Desde el 14 de febrero y hasta el 10 de abril, el Museo de la Ciencia CosmoCaixa alberga la exposición Colores del mundo, que nos acerca a la gran variedad de paisajes de nuestro planeta y a los colores que los caracterizan.
A través de 70 instantáneas de fotógrafos de National Geographic, la muestra invita a los visitantes a reflexionar sobre el color, elemento que nos rodea en todo momento y que es capaz de influir en la forma en que nos sentimos y llenarnos de fuerza, relajar o emocionarnos. Para evitar que nos pasen desapercibidos todos los tonos y matices de los colores, esta exposición les convierte en protagonistas absolutos.
En las sobrecogedoras fotografías de los brumosos azules de la luz de la mañana, de los vívidos púrpuras y rojos de la puesta de sol, de los intensos verdes de los campos o de los dorados de las hojas del otoño, los visitantes encontrarán una reflexión muy inspiradora sobre el significado de los colores, sus cualidades y su simbolismo a lo largo de la historia.
A través de prestigiosos fotógrafos de National Geographic, entre los que se encuentran los multipremiados Joel Sartore, Steve McCurry, Michael Nichols, Lynn Johnson, Jodi Cobb, Paul Nicklen o Frans Lanting, conoceremos las connotaciones de los colores en las culturas de todo el mundo a partir de la amplia gama de amarillos, naranjas, rojos, violetas, azules, verdes y blancos.
Una mínima diferencia en la longitud de onda luminosa determina que veamos el color rojo o el azul, y la psique humana ha dotado a estos colores de connotaciones que se han generalizado en las culturas de todo el mundo. La humanidad se ha sentido atraída por los colores desde tiempos inmemoriales. Uno de los primeros colores que se buscaron es el púrpura de Tiro, utilizado por los antiguos fenicios y extraído de las glándulas de unos caracoles del mar Mediterráneo. Los costes de producción eran tan elevados que sólo los ricos podían permitirse tener vestidos con ese tinte, lo que generó para siempre un simbolismo en torno a ese color, también llamado púrpura real.
Tras pasar por el Museo de la Ciencia CosmoCaixa, en julio la muestra viajará a CaixaForum Zaragoza y, además, se realizará una versión adaptada que itinerará a otras ciudades de España como parte del programa de Arte en la calle que lleva la Fundación ”la Caixa” para acercar la cultura y la ciencia a espacios exteriores.
ÁMBITOS DE LA EXPOSICIÓN
La muestra dedica un ámbito a cada uno de los siete colores escogidos y desgrana, a través de diez fotos por ámbito y pequeños textos introductorios, algunas consideraciones sobre el significado de este color en el mundo.
AMARILLO
Una vista aérea de un bosque teñido con los colores del otoño en el Parque Nacional de Acadia, en Maine (Estados Unidos); un granjero rastrillando el heno en hileras en el Estado de Washington (Estados Unidos), o un pequeño helado cogido a la espalda de su madre en el Parque Nacional de las Montañas Simien (Etiopía) son algunas de las fotografías que nos dejan ver este color en todo su esplendor.
El amarillo es alegría. Es el sol que ilumina el planeta y proporciona crecimiento, calidez y relajación. Es serenidad. El amarillo puede desaparecer en las nubes y acercarse tanto al blanco que uno se pregunta si el color efímero estaba allí. El amarillo puede simbolizar el intelecto, puesto que la iluminación de este color brillante es paralela a la iluminación de la mente humana, pero también puede simbolizar la enfermedad y la curación.
NARANJA
El naranja es un color que a menudo pasa por alto, y es que a veces cede protagonismo al rojo y amarillo. Existe en el salto brillante hacia los meses más cálidos, pero también en la lenta transformación del verano en invierno, cuando las hojas verdes se vuelven doradas y anaranjadas. El naranja muestra su poder en el crepúsculo, como puede verse en la fotografía de unos ñus que caminan cerca del río Zambezi, o en las brasas subyacentes de un fuego, como muestra otra instantánea del volcán Nyiragongo, en la República Democrática del Congo. Pero también es un color sereno, que puede recordarnos la tranquilidad en el tono suave de las túnicas de los monjes budistas, como se ve en otra foto de un joven monje en Camboya.
