Presidencia europea de Eslovenia (julio-diciembre 2021): comienzo preocupante

Las presidencias rotatorias del Consejo de la UE, de seis meses de duración, tienen dos objetivos principales: 1) planificar y presidir las sesiones del Consejo (ministeriales) y las reuniones de sus órganos preparatorios, entre los que destaca el COREPER (Comité de Representantes permanentes de los Estados Miembros, organismo clave en el proceso de toma de decisiones comunitario) y otros comités permanentes de menor importancia, además de una multitud de grupos de trabajo y de comités encargados de temas específicos. También organiza reuniones formales e informales en Bruselas y en el país que ejerce la presidencia, y 2) representar al Consejo en las relaciones con otras instituciones de la UE, en particular la Comisión Europea y el Parlamento Europeo; su tarea es tratar de llegar a acuerdos sobre expedientes legislativos mediante diálogos tripartitos, reuniones informales de negociación y reuniones del Comité de Conciliación.

Las presidencias alemana (segundo semestre 2020), portuguesa (primer semestre 2021) y eslovena (segundo semestre 2021) forman un Trío presidencial. Estos tres Estados miembros de la UE elaboraron una propuesta común inicial para el conjunto de los dieciocho meses de sus respectivas presidencias, centrada en tres aspectos: recuperar la economía afectada por la Covid-19, acelerar la transición ecológica y digital, y reforzar la capacidad de resiliencia de la UE.

Durante la presidencia alemana se consiguieron dos grandes hitos: la aprobación del programa Next Generation EU y el inicio de la campaña de vacunación anti-Covid. Desde el punto de vista de la pandemia, la presidencia portuguesa ha sido más plácida porque ya ha podido vivir la realidad de las vacunas y ver la luz al final del túnel. Quizás no ha sido un éxito histórico como la alemana, pero en términos generales se puede considerar una presidencia exitosa. La presidencia eslovena será probablemente la más problemática de las tres.

Tres aspectos son destacables de la presidencia portuguesa el acuerdo en política agrícola, el lanzamiento de la Conferencia sobre el Futuro de Europa y la entrada en vigor del «pasaporte» coronavirus.

El acuerdo agrícola ha supuesto adoptar las reglas de funcionamiento de la Política Agrícola Comunitaria (PAC) para el período 2023-2027. El anterior plan de 2013 había caducado en 2020 y estaba prorrogado.  Portugal ha conseguido desbloquear unas negociaciones complicadas.  La agricultura sigue siendo una de las partidas más elevadas del gasto comunitario, un 33% del total (387.000 millones de euros). Este dinero afecta a siete millones de explotaciones agrícolas. En España le corresponden unos 37.000 millones en pagos directos para los agricultores y ganaderos y casi 8.000 millones para desarrollo rural durante los siete años del nuevo plan.

La reforma de la PAC pone énfasis en el medio ambiente y la sostenibilidad. Se quiere una agricultura más verde. Al menos el 35% del presupuesto de desarrollo rural será condicionado a la implantación de medidas relacionadas con el medio ambiente y el clima y, como regla general, al menos el 25% de las ayudas se destinará a pagos directos a aquellos agricultores y ganaderos que adopten prácticas beneficiosas para el medio ambiente. Asimismo, se asegura que al menos el 10% de los pagos directos nacionales se utilizarán para apoyar a las pequeñas y medianas explotaciones.

Se busca una PAC más justa, ecológica y basada en resultados. La nueva PAC también hace énfasis en la dimensión social del sector. De hecho es la primera vez que la legislación agrícola de la UE incluye una dimensión social, y marca un avance histórico al considerar las condiciones laborales de los trabajadores agrícolas.

Los grupos políticos y los lobbies verdes europeos no han quedado muy satisfechos, ya que esperaban una inclusión más clara y estructurada de la nueva PAC en el Green Deal que caracteriza el conjunto de las políticas de la Comisión von der Leyen (desde 2019 hasta 2024).  Esta reforma de la PAC también ha sido criticada por su lentitud en la preparación. No entrará en vigor hasta el primer día de 2023. Los Estados miembros tendrán tiempo hasta el 31 de diciembre de 2021 para emitir borradores de sus planes estratégicos nacionales a la Comisión Europea para su aprobación.

En segundo lugar, la presidencia portuguesa ha conseguido poner de acuerdo los Estados miembros y las instituciones europeas para dar el pistoletazo de salida a la Conferencia sobre el Futuro de Europa el día 11 de mayo (el Día de Europa). Se trata de una Conferencia en la que la ciudadanía y asociaciones en general tendrán la posibilidad de plantear propuestas que mejoren la calidad democrática y la eficiencia de la UE. La Conferencia se cerrará el día 11 de mayo de 2022.

