Era una sospecha generalizada que el Gobierno de la Generalitat tiende a minimizar el cómputo de muertos por coronavirus. Ahora esta sospecha se ha visto confirmada por la propia consejera de Salud, al menos en un caso concreto: el de los muertos en las residencias de ancianos.
Alba Vergés ha reconocido este pasado martes en declaraciones a Vilaweb, que “solo teníamos las defunciones de los centros hospitalarios». Este reconocimiento de que no se computaban una parte importante de las muertes se ha producido después de que durante días y en la rueda de prensa diaria que el Gobierno catalán lleva a cabo, la propia consejera evitara entrar en detalles sobre la forma en la que la Generalitat estaba calculando los fallecimientos por coronavirus. Ya apuntábamos en Converses que había una reducción artificial de los realmente fallecidos, y utilizábamos el caso de Igualada para mostrarlo. Ahora se conoce un componente del que hasta ahora no se había contabilizado.
En Cataluña, y de acuerdo con los datos oficiales, había 1.672 fallecidos, que ahora crecerán de golpe hasta un total de 2.034. Son 362 las muertes en residencias oficialmente reconocidas, lo que significa casi el 18% del total. Será necesario observar en los días sucesivos si la Generalitat parte de este nuevo dato, y además incorpora las nuevas defunciones en residencias.
Hay que añadir que en ellas se encuentran en estos momentos 830 personas afectadas con la pandemia y 317 centros presentan algún caso con síntomas. El dato que sigue sin conocerse y que puede ser importante es el de los ancianos afectados por coronavirus que mueren en su domicilio porque ya no son trasladados a los hospitales. Esta situación afecta sobre todo, aunque no exclusivamente, a los mayores de 80 años, y ha sido reconocida por el propio Departamento de Salud, a pesar de que también en este caso inicialmente la consejera intentara maquillar la existencia de esta instrucción.
Es necesario exigir al Gobierno de la Generalitat claridad y veracidad en sus datos, que muestren la evolución del número de personas afectadas, los ingresados en hospital, en la UCI, defunciones y altas, y que lo presente de acuerdo con la estructura de edad de dichas personas. También una buena estadística debería mostrar los datos desagregados para hombres y mujeres, y la localización de las muertes en los centros hospitalarios, en las UCI, las residencias, y los hogares. Esto sería ofrecer datos transparentes a la opinión pública.
Mientras tal cuestión no sea resuelta, siempre pesará la sospecha de maquillaje y ocultación sobre los datos que aporta la Generalitat. Sería un grave error porque al final lo que observaremos será la tasa de mortalidad total, y este es un dato mucho más difícil de esquivar. Claro que para obtenerlo deberá pasar algún tiempo.
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