Ash y Letta han tratado en Barcelona el futuro de la UE

Timothy Garton Ash

Timothy Garton Ash (68 años), es un historiador y periodista británico, profesor de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y Senior Fellow del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford. Escribe regularmente en The Guardian, The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal.

Ha venido recientemente a Barcelona a presentar su último libro, titulado «Europa. Una historia personal“ (Ed. Arcadia en catalán, Ed. Taurus en castellano). La obra  ha sido calificada por el Financial Times como “el mejor libro de 2003“.

Según su colega Timothy Snyder, historiador estadounidense y profesor en la Universidad de Yale, es «el libro que Europa necesitaba, llega en el momento justo, es un libro perfecto para el presente». Y añade: «Si Tony Judt, historiador y escritor británico como él, escribió en su libro «Postguerra» el gran manual sobre la historia europea después del nazismo, Ash parece haber tomado el relevo de Tony Judt con su nuevo libro» .

Se trata de una gran obra histórica para entender nuestro continente, especialmente después de la caída del Muro de Berlín (1989). Es un libro en el que la historia de Europa de las últimas cuatro décadas se mezcla con las vivencias personales del autor.

Ash se define como «un inglés europeísta». Por encima de cualquier otra consideración, para él, Europa supone un conjunto de valores: paz, derechos humanos, libertad, democracia liberal, estado de derecho, tolerancia, solidaridad, prosperidad. Además, para él Europa supone un estilo de vida que le permite «encontrarse como en casa en cualquier rincón de nuestro continente».

El primer capítulo trata de la Europa «destruida» después de la Segunda Guerra Mundial. El segundo de la Europa dividida por el Talón de Acero (1961-1979). El tercero habla de una Europa «en ascenso» (1980-1989). El cuarto trata de una Europa «triunfante» (1990-2007). Allí señala que la caída del Muro de Berlín significó para muchos historiadores «el final del corto siglo XX» (1914-1989).

A partir de 1989, en la UE se vivieron años de gran optimismo, centrados en torno a cuatro pilares: creación del euro (1999), gran ampliación hacia el este (países excomunistas ocupados por la URSS), perspectiva de un tratado constitucional y adopción de la Agenda socioeconómica-medioambiental de Lisboa (2000-2010).

El último capítulo del libro se titula “Una Europa” vacilante” (va desde 2008 hasta la actualidad).

Ash explica que una Europa “vacilante” no significa una Europa “en caída”. Esta «vacilación» es debida a la aparición de una larga serie de crisis, una tras otra, todas importantes, que en conjunto forman una «policrisis», «megacrisis» o «permacrisis», a partir de 2005 y hasta la fecha con las guerras de Ucrania y Gaza.

Las crisis más relevantes son: 2005, quiebra del tratado constitucional de la UE por el rechazo en referendo de los Países Bajos y Francia; 2008, Gran Recesión; 2010, crisis del euro; 2014, ocupación rusa de Ucrania; 2015, crisis de los refugiados; 2016, Brexit; 2016, Trump; 2017, estallido de los populismos; 2019, pandemia; 2022, guerra de Ucrania; 2023, guerra de Gaza.

Ash escribe: “La UE siempre ha vivido altibajos, momentos de eurooptimismo y momentos de europesimismo. Ignoramos si el declive de los últimos años continuará o se revertirá, tal vez hasta el punto de dar paso a una historia de recuperación total y de grandes avances. Lo que sí sabemos es que el resultado dependerá de nosotros, los europeos que vivimos hoy.

Los noventa y el inicio del milenio fueron uno de los períodos más esperanzadores de la historia europea y una de las cosas que nos han llevado a la actual «policrisis» es que nos autoengañamos creyendo que las cosas seguirían a nuestra manera, es decir, una Europa autoconsiderada como un  “estado posmoderno“, presumiendo de su soft power, ejemplo para el mundo entero, y que la historia seguiría por nuestra vía.”

“Pero el mundo –sigue argumentando Ash– ha cambiado a nuestro alrededor. En lugar de seguir en Europa como el mejor ejemplo de multilateralismo y de una gobernanza postnacional multinivel, Europa se ve obligada a competir con grandes poderes en un mundo de gigantes, como China, Rusia, Estados Unidos, Turquía, Brasil, India , Sudáfrica…  Y si se mira cómo se comportan, la cosa se parece más a cómo lo hacían los grandes poderes europeos del siglo XIX que a los de finales del siglo XX. Vivimos en un mundo peligroso. Hemos pecado de soberbia, estábamos convencidos de que la historia estaba de nuestro lado“.

Los principales mensajes que Ash ha querido dejar claros en sus intervenciones públicas en Barcelona en los últimos días son los siguientes:

