Se está extendiendo el convencimiento generalizado de que la mortalidad es mucho más elevada de lo que indican las cifras, debido al sistema de conteo. Un informe del Instituto de Salud Carlos III, lo mostraba mediante el análisis de la tasa de mortalidad total de este periodo, comparado con el equivalente del año anterior.
Este enfoque introduce, no solo todos los muertos por coronavirus, sino también algo muy importante que está quedando relegado a un segundo plano: la concentración de recursos en los enfermos de la pandemia se traduce en un aumento de la mortalidad de otros enfermos, que ahora se encuentran desatendidos.
Pero esta situación, que puede ser bastante generalizada en toda España, tendría en el caso de Cataluña una desviación máxima, de tal manera que se podría hablar en propiedad de un maquillaje deliberado de las cifras, para presentar unos resultados mejores de los que acaecen. Las medidas dirigidas a no aceptar en la UCI a los mayores de 80 años y en muchos casos ni tan siquiera darles acceso al hospital, de manera que murieran en su domicilio, estarían en esta línea. Naturalmente este es un engaño a plazo fijo, porque cuando se hagan públicos los datos de mortalidad del periodo, podremos observar la medida del encubrimiento. Pero hay una forma de observarlo ya ahora.
Se trata del caso de Igualada. Esta ciudad y su territorio colindante, la Conca d’Òdena, fue cerrado por la Generalitat dos días antes de la implantación del confinamiento en toda España. Pues bien, en esta capital, la Generalitat declaró oficialmente muertos por coronavirus a 67 personas, pero el Ayuntamiento, que dispone de los datos inmediatos, declara 140, una desviación de más del 100%. Esto no significa que los datos catalanes estén infravalorados en esta misma magnitud, pero sí que deben moverse entre ella y el 70%, que es el nivel máximo detectado en el informe del Instituto de la Salud de Carlos III, para la autonomía donde existía una mayor diferencia entre muertos por coronavirus y mortalidad total.
En realidad, para saber dónde nos encontramos, la Generalitat y el Gobierno de España deberían proporcionar periódicamente dos tipos de cifras: los muertos por la pandemia con un sistema estadístico homogéneo, que registrara también los que perecen fuera del hospital, y la mortalidad total, que vendría a reflejar el daño provocado por la pandemia de manera indirecta al reducir la asistencia sanitaria para el resto de enfermedades.
Se podría hablar en propiedad de un maquillaje deliberado de las cifras, para presentar unos resultados mejores de los que acaecen. Share on XMás información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS