Hace unos días circulaba por las redes un meme-chiste. Se veía a un lado la foto de Vladimir Putin que decía “Destruiré tu ciudad” y con cara alegre le respondía Ada Colau en otra foto: “¡Llegas tarde!”
Veo muy negativo el balance de los mandatos de Ada Colau para Barcelona, y tengo el convencimiento de que cuando la historia analice con suficiente distancia temporal y emocional su labor lo reafirmará.
Ada Colau ha demostrado ser un animal político bastante considerable, de mayor nivel que el que se le podía atribuir cuando llegó a la alcaldía. No se le puede negar habilidad. Se mueve con soltura, tiene capacidad dialéctica y de convicción. Como otros de su entorno, se ha permitido saltarse sus propias reglas, entre ellas la de no presentarse a unas elecciones para un tercer mandato. Esto sólo lo hacía «la casta», pero resulta que ahora ellos también lo son… pero los suyos, tan corrosivos con los demás, no lo ponen en evidencia.
Que Barcelona ha perdido puntos en el ranking internacional en campos como la economía no cabe duda. Ciertamente, no toda la culpa es de Colau en este ámbito, porque “el procés” fue primordial para ahuyentar empresas y disuadir a otras de hacer nuevas inversiones. Su posición sobre la ampliación del aeropuerto es una muestra evidente de ceguera sobre la capitalidad y el peso de Barcelona a nivel internacional.
Pero el gobierno de Colau tampoco ha avanzado en temas “estrella” suyos como el de la vivienda social, ha incrementado hasta el paroxismo el caos circulatorio sin rebajar la contaminación, en Barcelona cada vez más son mal recibidos los turistas y mejor acogidos los okupas, la inseguridad es alta, la suciedad de las calles notable. Realiza muchas obras con un eje permanente: ir contra el coche privado. Desde ópticas referidas a otros aspectos, ha impulsado la ideología de género y ha herido a los cristianos en aspectos como la marginación de la misa en las fiestas de la Mercè o el insulto del pesebre de la plaza Sant Jaume.
Es muy general la crítica a la gestión de Ada Colau entre la ciudadanía. Pero hay que reconocer que sigue con un alto porcentaje de «club de fans» y las encuestas no le dan caídas significativas en intención de voto. Una parte quizás deriva del clientelismo generado en algunos sectores, pero lo real es que parece que si las elecciones se hicieran ahora, mantendría el mismo número de concejales.
¿No tiene mayoría, sin embargo, hay alternativa a Colau?
La presentación de Colau para un tercer mandato es de suma importancia para su formación política. Las encuestas indicaban que si ella no se presentaba, de los 10 concejales actuales bajarían a unos 7. Las encuestas, por otra parte, vienen a decir que en las primeras posiciones en expectativas de voto están muy igualados PSC, ERC y Colau.
En el caso de Esquerra parece que son las siglas y la tendencia creciente de este partido las que impulsan a subir, no a su candidato, que, además de una edad avanzada para acceder al cargo de alcalde, no tiene hoy el carisma y la visión de Barcelona de su hermano Pasqual Maragall, reconocido por todos como gran alcalde. Además, Ernest Maragall se centra en aspectos que no son precisamente los municipales y la ciudad de Barcelona.
El PSC no tiene claro si será Jaume Collboni el candidato. Y éste está bastante quemado, porque es corresponsable de la gestión de Colau aunque busque marcar ahora distancias. El nombre de Miquel Iceta no está descartado, pero parece poco probable.
Junts, con la salida de Elsa Artadi y su política maximalista en todo, tiene muy difícil un resultado mínimamente aceptable.
De Ciutadans y el Partido Popular pocos resultados pueden esperarse, ni siquiera como apoyo decisivo a otros candidatos.
Sale con fuerza otra formación, Valents, con Eva Parera. De entrada puede captar buena parte del voto que solía ir a PP y Ciutadans, e incluso a algún socialista, pero no es fácil darse a conocer a la ciudadanía para conseguir un buen resultado.
Existe todavía la incógnita de Sandro Rosell. Puede tener tirón, pero presentarse a unas elecciones municipales de Barcelona no es hacerlo en el Barça. Joan Laporta lo probó y no tuvo mucho éxito.
Con este panorama, no está muy claro que exista alternativa real a Ada Colau.
Las encuestas indicaban que si ella no se presentaba, de los 10 concejales actuales bajarían a unos 7 Clic para tuitear
