Al recibir la noticia de la ejecución del joven duque Enghien, por orden de Napoleón, Tayllerand, su ministro de asuntos exteriores, pronunció una frase que ha pasado a la historia: “eso es peor que un crimen, es un error “.
En su respuesta, aquel astuto diplomático francés, que supo sobrevivir cínicamente, siempre en posiciones clave de gobierno, a toda una serie de regímenes de colores políticos muy diferentes -entre ellos el revolucionario, el napoleónico y el postnapoleónico- no valoraba tanto el carácter moral de la decisión de ejecutar al joven duque Enghien como las consecuencias políticas y militares de ésta, que acabarían poniendo punto final a la carrera de Napoleón, tal y como él había intuido.
Una valoración similar se puede aplicar a la desastrosa decisión de Vladimir Putin de invadir Ucrania el 24 de febrero de 2022, saltándose las normas del derecho internacional y violando tratados sobre “respeto a la integridad territorial” de Ucrania firmados por la misma Rusia (entonces Unión Soviética) como por ejemplo en el Acta de Helsinki de 1975 y en el Memorando de Budapest de 1994, ya firmado por la Rusia postsoviética, conjuntamente con Ucrania, Estados Unidos y Reino Unido.
El famoso historiador, filósofo y escritor israelí, Yuval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, autor de best-sellers como “Sapiens”, “Homo Deus” y “21 Lecciones para entender el siglo XXI”, acaba de publicar un artículo en la revista estadounidense The Atlantic, titulado «¿Vamos hacia una época de guerras?«, en el que considera la invasión rusa de Ucrania doblemente como un crimen y un error, al estilo Tayllerand. Harari, además, califica esa invasión de gran estupidez.
En el tercero de sus libros mencionados anteriormente, Noha Harari escribe lo siguiente: “la estupidez humana es una de las fuerzas más importantes de la historia; nunca se puede infravalorar; incluso los líderes racionales, y Putin lo es, acaban a menudo haciendo cosas estúpidas“. Los estúpidos, según el famoso libro sobre la estupidez humana escrito por el profesor de economía italiano, Carlo Maria Cipolla, son los que no sólo perjudican a los intereses de los demás, sino también a sus propios intereses. Putin está perjudicando gravemente los intereses de los ucranianos, pero también los rusos y los europeos en general, entre otros.
En el artículo escrito por Harari en The Atlantic, se puede leer lo siguiente: “En febrero de 2022 quedé muy sorprendido ante el intento de Vladimir Putin de conquistar Ucrania. Tal era el error, además de la violación del derecho internacional, y tan destructivas eran para la propia Rusia y para toda la humanidad las repercusiones previsibles de esta eventualidad, que parecía un movimiento improbable incluso para un ser megalómano y despiadado como Putin. Ha sido, además, un movimiento absolutamente estúpido, un verdadero regalo geopolítico en Estados Unidos. Pero, sin embargo, el autócrata ruso optó por poner fin en febrero de este año a la época más pacífica de la historia humana y empujar a la humanidad hacia una nueva época de guerra que podría ser peor que todo lo que hemos visto hasta ahora; de hecho, podría amenazar la misma supervivencia de nuestra especie“.
Según Harari, el orden mundial basado en ideales liberales, que Putin desprecia y condena, no sólo ha mejorado la vida de las personas en los antiguos centros imperiales, sino también en otras muchas partes del mundo. Todos los que se quejen de sus defectos, deben preguntarse en qué época la humanidad ha estado en mejores condiciones que en décadas recientes. «Por desgracia, mucha gente dio por supuesto que duraría por tiempo indefinido».
«Si la apuesta de Putin tiene éxito, el resultado será el colapso del orden mundial liberal. El resultado será una nueva época de guerras, pobreza y enfermedades. En cambio, si paramos los pies a Putin, el orden mundial no se romperá, sino que se fortalecerá. Putin ha cometido muchos errores. No contaba con un factor crucial: el coraje del pueblo ucraniano. Tampoco contaba con la reacción valiente de la UE y de todo el mundo occidental. Estas son las buenas noticias».