  • La UE necesita completar urgentemente su proyecto de integración y llegar finalmente a su unión política completa y, por tanto, llegar a ser una potencia, un verdadero actor global. “Estados Unidos nos considera débil, porque llevamos 80 años dependiendo de ellos para sentirnos seguros. Hemos cedido nuestra seguridad a Estados Unidos, y esto debe acabar. Necesitamos más poder duro -ejército y armas- para defendernos“.
  • Vivimos en un mundo peligroso y los europeos no podemos cerrar los ojos al respecto. Tal y como reclama el Alto Representante de la UE para asuntos exteriores y seguridad, Josep Borrell, la UE debe aprender a utilizar «el lenguaje del poder».
  • El sueño europeo post 1945 de “nunca más guerra” entre nosotros europeos y también entre las naciones no era un error, pero sí que era pensar que podríamos asegurar la paz por medios no militares como diálogo, diplomacia o interdependencia. En 2014 (invasión rusa de Crimea) supuso un punto de inflexión. No supimos reaccionar a tiempo. Ya se sabe, si quieres la paz, prepárate para la guerra (si vis pacem, para bellum).
  • Mucho de lo que hemos conseguido en Europa desde 1945 es un éxito y está ahí, en su lugar, golpeado, amenazado, pero firme. Tenemos muchas cosas que defender. Debemos hacer nuestros el pesimismo del intelecto y el optimismo de la voluntad (Gramsci). Ahora tenemos que completar lo que hemos empezado, tenemos que acabar de hacer Europa.
  • El Brexit fue un gran error. Pero Gran Bretaña no se ha ido de Europa. No puede porqué forma parte de Europa. “Sólo nos hemos ido de la UE de momento, y el camino de vuelta hacia la UE, de hecho, ya ha empezado. Hemos pasado el punto álgido anti UE que favoreció al Brexit y ahora empezamos a volver, poco a poco. Se están dando pequeños pasos de acercamiento. La clave inmediata es lo que hará el líder laborista Keir Starmer después de haber ganado las próximas elecciones, los conservadores están acabados. Volveremos a la UE algún día seguramente cercano, si la UE lo hace bien y sigue siendo atractiva“.
  • Europa es el mejor sitio del mundo para vivir. Millones de ciudadanos de otros países quieren venir a vivir a Europa. Si los europeos vivimos su deseo como una amenaza nos convertiremos paradójicamente en menos atractivos para atraer talento, energía y juventud de otros países. No debemos temer la inmigración, por el contrario, la necesitamos, pero obviamente debemos saberla regular. La UE necesita una política común para la inmigración. Hoy competimos con ventaja con los mejores lugares del mundo para vivir, pero hemos entrado en pánico como civilización: tememos a los bárbaros. Ojo con el miedo, alimentador de extremismos.

Enrico Letta

Enrico Letta, ex primer ministro italiano y presidente del Instituto Jacques Delors, think tank radicado en París, se encuentra actualmente recorriendo Europa para llevar a cabo un informe, encargado por el Consejo Europeo, sobre el futuro del mercado único europeo. Cree que aún está por completar, por ejemplo en materias tan importantes como defensa, energía o tecnología. Esta misión le ha llevado a Barcelona, donde ha venido a reunirse con representantes de diferentes sectores económicos.

Ha hecho declaraciones como las siguientes:

  • Europa se encuentra ante lo que se podría denominar como “última llamada”, como el last call que escuchamos en los aeropuertos, el último aviso antes de que el avión emprenda el vuelo. Si no lo atendemos, perderemos el vuelo del futuro. Necesitamos entender que la potencia y el crecimiento de los grandes poderes de nuestro alrededor es tan grande que una de dos, o vamos hacia una integración europea completa, o desapareceremos. Tenemos pocos años por delante para hacer algunas cosas que todavía no hemos hecho. Por eso creo que la próxima legislatura europea  (2024-2029) será la decisiva para la integración final y debe servir para resolver una serie de problemas que hemos dejado que se arrastren con el tiempo y que hacen que Europa sea un continente fragmentado y en riesgo. Cuando digo que es la última llamada, quiero decir que no debemos unirnos sólo cuando llega el incendio, que es algo que ha pasado estos últimos años de crisis diversas.
  • Paul Henri Spaak ya declaró lo siguiente a mediados del siglo pasado: “Todos los estados miembros de la Unión Europea son pequeños en un mundo de gigantes. El problema es que algunos estados aún no se han enterado, no son conscientes de ello o no quieren serlo”.
  • Cuando han pasado los incendios, las urgencias, cada uno de los estados europeos vuelve a ir por su cuenta. Si todo el mundo va por su cuenta, seremos totalmente irrelevantes. En el mundo anterior, que era un mundo pequeño, todos los países europeos eran países grandes. En el mundo grande de hoy, todos los países europeos son países medianos o pequeños. Éste es el tema principal. Y si no entendemos que la integración es fundamental para resistir a los chinos, indios, BRICS, etc., estamos perdidos. La ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos nos demuestra que los estadounidenses son también muy agresivos en el campo de la industria manufacturera y de la tecnología en general.
  • En la guerra de Gaza se ha visto claramente que Europa está muy dividida. No nos damos cuenta de que, si vamos a la ONU con tres posiciones diferentes, nos autocondenamos a la irrelevancia y eso significa que serán los demás quienes decidan nuestro futuro. Nosotros, europeos, hemos vivido en las últimas décadas pensando que podemos vivir siendo dependientes en energía, tecnología y seguridad. Hemos confiado a los estadounidenses nuestra seguridad, a los rusos y árabes nuestra energía y a los chinos nuestra tecnología. Debemos avanzar hacia una autonomía estratégica no sólo abierta sino también fuerte en los tres terrenos para poder jugar un papel de intermediario en un mundo de gigantes, muy especialmente entre los dos gigantes dominantes: Estados Unidos y China. No tengo miedo a utilizar la palabra “fuerte”. Europa debe ser una verdadera potencia. No tenemos más tiempo, debemos hacerlo deprisa.
  • “Durante la próxima legislatura europea quinquenal ya deberían tomarse las decisiones importantes por mayoría cualificada. En mi opinión, la próxima legislatura pasará a la historia como la que eliminará el derecho de veto del proceso europeo en la toma de decisiones y superará la regla de la unanimidad. Si no lo conseguimos, iremos hacia la irrelevancia y sólo podremos elegir entre ser una colonia de Estados Unidos o China”.
Hemos pecado de soberbia, estábamos convencidos de que la historia estaba de nuestro lado Share on X

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