Uno de los diversos titulares que ha dejado la edición de este año del Foro Económico Mundial de Davos es que la delegación china ha evitado encontrarse y tratar con su contraparte ucraniana, a pesar de todo el interés que puso el presidente de este último país, Volodímir Zelenski.
La cumbre era una oportunidad dorada para el gobierno ucraniano, del que se sabe que mantiene un vivo interés en intercambiar impresiones con la cúpula de Pekín.
Efectivamente, en Davos el presidente Xi Jinping envió nada menos que a su primer ministro, Li Qiang. Durante su discurso inicial, Li se centró en jactar las bondades de la economía china para atraer a inversores internacionales. Hecho comprensivo si se tiene en cuenta que el auditorio contaba (se supone) con la flor y nata del empresariado global.
El primer ministro chino pasó de puntillas sobre la agenda política mundial, presentando únicamente cinco puntos para «reconstruir la confianza y mejorar la cooperación en el ámbito económico» entre China y Occidente.
El comportamiento chino durante el encuentro en Davos habría exasperado a los ucranianos. El jefe de cabinete de Zelenski, Andriy Yermak, había apuntado previamente la posibilidad de un encuentro Zelenski-Li, y añadido que era imperativo que China se sentara en la mesa de negociaciones. En vano.
Así pues, hay que constatar que China no ha profundizado en su rol de mediador de paz que se autoadjudicó hace poco menos de un año, cuando Pekín presentó un esbozo de propuesta en doce puntos que resumían los principios que deberían guiar unas negociaciones de paz.
En su lugar, China parece haber desarrollado aún más su entendimiento con la Rusia de Vladimir Putin, permitiendo las exportaciones de materiales para uso militar, a pesar de las amenazas occidentales, y evitando condenar a Moscú en todo momento.
Según fuentes diplomáticas estadounidenses consultadas por Politico , el rechazo a reunirse con la delegación ucraniana en Suiza ha sido fruto de una decisión premeditada por parte de China. De hecho, un alto funcionario de Estados Unidos ha afirmado que Rusia había pedido a China con insistencia que dejara de tener contactos diplomáticos con Ucrania.
Por su parte, Ucrania niega oficialmente haber solicitado los encuentros con responsables chinos en Suiza este mes.
No se tiene constancia de contactos de alto nivel entre ambos países desde el pasado mayo de 2023, cuando el enviado chino por Ucrania visitó Kiev. Este viaje se produjo, a su vez, un mes después de que Xi y Zelenski mantuvieran una conversación telefónica.
En cualquier caso, debería llamar la atención de los líderes europeos la insistencia con la que Kiev solicita -prácticamente se podría decir que corteja- a Pekín. Sin duda, el gobierno ucraniano es plenamente consciente de la creciente influencia de Pekín en el escenario internacional, y que la palabra de China cuenta más que la de muchos de sus aliados occidentales.
El gobierno ucraniano es plenamente consciente de la creciente influencia de Pekín en el escenario internacional, y que la palabra de China cuenta más que la de muchos de sus aliados occidentales Share on X
1 comentario. Dejar nuevo
Seamos realistas. Ucrania jamás ganará la guerra, pero se niega en redondo a hacer concesiones. Es lógico que en esas condiciones cualquier político sensato se desentienda de los ucranianos. Los que cometen un error no son los chinos sino los que apoyan a Ucrania. Esa es la realidad.