Ada Colau ya se ha hecho sus regalos de Reyes. Los Spin Doctors municipales han rapiñado de aquí y de allí y han conseguido presentar unos rankings que sitúan a Barcelona en una «posición de privilegio en las listas de excelencia de las ciudades del mundo». Así es como subtitula La Vanguardia esta información elaborada por los servicios de Ada Colau. Olvídense del paro, las empresas en quiebra y el cierre. Vivimos en Jauja.
Olvídense de la ciudad en crisis que ven por las calles, de las múltiples tiendas con los rótulos de «se alquila» o «se vende». De la imagen entre vacía y triste de muchas zonas de la ciudad. De la crisis económica que viven sectores fundamentales, como la hostelería, los bares, los hoteles, centros deportivos, grandes superficies comerciales, pisos turísticos y un largo etcétera. Porque en realidad, como el Ayuntamiento nos enseña, Barcelona es la octava mejor ciudad del mundo y nada menos que la tercera de Europa.
Por si fuera poco, somos la segunda mejor ciudad de Europa para atraer Star-Ups y también en estrategia del sector tecnológico. Somos la octava entre las 10 ciudades con más futuro y la séptima por marca turística. No es una broma de mal gusto, la publicación casi a página entera en un diario tan serio como La Vanguardia acredita sin ningún sentido crítico este tipo de información. Y es que el problema radica en todos estos indicadores que pertenecen al pasado aunque aparezcan citados con referencias actuales, como por ejemplo en The World Best Cities 2021 que elabora una entidad tan reconocida (?) Y conocida (?) Como Resonance Consultancy .
Habrá gente que lo creerá. Lo que resulta francamente difícil es que se lo traguen los barceloneses, que viven uno de sus peores años desde al menos la década de los sesenta.
Cargando ...
