von der Leyen, ni siquiera ha condenado al dictador del país, al que describió hace unos meses como uno de los socios más «fiables» de Europa. Esperpéntico.
Tampoco ha servido para disuadir al atacante, la misión civil de observación de la UE en Armenia (EUMA), que se desplegó en enero de 2023 y que debía vigilar la frontera entre Armenia y Azerbaiyán.
Las sanciones contra el régimen azerí son una posibilidad remota
La realidad es que Michel y Von der Leyen tienen las manos atadas ya que ellos mismos han declarado Azerbaiyán como un «socio crucial» para el abastecimiento de gas natural en detrimento de la Rusia de Vladímir Putin.
Así dejaron bien claro en Azerbaiyán que las sanciones contra su régimen son una posibilidad remota, animándole a invadir el enclave armenio (de hecho, sólo un reducido grupo de 60 eurodiputados ha puesto sobre la mesa la cuestión de las sanciones económicas).
Michel y Von der Leyen tampoco pueden permitirse levantar el tono contra el indispensable cómplice de Azerbaiyán, Turquía, quien puede seguir chantajeando con la inmigración en Europa todo lo que quiera porque Siria sigue siendo un estado fallido.
En el fondo de cada una de estas situaciones encontramos decisiones políticas que han resultado ser catastróficas desde el punto de vista de los intereses europeos: fomentar la caída de Bashar el Asad sume a la UE en una serie interminable de crisis de los refugiados; intentar aislar a Rusia económicamente ha disparado el precio de la energía y acelerado el bajón industrial alemán.
Con este historial, era previsible que Michel y Von der Leyen abandonaran el pueblo armenio ante la primera dificultad. Si estos dos personajes tuvieran un mínimo de decencia, ya habrían dimitido. Desgraciadamente, para los europeos, parece todo lo contrario, están dispuestos a permanecer tanto tiempo en el cargo como sea posible, y de hecho se dice que Von der Leyen intentaría un segundo mandato al frente de la Comisión.
Con este historial, era previsible que Michel y Von der Leyen abandonaran el pueblo armenio ante la primera dificultad Share on X