Por último, el Certificado Digital UE Covid, conocido popularmente como «pasaporte Covid» ha entrado oficialmente en vigor el primero de julio. Este certificado digital verde facilita la libre y segura circulación de los ciudadanos dentro de la UE durante la pandemia. Es una acreditación digital que avala que una persona ha sido vacunada, se ha hecho una prueba con resultado negativo o bien se ha recuperado de la Covid.

Eslovenia acaba de comenzar su segunda presidencia europea

Se trata de un estado pequeño (poco más de dos millones de habitantes), novel (entró en 2004 en la UE) e independiente desde hace poco tiempo (1991). Esta será sólo su segunda presidencia europea. Su lema es «Juntos. Resilientes. Europa «, y su programa comprende cuatro vertientes: 1) Recuperación, resiliencia y autonomía estratégica de la UE, 2) Reflexión sobre el Futuro de Europa, 3) Estilo de vida europeo, Estado de derecho y valores europeos, y 4) aumento de la seguridad y estabilidad en los países de la vecindad europea.

La presidencia europea eslovena viene marcada por la personalidad de su primer ministro, Janez Jansa, antiguo periodista que ha pasado de luchar contra el comunismo en convertirse en líder del populismo de derechas en su país. Es un ferviente admirador de Donald Trump. Mantiene un perfil político cercano a los líderes políticos de Hungría y Polonia, Viktor Orban y Jaroslav Kaczynsky.  Es un tuitero compulsivo y se le considera un aspirante a autócrata. Está cuestionado en Bruselas por ataques a la libertad de información y al Estado de derecho. Asume la presidencia rotatoria de la UE bajo sospecha y con avisos preventivos que le llegan de todas las instituciones europeas. En Bruselas algunos políticos comentan que «si no lo frenamos, Eslovenia puede ser como Hungría o Polonia dentro de poco tiempo».

  En los primeros días de la presidencia eslovena las tensiones entre Eslovenia y Bruselas ya han empezado 

Las tensiones entre Eslovenia y Bruselas ya han empezado los primeros días de la presidencia. El día 2 de julio, Jansa declaraba que «los valores comunes europeos son imaginarios» y que sus comentarios sobre el Estado de derecho que tanto incomodan Bruselas son «la verdad». El vicepresidente de la Comisión Europea, el holandés Frans Timmermans, no quiso figurar en la foto protocolaria de familia del gobierno esloveno con el colegio de comisarios europeo. Timmermans ha declarado que «nunca debemos parar de dejar en evidencia aquellos que violan fundamentos del Estado de derecho». En la presentación del programa ante el Parlamento Europeo, el 6 de julio, Jansa se ha llevado muchas críticas y más advertencias. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, le ha recordado que dentro de unos días publicará los informes sobre el Estado de derecho en los diferentes Estados miembros. En el informe de 2020 ya se señalaba que en Eslovenia, en cuanto a los periodistas, «el acoso y las amenazas en línea son frecuentes y el sistema judicial rara vez los sanciona».

La serie de discordias entre Bruselas y Eslovenia es larga en temas tan importantes como la independencia judicial, el respeto a la prensa libre, la inmigración o el nombramiento de jueces y fiscales. Ante este panorama, en Bruselas se teme que los seis meses de presidencia europea eslovena puedan perderse entre tensiones y enredos, con una Eslovenia alineada con los gobiernos de Hungría y Polonia.  

El partido de Jansa forma parte del PPE (Partido Popular Europeo), el más numeroso de la Eurocámara -formado por partidos conservadores como la CDU de Angela Merkel- y del cual el mes de marzo se retiró el partido del líder húngaro Viktor Orban para evitar su expulsión que ya se estaba preparando tras años de problemas provocados por su «democracia iliberal«. Algunos analistas estiman que Eslovenia podría correr la misma suerte. Jansa ha replicado en tono amenazante que «si no mejoran las cosas, la UE puede acabar perdiendo otro Estado miembro, y esta vez no será al oeste (refiriéndose al Reino Unido), sino al este».

A la vista de cómo ha arrancado la presidencia eslovena, podría ser que los incumplimientos del Estado de derecho y la división este-oeste se convirtieran en su tema central, marginando los objetivos centrales del Trío presidencial: recuperar la economía afectada por la Covid-19, acelerar la transición ecológica y digital, y reforzar la capacidad de resiliencia de la UE.

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