Seducidos por la muerte es el título de un libro muy recomendable para leer y que, como se recoge en el prólogo a la edición del año 2020, supone un material imprescindible para formarse un criterio sobre la eutanasia teniendo en cuenta la experiencia real de otros países donde la eutanasia está legalizada, sobre todo en Holanda, y que cuenta con las reflexiones tanto del personal sanitario como de pacientes y familiares de éstos ante esta realidad de esta práctica que supone poner fin a la vida de alguien, desmontado falsos argumentos que se sostienen en este momento por parte de la sociedad española, cuando se está tramitando la ley de la eutanasia.
El título de este libro refleja muy bien el atractivo que presenta para parte de nuestra sociedad la existencia de un derecho a morir, porque sin lugar a duda esta ley supondrá provocar la muerte médicamente asistida, lo que conllevará una cobertura jurídica a la asistencia médica a aquellas personas que soliciten se termine con su vida y cumplan con los requisitos que se fijen en la ley.
Esta ley en cuanto se apruebe supondrá para sus partidarios, que España pasará a ser el quinto país del mundo con la legislación más avanzada en esta materia tras Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá, formando parte de las prestaciones públicas de nuestro sistema sanitario, en un no querer asumir que la vida humana no es un bien a disposición de nadie.
Para la otra parte de nuestra sociedad, España pasará a formar parte de los países a la cabeza en apostar por la cultura de la muerte, que opta por invertir en muerte en lugar de invertir en cuidados paliativos de calidad para todos, evidentemente de mayor coste económico que aliviarían el sufrimiento hasta el momento de la muerte natural.
La seducción y la caía en la misma es clara: primero legislamos para matar, después ya veremos cómo y cuándo legislamos sobre medicina paliativa.
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