Primer viaje de Xi Jinping a Europa después de la pandemia

Dos únicas superpotencias

El futuro del mundo depende esencialmente de las relaciones entre las dos únicas superpotencias hoy existentes en el planeta: Estados Unidos, potencia hegemónica, y China, potencia reemergente. Dicen los analistas que estas relaciones son de tres tipos: competición (inevitable), cooperación (deseable) y conflicto (peligro).

Estados Unidos lidera el “Occidente Global“ y China el “Este Global”. El llamado “Sur Global“ es objeto del deseo por parte de ambas superpotencias. China se considera todavía “un país en vías de desarrollo“ y, por tanto, “líder natural“ del Sur Global. India también se atribuye este liderazgo. Occidente y Europa en particular están perdiendo posiciones en el Sur Global.

La prestigiosa revista norteamericana de relaciones internacionales, Foreign Affairs, es abanderada de posiciones geopolíticas de Estados Unidos en el mundo. En su edición correspondiente a los meses mayo/junio de este año publica algunas visiones sobre las pretensiones chinas de revisar el orden mundial liderado por Estados Unidos a partir de la Segunda Guerra Mundial e implantar uno nuevo de carácter multipolar. El título de la edición es revelador: Can China Remake the World?  (¿Puede China rehacer el mundo?)

Los primeros tres artículos de la revista ofrecen distintas respuestas a la pregunta anterior.

Primer artículo

En el primer artículo, Elizabeth Economy, profesora de la Universidad de Standford, asegura que la China de Xi Jinping tiene una visión propia y bien estructurada sobre el nuevo orden mundial, posterior a la hegemonía norteamericana. Se trata, a su juicio, de “una visión pacífica, equilibrada, respetuosa del otro“.  “China es un gran país fiable, seguro de sí mismo, abierto e inclusivo“. Sostiene que Estados Unidos debería estudiar esta visión y negociar, tal como proponía una carta abierta, publicada en 2019, dirigida a Donald Trump y miembros del Congreso, firmada por más cien académicos y antiguos funcionarios norteamericanos, con el título “China no es un enemigo».

La articulista continúa diciendo que “China quiere reformar el sistema internacional y lleva razón al pedirlo; la ONU y las organizaciones internacionales existentes que datan de 1944 deben reformarse, atendiendo las nuevas realidades geopolíticas“. Dos son los pilares de la propuesta china: 1) creación de “una comunidad con un futuro compartido para la humanidad “y 2) implementación de cuatro programas: Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road Initiative, BRI), Iniciativa para un Desarrollo (económico) Global, Iniciativa para una   Seguridad Global e Iniciativa para una Civilización Global.

Segundo artículo

En el segundo artículo, Matt Pottinger y Mike Gallager, altos funcionarios de la Administración de Estados Unidos, difieren de la visión anterior. Opinan que no hay substituto para la victoria y que la competición de todo tipo entre Estados Unidos y China es un hecho que se ha de ir gestionando.

Tercer artículo

En el tercer artículo, Evan S. Medeiros, profesor de la Universidad norteamericana de Geortgetown, afirma que el crecimiento de la economía china, después de un tremendo despegue en las últimas décadas, ha tocado techo, de tal manera  que la hipótesis de una próxima, inevitable y peligrosa superación del PIB de Estados Unidos por parte de China no tendría fundamento.

Xi Jinping espera que Estados Unidos vea el progreso de China como una cosa positiva para el mundo

Después de su última cumbre celebrada en Woodside (Estados Unidos) el mes de noviembre del año pasado, en la que acordaron retomar el diálogo y hablar claro sobre sus coincidencias y sus diferencias, el pasado 2 de abril Joe Biden y Xi Jinping han tratado por teléfono los principales temas de la agenda bilateral.

Visitas de Blinken a China

El 26 de abril, Xi recibió al secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, al que dijo: “China y Estados Unidos han de ser socios y no rivales. Esperemos que Estados Unidos y China vean el progreso de China como una cosa positiva. El planeta es lo suficientemente grande para acoger la prosperidad de los dos“.

Blinken se reunió cinco horas con el ministro chino de exteriores, Wang Yi, quien reconoció una “estabilización positiva“ de la relación entre las dos grandes potencias. Una afirmación que, pocas horas después, Xi quiso corroborar personalmente. Aun así, Wang declaró que está en manos de Washington continuar por este camino o volver a caer en una espiral negativa, algo que “tendría consecuencias no solamente para ambos países sino para todo el mundo“.