ROJO
La naturaleza utiliza el rojo para seducir y mostrar poder y fortaleza. Es un color que persevera a lo largo de todas las estaciones; incluso en invierno, cuando todo se muere, el rojo vive en el acebo brillante y las bayas de invierno. Las venenosas ranas de punta de flecha dorada advierten de su letalidad a los depredadores con un color rojo brillante. El rojo no es sutil. En nuestra cultura es el amor, la pasión y el fuego, como en los fuegos artificiales de Sydney que pueden verse en la exposición. En la India, de donde podemos ver una imagen del festival Holi, significa pureza; sin embargo, en África es el color del duelo. El rojo es la sangre, como la que cubre la espalda de un devoto durante la celebración del día de Ashura.
AZUL
En nuestro planeta, estamos constantemente rodeados de tonos de azul: en un lago es relajante y en el cielo nos pone de manifiesto su inmensidad. En el océano, en cambio, nos dirige hacia el fondo, hacia lo desconocido. Son un claro ejemplo las fotografías de un góbido que descansa sobre una almeja gigante en el lecho marino de Indonesia o la de un león marino de California que busca peces para alimentarse en un bosque de quelpos en Cortes Bank, una montaña submarina situada mar adentro frente a la costa de San Diego. Desde la antigüedad, el azul se ha entrelazado con la religión. Se ve en la serena baldosa turquesa que hay en las mezquitas y también en el brillante cerúleo que crepita entre los dedos de Zeus en la mitología griega. El azul es poderoso y místico.
VIOLETA
El morado es misterioso. Lavanda, ciruela, berenjena, todos los tonos del púrpura son sorprendentemente diferentes. El púrpura es suave pero insistente. Lo vemos en las primeras horas de la mañana antes de que el sol emerja en el horizonte, como en la imagen protagonizada por una foca de Groenlandia que descansa sobre el hielo del golfo de San Lorenzo, en Canadá, bajo el cielo crepuscular, y también, en otra tonalidad, en el cielo cuando hay una tormenta de rayos, como la que puede observarse en una instantánea del cielo de Santa Fe, en Nuevo México. El púrpura retrata la realeza en los ricos tonos aterciopelados de las túnicas y las coronas reales, o en los centros brillantes de las gemas.
VERDE
El verde es una manifestación de vida. Es un resurgimiento, una renovación. El primer brote de una planta de color verde en una extensión de tierra significa el renacimiento que viene después del invierno. En las fotografías, vemos el esplendor del verde en torno a un campesino que hace la cosecha del primer té del año en Japón, pero también la penuria de cuando falta, en la instantánea de una mujer que camina por un campo estéril a consecuencia de la falta de lluvias monzónicas, que ha provocado la pérdida de la cosecha de mijo en un estado de la India. En el mundo animal, los verdes también están presentes, como puede verse en la imagen de un macho de quetzal guatemalteco o en las alas de unas mariposas piéridas verdes en Bolivia.
La existencia de verde muestra salud y vitalidad. El verde nos mantiene vivos a todos. La vasta red verde de nuestro planeta exhala el oxígeno que inhalamos los seres humanos y forma una relación cíclica de vida y muerte que debe ser protegida y preservada.
BLANCO
En la exposición, una novia y los invitados bailan en la calle en Skopje, en Macedonia. Y es que el color de los comienzos y finales es el blanco. El color de la pureza. Eterio, inmaculado y prístino.
Puede verse la delicadeza del blanco en el plumaje de algunas aves como el pingüino real adulto de Georgia del Sur que protagoniza una de las fotografías de la muestra. Pero también puede ser abrumador, ya que absorbe todos los demás colores, como en la imagen de las salinas de Bonneville, en Estados Unidos. Es el color de la nada y del todo.
Museo de la Ciencia CosmoCaixa, calle de Isaac Newton, 26, Barcelona
Horario: De lunes a domingo y festivos, de 10 a 20 h
Entrada general: 6 euros (incluye la entrada al museo y a las exposiciones)
Entrada gratuita para clientes de CaixaBank y menores de 16 años
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