10 conflictos internacionales que pueden hacer descarrilar 2024

Ya se ha publicado la lista de los 10 conflictos internacionales que el instituto de investigación International Crisis Group (ICG) elabora anualmente, y que ya es tradición que Converses sintetice para sus lectores.

Antes de empezar, cabe destacar que el precedente listado situaba en el primer lugar y de forma muy acertada el riesgo de escalada militar entre Azerbaiyán y Armenia, un conflicto que este diario ha seguido de cerca. Entre las máximas preocupaciones del ICG para el 2023 también figuraban Ucrania-Rusia, Taiwán y el Sahel, escenarios de algunas de las crisis geopolíticas que han efectivamente marcado el año que apenas dejamos atrás.

La selección de 2023 no contemplaba, en cambio, la posibilidad de una escalada en Tierra Santa, lo que demuestra los límites de este ejercicio predictivo y al mismo tiempo el efecto sorpresa que Hamás logró generar en su masivo y brutal ataque contra Israel.

El análisis del ICG para 2024 comienza con un subtítulo que permite medir muy bien la temperatura geopolítica del mundo actual: “Más dirigentes persiguen sus objetivos por la vía militar. Cada vez piensan más que pueden salirse con la suya”.

¿Cuáles son los conflictos más temidos para este 2024 según el ICG?

1. Gaza

Como no podía ser de otra forma, el gran ausente del pasado año ocupa ahora la primera posición del ranking. El ICG ve la sucesión de eventos de los últimos meses como un “espantoso nuevo capítulo” del conflicto israelí-palestino. Los investigadores del ICG piensan que el objetivo de aniquilar a Hamás es muy elusivo, como demostraría el hecho de que los ataques contra las fuerzas israelíes en la zona de Gaza City, que se supone está ya bajo el control de Israel, continúan produciéndose.

El escenario más probable según los autores es que Israel prosiga su estrategia militar durante semanas o incluso meses, para después iniciar una fase de ocupaciónUna situación que según el ICG conformaría el peor escenario posible, tanto en términos humanitarios como de perspectivas de resolución política del conflicto.

2. Extensión de la guerra en Oriente Medio

Aunque según el ICG, ni Irán e Hizbulá, por un lado, ni Estados Unidos e Israel, por otro, desean una escalada regional del conflicto de Gaza, hay muchas formas que podrían conducir ahí.

Teherán se encuentra en una situación delicada porque si bien se ha comprometido históricamente a ayudar a Hamás y otras organizaciones yihadistas palestinas, teme incrementar sensiblemente este apoyo por los problemas que podría suponer de cara a su gran aliado de Oriente Próximo, el poderoso grupo Hezbol, instalado en Líbano.

El punto más caliente y que podría, por tanto, generar la deflagración inicial de un conflicto regional es la frontera de Israel con ese país. Los dos portaaviones desplegados por Estados Unidos en el Mediterráneo son la prueba más evidente de que Washington teme también que se abra un segundo frente para Israel, mucho más peligroso, por las implicaciones militares que tendría, que el de Gaza.

Otro foco de tensiones es el Mar Rojo y la presión que ejercen los hutis yemeníes, también aliados de Irán y que, según el ICG, son una “carta salvaje” por su elevado nivel de autonomía.

3. Sudán

He aquí otro ausente notable de la lista precedente, que se incorpora en 2024. El pasado abril, la tensión entre el ejército y un grupo paramilitar conocido como “Fuerzas de apoyo rápido” (FSR) se convirtió en un conflicto armado en toda regla. Los combates han causado miles de muertes y obligado a millones de personas a desplazarse internamente.

Las FSR tuvieron su génesis en el expresidente y dictador del país, Omar al-Bashir, que cayó del poder en 2019 durante una revuelta popular. Al-Bashir las fundó como una especie de guardia pretoriana que le inmunizara de futuros golpes de estado, uno de los grandes males de la política africana desde las independencias en los años sesenta del siglo pasado.

El conflicto ha tomado tonos de genocidio, especialmente en torno a la región ya martirizada de Darfur en el oeste del país, y no parece tener perspectivas de resolverse a medio plazo.

4. Ucrania

Con el frente prácticamente inmovilizado, la guerra ruso-ucraniana se ha convertido en un conflicto de desgaste en el que de momento Rusia mantiene una ventaja estratégica por su mayor independencia de apoyos externos y capacidad propia de reponer pérdidas y producir munición.

Según el ICG, efectivamente el Kremlin calcula que el tiempo juega a su favor. El presidente ruso Vladimir Putin ha podido consolidar su poder en Moscú tras el susto generado por el motín de Prigozhin, y ligando el destino de las élites rusas al suyo propio.

