A diferencia de España, donde la cuestión religiosa está suprimida de la vida pública, en Estados Unidos se presta una atención extraordinaria a este hecho. Esto permite conocer perfectamente cuál es la opción de cada uno de sus representantes tanto en el Congreso como en el Senado, y de esta forma se puede seguir la evolución de su composición desde este punto de vista a lo largo del tiempo.
Separación entre Iglesia y Estado
Nadie duda de que la separación entre Iglesias y Estado en ese país se cumple estrictamente, pero desde una perspectiva distinta del laicismo español. En España, esta separación se practica en términos contrarios a lo establecido en la propia Constitución, que regula la aconfesionalidad del Estado en el marco de la colaboración con las diferentes confesiones religiosas reconocidas y cita de forma nominal a la Iglesia Católica, dado su peso histórico y presente.
En Estados Unidos, el carácter neutral de la administración nace del derecho originario de impedir que ninguna confesión se imponga sobre otra. Sin embargo, este principio no implica un rechazo al hecho religoso, que se valora como positivo y constituye una característica común de la gran mayoría de ciudadanos americanos.
Contrastes con España
También es así en el caso de España: la sociedad no es laica sino religiosamente plural. Sin embargo, la partitocracia y sus gobiernos han optado por imponer una visión de una sociedad homogéneamente laicista.
Los cristianos representan al 87% de los miembros con derecho a voto en el Senado y en la Cámara de Representantes combinados, en la sesión del Congreso 2025-2027. Esto es casi lo mismo que el 88% de la última sesión.
Religiosidad y representación
En realidad, el Congreso es más religioso que el conjunto de la población estadounidense. En el caso de España, seguramente la situación es opuesta, aunque es imposible saberlo, puesto que se mantiene en secreto la confesión religiosa de cada representante. Nuestros órganos de representación, especialmente el Congreso, son menos religiosos que la mayoría de la población y también tienen menor proporción de matrimonios e hijos.
Disponer de estos datos no es algo menor, ya que el modo de vida determina la orientación política, incluso dentro de un mismo partido. Por tanto, tener una radiografía más exacta de lo que cree y cómo vive cada candidato en lo público y notorio, como la confesión religiosa o el hecho de estar casado o no y el número de hijos, debería formar parte de una declaración formal como se hace con los aspectos vinculados al patrimonio económico.
Hoy es motivo de reflexión que sólo tiene importancia este último hecho, y no porque no lo tenga, sino porque hay otras cuestiones que como electores nos interesa conocer, que van más allá de la riqueza de la que dispone cada uno de nuestros representantes.
Crecimiento de la representación católica
Otra característica que puede sorprender desde una perspectiva española es que la representación católica en el Congreso ha crecido y supera ahora el 28%. Cabe recordar que el catolicismo en Estados Unidos fue durante la mayor parte de su historia un grupo social mal visto por la mayoría protestante, hasta el punto de ser un estigma para alcanzar cargos importantes.
El primer presidente católico de Estados Unidos no llegó hasta bien entrado el siglo XX con el presidente Kennedy. Hoy ya no es así, y progresivamente el catolicismo ha ido ganando peso en la clase política, en parte a causa de la inmigración hispana, pero también por el incremento de católicos comprometidos con la vida pública. Católicos de toda la vida o, más singularmente, católicos conversos, como es el caso del vicepresidente Vance, que se convirtió en 2021.
Otros grupos religiosos
El número de cristianos protestantes ha disminuido ligeramente y representa algo menos del 56% del Congreso entrante. Alrededor del 1,1% de los miembros del Congreso son cristianos ortodoxos. En total, los cristianos representan en torno al 85% del Congreso.
La segunda fe religiosa más representada en el Congreso es la fe judía, que representa alrededor del 6% de sus miembros. La tercera fe mayor representada es la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormonismo), que representa el 1,7% del Congreso.
Datos sobre católicos en el Congreso
El número total de católicos en el Congreso aumentó en dos miembros, de 148 en el 118º Congreso a 150 en el 119º Congreso. El porcentaje aumentó ligeramente del 27,7% al 28,2%. Los católicos siguen siendo la mayor denominación cristiana representada en el Congreso.
Según las cifras del Pew, 126 miembros de la Cámara de Representantes y 24 senadores son católicos. La mayoría de los católicos en ambas cámaras son demócratas: 70 en la Cámara de Representantes y 13 en el Senado. Hay 56 republicanos católicos en la Cámara de Representantes y 11 en el Senado.
Hay 459 miembros titulares del Congreso que vuelven, de los que 129 pertenecen a la Iglesia Católica, lo que representa el 28,1% de los titulares. Hay 73 nuevos miembros del Congreso, 21 de los cuales son católicos, lo que representa el 28 ,8% de los estudiantes de primer año.
Según Pew, alrededor del 20% de los adultos en Estados Unidos se consideran católicos, lo que significa que los católicos están sobrerrepresentados en el Congreso por más de ocho puntos porcentuales.