“Reconstruir el orden mundial no significa volver al sistema que se desintegró en la década de 2010. Un nuevo y mejor orden mundial debería conceder papeles más importantes a las potencias no occidentales que estén dispuestas a formar parte. El orden mundial se desintegró ante todo por el asalto de las fuerzas populistas. Putin es un ejemplo paradigmático de líder autoritario nacionalpopulista. Putin ha cometido un crimen que debe pagar y ha cometido el error de despertar a Occidente y de unirlo para hacer frente a la invasión rusa de Ucrania. Ha sido un verdadero regalo geopolítico, especialmente para Estados Unidos, que Occidente no puede desperdiciar“.
lo que está en juego en la guerra de Ucrania es, nada menos, que el rumbo de la historia humana
En un post anterior (febrero 2022), comentábamos otro artículo de Harari en el que consideraba que lo que está en juego en la guerra de Ucrania es, nada menos, que el rumbo de la historia humana. Él considera que en el centro de la invasión rusa de Ucrania se encuentra una pregunta fundamental sobre la naturaleza de la historia y de la humanidad: ¿es posible el cambio?. ¿Pueden cambiar la forma de comportarse los humanos, o la historia se repite una y otra vez y los humanos están eternamente condenados sin que cambie nada, salvo el decorado?
Harari allí se declaraba seguidor de la escuela idealista de las relaciones internacionales, según la cual las guerras no son inevitables. Él piensa que a lo largo de las últimas generaciones, por primera vez en la historia, el mundo ha pasado a ser dominado por élites que consideran que la guerra es tan mala como evitable. El elemento más importante ha sido un cambio radical en el significado mismo del término paz. Durante la mayor parte de la historia, la paz sólo ha significado «ausencia temporal de guerra». Durante las últimas décadas, la palabra paz ha pasado a significar «improbabilidad de la guerra». Se trata de una nueva forma de entender la paz, se trata de una “nueva paz”, que supone un gran paso a la historia de la humanidad. A su juicio, se trata de “la consecución más relevante de la civilización moderna“. Pero, desgraciadamente, el hecho de que derive del libre albedrío humano también significa que es reversible. «Justo cuando pensábamos que habíamos salido de la ley de la jungla, aparece Putin». Al final de su artículo Harari se formula esta pregunta: ¿será Putin el hombre que acabará con la “nueva paz”?
Por su parte, el prestigioso politólogo británico, Timothy Garton Ash, acaba de publicar un artículo en el diario británico The Guardian con el siguiente título: “En Ucrania, he comprobado que la gran amenaza al mundo ruso no es Occidente, sino que es el mismo Putin“. Comparte esencialmente las tesis anteriores de Harari.
Putin parece estar actuando como un agente a sueldo del imperialismo americano
«Putin parece que esté actuando como un agente a sueldo del imperialismo americano. Los ucranianos están dispuestos a resistir la invasión rusa todo el tiempo que sea necesario. Esta determinación anti Putin se ve en todo «el mundo ruso». Moscú ha tratado de reimaginar el russkiy mir (el mundo ruso), y se encuentra, por el contrario con un resentimiento inmenso antiruso en todo este mundo, tan enorme territorialmente. En Georgia esto es evidente, con dos regiones de su territorio ocupadas desde 2008 por la Rusia de Putin (Osetia del sur y Abjasia) El rechazo se ve en todo el centro de Asia con lazos estrechos con Moscú. El caso de Kazajistán lo acabo de vivir personalmente en una visita reciente. Los kazajos resistirían patrióticamente una posible invasión rusa como ahora mismo están haciendo heroicamente los ucranianos».
El veredicto final de Timothy Garton Ash sobre la guerra de Ucrania es éste: “Putin está tratando de recuperar el imperio ruso por la fuerza bruta y el terror. Esto que está haciendo no es sólo un gran crimen, sino que también es un inmenso error. El daño que esto hace en Rusia es devastador. Vladimir Putin puede pasar a la historia no sólo como el hombre que no logró restaurar el imperio ruso, sino como el destructor del mundo ruso“. Si Tayllerand lo viera, probablemente se estiraría de los pelos.
Putin parece estar actuando como un agente a sueldo del imperialismo americano Share on X