Ucrania se enfrenta, sin embargo, a una escasez de personal militar, equipos y municiones. El apoyo de Estados Unidos está en la cuerda floja por el rechazo de los republicanos a seguir financiando el esfuerzo de guerra ucraniano sin imponer más límites, y pese a que las élites europeas siguen haciendo bloque tras el presidente ucraniano Zelenski, la situación podría cambiar sustancialmente después de las elecciones europeas en junio.

5. Myanmar

La junta militar que alcanzó el poder en el país del sudeste asiático hace casi tres años se encuentra ahora amenazada por los avances realizados por los rebeldes a lo largo del 2023. De rebote, la represión de las fuerzas armadas se ha incrementado y por primera vez emplea tácticas de terror contra civiles de la mayoría Bamar, hasta ahora reservadas a los rebeldes pertenecientes a las minorías étnicas. La gran potencia asiática, China de Xi Jinping, ve con desconfianza a la junta militar, pero se ha abstenido de apoyar a los rebeldes, divididos en múltiples facciones. Por el momento, la junta parece tener recorrido.

6. Etiopía

En 2022 un sangriento conflicto bélico enfrentó al gobierno del presidente Abiy Ahmed con los rebeldes del Frente de Liberación Popular del Tigrai, estos últimos actores dominantes del escenario político etíope durante décadas. A pesar de haber firmado un acuerdo de paz para esta región, en 2023 la lucha se desplazó a otros lugares del estado africano más antiguo, como Amhara y Omoro, esta última a pesar de ser la región natal del propio presidente Abiy.

Abiy mantiene también fuertes tensiones con la vecina Eritrea, aliada a su vez con milicias Amhara. Recientemente, Abiy reclamó públicamente el derecho de Etiopía a disponer de un acceso al mar, que se haría en detrimento de la integridad territorial del país vecino y antigua dependencia etíope.

7. El Sahel

En 2023, un golpe de estado expulsó del poder al presidente Mohamed Bazoum de Níger, cercano a Occidente. La junta militar que tomó el poder, como ya había sucedido antes con sus vecinos Mali y Burkina Faso, declaró querer acercarse a Rusia para hacer frente a los graves problemas de seguridad causados ​​por el yihadismo. El papel de Europa y en particular de Francia se ha visto fuertemente perjudicado, sembrando dudas sobre la propia seguridad de Europa, geográficamente muy cercana al desierto del Sáhara y a su orilla sur.

8. Haití

La población del pequeño estado caribeño espera que la llegada de una fuerza policial internacional liderada por Kenia y prevista en los primeros meses del 2024 ayude a paliar la inseguridad generada por las bandas criminales. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 la violencia se ha incrementado de forma notable, hasta el punto de controlar buena parte de la capital, Puerto Príncipe. No obstante la necesidad de refuerzos extranjeros, cabe apuntar que la pasada intervención de Naciones Unidas (MINUSTAH, que se retiró definitivamente del país en el 2017) se saldó con un clamoroso fracaso.

9. Armenia-Azerbaiyán

El año pasado, la ofensiva relámpago lanzada por Azerbaiyán acabó con la ocupación de la mayor parte del territorio en disputa entre ambos países y el éxodo de prácticamente toda la población armenia que habitaba en ella. Desde el fin de las operaciones militares, las negociaciones bilaterales entre ambos países parecen traer frutos y el ICG espera que conduzcan al punto final de un conflicto que dura desde hace más de treinta años. Sin embargo, la relación de fuerzas sobre el terreno, muy favorable a Azerbaiyán y su gran aliado turco, podrían suponer una tentación para recurrir de nuevo a la vía de las armas.

10. Estados Unidos-China

A pesar de que la reciente cumbre entre Xi Jinping y Joe Biden demostró que las vías de diálogo entre las dos principales potencias del mundo siguen existiendo, sus intereses en la región del Asia-Pacífico (Taiwán, Mar de China meridional) continúan generando graves tensiones geopolíticas.

Por ahora, Xi necesita apuntalar la economía china e intenta que Estados Unidos no introduzca nuevas restricciones. Por su parte, Biden espera un 2024 tranquilo y que no le suponga costes electorales a él o al futuro candidato demócrata. Sin embargo, el hecho es que los intereses tanto económicos como geopolíticos de ambas potencias son profundamente divergentes.

Los demás países asiáticos ven con preocupación este choque, y pese a depender del comercio con China, algunos se acercan cada vez más a Washington para garantizar su integridad, como Filipinas.

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