El equivalente del opio para la China del siglo XIX es hoy el fentanilo para Estados Unidos, primera causa de muerte para su población adulta menor de 50 años.

La diplomacia china ha destacado avances significativos en temas de interés común, como el control de narcotráficos, un asunto muy sensible en una nación como China a la que el imperio británico impuso dos guerras del Opio hasta convertir Hong Kong en el centro del narcotráfico. El equivalente del opio para la China del siglo XIX es hoy el fentanilo para Estados Unidos, primera causa de muerte para su población adulta menor de 50 años. A petición de Washington, Pequín ha introducido controles de exportación de principios activos utilizados en la elaboración de esta droga.

La segunda visita de Blinken a China en doce meses se ha cerrado  con un tono aún más positivo que la primera, celebrada en junio.  A pesar de todo, Estados Unidos ha criticado a China los últimos tiempos por sus exportaciones a Rusia, no de armamento sino de manufacturas de doble uso e incluso de materias primas. Biden continúa armando a Taiwán y señalando que defensaría la isla en caso de un hipotético ataque chino. Taiwán supone una clara línea roja para China, porque forma parte de su “integridad territorial“. Otro factor perturbador es la más que probable prohibición de TikTok en Estados Unidos.

El reciente viaje de Xi Jinping por Europa

Xi Jinpìng se ha estado paseando, a primeros de mayo, por tierras europeas. Ha sido su primera visita en cinco años. Los tres países visitados -Francia, Serbia y Hungría- no han sido escogidos al azar, sino como consecuencia de un cuidadoso escrutinio por parte de Pekín, siempre con un ojo puesto en Estados Unidos, su gran rival. Muchos analistas coinciden en que “China quiere romper, o por lo menos debilitar, la unidad tanto de la UE (27 miembros) como de la OTAN (32 miembros), las dos organizaciones clave del Occidente Global, así como las relaciones transatlánticas“.

Visita a Francia

En Francia ha florecido tradicionalmente el antiamericanismo. El nacionalista De Gaulle, en 1966, llegó a retirar Francia del mando militar de la OTAN, cuyo cuartel general abandonó París para instalarse en Bruselas, hasta hoy. De Gaulle quería preservar su independencia respecto a Estados Unidos y convirtió Francia en una potencia nuclear propia, única en Europa (Rusia aparte), también hasta hoy.

Macron es el promotor del concepto de “autonomía estratégica“ para la UE, así como de su despertar geopolítico. En su reciente gran discurso sobre Europa, Macron ha declarado que “atrás quedaron los días en que Europa compraba su energía y fertilizantes en Rusia, externalizaba su producción a China y delegaba su seguridad a Estados Unidos“, y ha añadido que “nuestra Europa es hoy mortal, puede morir“.

También ha declarado que “Europa no debe ser nunca un vasallo de Estados Unidos“ y que “Europa no tiene ningún interés en defender Taiwán“. Macron no acepta una relación especial de Japón ni de ningún país de Asia Pacífico con la OTAN, a título de “socios globales“, posibilidad que China teme especialmente, sobre todo pensando en Japón y otros países de Asia Pacífico e Indo Pacífico, considerada por Pequín como “sus zonas naturales de influencia“ (hoy son centro de gravedad económico del mundo).

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha acompañado a Macron en sus encuentros con Xi. El ejecutivo comunitario se ha dotado en los últimos meses de nuevas herramientas para poner coto a un creciente déficit comercial con China, que llegó a los 400.000 millones de euros en 2022. Los expedientes arrancaron en septiembre con una investigación a la industria china del coche eléctrico en busca de subsidios estatales que podrían distorsionar la competencia comunitaria.  Desde entonces, se han iniciado cinco investigaciones. La UE califica China de “rival sistémico“.

La UE está en plena construcción de un espacio propio en la confrontación entre China y Estados Unidos. La UE es el primer socio comercial de China y Estados Unidos. La globalización ya no es lo que era, regresa la idea de los bloques y de una confrontación alrededor de los dos grandes polos de la geopolítica mundial: Washington y Pequín.

