La recuperación económica de España llegará en 2022, según asegura el director del departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga. Así, la entidad financiera prevé que la economía crecerá un PIB de 6% este año y de un 6,5% en 2022.
Dentro de sus pronósticos, además, el director de estudios de Laboral Kutxa advirtió sobre los tres factores que, en su opinión, podrían poner en riesgo esas previsiones. “En primer lugar, la efectividad de las vacunas ante las nuevas variantes del virus”.
Igualmente, se refirió a la incertidumbre asociada a los costes económicos del Covid-19: “El marco de ayudas desarrollado impide ver los verdaderos costes que se han producido en términos de destrucción del tejido productivo y deterioro del mercado laboral”.
En ese sentido, Joseba Madariaga calificó los fondos Next Generation EU como “una excelente oportunidad para modernizar la estructura económica del país”. Y, finalmente, citó la herencia que la pandemia ha dejado en cuando a los niveles de endeudamiento. “Esto puede suponer un lastre para la recuperación en un futuro, lo que exigirá la toma de medidas pertinentes”. Sobre las tensiones surgidas en torno a la subida de precios de las materias primas y la inflación, Laboral Kutxa descarta un cambio en la orientación de la política monetaria y fiscal europea, «hasta que el crecimiento económico esté asentado, no antes de 2023», ha concretado Joseba Madariaga.
El desabastecimiento que se sufre de determinados suministros, por ejemplo, los semiconductores en automoción, lastrará la recuperación de estos sectores que ya han reducido su inventario. El director de Estudios de Laboral Kutxa cree que este fallo en las cadenas de suministro conducirá a una reflexión al respecto y que la digitalización de la economía, gracias a los fondos Next Generation, hará que el tener una empresa deslocalizada «no tenga ya tanto interés y vuelvan algunas compañías a producir aquí».
Sin embargo, Madariaga se mostró confiado sobre la evolución futura de estos índices: “No pensamos que en Europa nos vayamos a encontrar con una situación problemática en este sentido. A lo sumo se dejará notar en el IPC, pero el subyacente se mantendrá acotado en una tasa próxima al 1,2 %”. No obstante, advirtió de que “una inflación sostenida podría dar al traste con la recuperación”, ya que podría obligar entonces a cambiar la actual orientación expansionista de la política monetaria que mantienen los bancos centrales.
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