La UE quiere dos cosas de China. Primero, que como socio relevante que es, rebaje las medidas proteccionistas que perjudican la industria europea. Segundo, que como gran actor geopolítico ejerza una influencia mediadora anta la agresividad de Putin. Macron y Von der Leyen así lo han planteado, y han comprobado que la mirada de China siempre es educada y larga, edificada sobre un doble pilar de un pasado milenario y de un futuro sin prisas.

Visita a Serbia

El primer baño de masas europeas lo ha recibido Xi en Belgrado. El sentido simbólico de su visita a Serbia ha sido enorme. Serbia es un país bombardeado, sin el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU, por la OTAN, en los años noventa del siglo pasado. Las bombas incluso devastaron la embajada china, causando víctimas mortales. Corría el 7 de mayo de 1999, el mismo día de la visita de Xi a Belgrado. Todos los ojos estaban puestos en la fecha en la que Xi había aterrizado en Serbia. Aquel bombardeo genera un consenso general de rechazo social en Serbia. Estados Unidos comunicó que el bombardeo fue un error y se disculpó, pero no ha bastado.

La sociedad serbia, aunque pendiente de una posible adhesión a la UE, mantiene un profundo sentimiento anti OTAN desde la campaña de 1999 contra la antigua Yugoslavia para forzar a Slobodan Milosevic a poner fin a su deliberada represión de la etnia albanesa en Kosovo.

El año pasado, el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores aseguró que “Pequín no ha olvidado ni perdonado el bombardeo de mayo de 1999 de su embajada en Belgrado; la amistad entre China y Serbia ha estado forjada con la sangre de nuestros compatriotas, que permanecerán en la memoria de nuestros pueblos“.

Xi ha sido recibido por su homónimo serbio, Alexander Vucic, como “nuestro amigo, nuestro gran amigo, amigo de acero de Serbia“.

Pero Xi no ha querido profundizar en la herida y no ha visitado la embajada china. Serbia es miembro de la Nueva Ruta de la Seda, el masivo programa de infraestructuras con que Pequín quiere apuntalar su influencia en el mundo. China financia la construcción de una línea férrea entre Budapest y Belgrado. Xi ha demostrado que está tratando de estabilizar las relaciones con Occidente, no quiere irritar demasiado a Estados Unidos ni ha querido poner a sus anfitriones serbios en una posición difícil. Pero ha pronunciado estas palabras: “Enfrentaremos conjuntamente la hegemonía y la política de poder (de Estados Unidos y Occidente)“.

Visita a Hungría

La Hungría de Viktor Orban es un miembro problemático de la UE, muy criticado en Bruselas por su “deriva iliberal“. Orban es amigo de Putin y mantiene un desafío abierto con la UE respecto a la invasión rusa de Ucrania. Orban ha calificado de “histórica “la visita de Xi a Budapest.

Hungría es el único estado miembro de la UE que es, al mismo tiempo, miembro de la Nueva Ruta de la Seda, después de la retirada reciente de Italia. Además, Budapest asumirá la próxima presidencia rotatoria semestral de la UE. Puede garantizar un bloqueo constante de las políticas restrictivas de la UE hacia China en el ámbito comercial.

China ha firmado recientemente la inversión más cuantiosa de la historia de Hungría, con una fábrica de baterías para vehículos verdes. China puede sustituir a Rusia en la financiación de la línea ferroviaria de mercancías que unirá Ucrania con Austria pasando por territorio húngaro. Orban ha cerrado la Universidad Centroeuropea promovida por George Soros y recibe con los brazos abiertos la implantación en Budapest de la Universidad china de Fudan.

Hungría y Serbia fueron los dos únicos países que el año pasado acudieron a la reunión global de todos los miembros de la Nueva Ruta de la Seda en Pequín.

En su viaje a Europa, Xi Jinping ha intentado abrir brecha, a su manera educada y prudente, con visión a largo plazo, entre la política exterior europea y la de Estados Unidos. Ha encontrado terreno fértil en los tres países visitados, especialmente en los dos últimos.

Según una fuente diplomática de Pequín, “Serbia y Hungría son, con diferencia, los dos mayores aliados de China en Europa“.

Todo lo anterior puede verse como un mensaje sutil a Estados Unidos sobre la creciente huella global de China y su capacidad para cultivar aliados en Occidente.

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1 comentario. Dejar nuevo

  • Oscar Llaudet
    24 mayo, 2024 14:03

    Bon article. Veurem com això també es veu afectat amb els resultats de les eleccions europees (tot i ser prou evidents).

    Responder

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