¿Vivimos mejor con Sánchez? Un análisis a fondo del resultado de sus gobiernos 2018-2025. (IV) Indicadores sociales

Indicadores sociales

Pobreza y desigualdad

Las tasas de pobreza se han mantenido estructuralmente altas y casi estancadas. En 2017 el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) rondaba el 26-27%. Los últimos datos (ECV 2023) la sitúan en 26,5%. Es decir, aproximadamente 1 de cada 4 españoles está en riesgo de pobreza, igual que hace 8 años.

Hubo fluctuaciones: subió ligeramente tras la crisis financiera, bajó algo en 2019, volvió a subir con el COVID (27,8% en 2020) y ha vuelto al nivel previo recientemente.

La pobreza infantil sigue muy elevada (33% de menores en riesgo en 2022, tercera peor de la UE). Esto evidencia un problema estructural, como señala la EAPN, que no se ha resuelto pese a la mejoría económica de 2015-2019.

En cuanto a desigualdad de renta, hay un ligero progreso: el Índice de Gini pasó de 34,1 en 2017 a 32,0 en 2022, indicando algo menos de desigualdad. Aun así, España presenta mayor desigualdad que la media UE (Gini UE ~30). La mejora en Gini puede atribuirse a subidas del SMI y más empleo, pero también a transferencias sociales (ingreso mínimo vital introducido en 2020, etc.).

Resumiendo, no se vive “menos pobreza” que en 2017: los niveles de pobreza y exclusión son tozudamente semejantes (en torno al 26% de población), lo que significa que las capas más vulnerables no han visto gran mejoría en sus condiciones a pesar de más gasto social. La desigualdad bajó apenas a niveles de 2008 (Gini ~31.5), pero España sigue entre los países europeos más desiguales en renta, fruto de un mercado laboral polarizado y prestaciones que no logran sacar a todos de la pobreza.

Natalidad y demografía joven

La crisis de natalidad se ha agravado. En 2017 ya era baja (nacían 390.000 bebés, fertilidad 1,31 hijos/mujer). En 2022 nacieron solo 329.000 niños y la tasa de fertilidad cayó a 1,16, segunda más baja de la UE. Los datos preliminares de 2023 bajan la fecundidad a 1,12 hijos/mujer, un mínimo histórico. España está en mínimos de nacimientos desde que hay registros (1941). ¿Por qué?

Principalmente por la postergación de la maternidad (edad media del primer hijo 32 años) debido a la inestabilidad laboral, dificultad de conciliación y coste de la vivienda. Sumado a menos mujeres en edad fértil (efecto de pirámide invertida), resulta esta bajísima natalidad.

El saldo vegetativo es negativo desde 2015 y se ha ampliado (más muertes que nacimientos cada año). Esto implica un envejecimiento acelerado: la edad mediana supera 44 años, y la cohorte 65 años crece (20% población) mientras los 15 bajan (menos del 15%). El Gobierno ha implementado tímidos incentivos (cheque bebé en algunas regiones, mejora de permisos de paternidad, equiparándolos a maternidad, etc.), pero no han revertido la tendencia.

En 2025 la natalidad es aún peor que en 2017, lo que compromete la sostenibilidad futura (pensiones, etc.).

Situación de los jóvenes

Los jóvenes (aprox. 16-34 años) en 2025 enfrentan retos similares o mayores que en 2017.

El paro juvenil, aunque ha disminuido porcentualmente, sigue siendo el más alto de Europa. A finales de 2017, la tasa de paro entre menores de 25 años era 37,4%. En 2023 bajó a 28,3%, una mejora significativa pero insuficiente. Para finales del primer trimestre de 2024 se reporta 26,5%, que sigue doblando la media UE (~14-15%). Es decir, 1 de cada 4 jóvenes activos no encuentra empleo, y los que lo hacen sufren mucha temporalidad (si bien la reforma laboral de 2022 redujo la temporalidad, aumentando contratos indefinidos entre jóvenes).

Emancipación: España sigue a la cola en emancipación juvenil. La edad media para dejar el hogar paterno ronda los 30 años, dos años más tarde que la media europea (26-28). En 2017 estaba en 29 años, o sea, ha empeorado ligeramente. Solo el 15% de los jóvenes de 16-29 años vive independiente. La dificultad para emanciparse está ligada a los salarios bajos y precios de vivienda altos.

Situación vital: Muchos jóvenes de esta generación encadenan precariedad: trabajos temporales o de baja remuneración (pese a mayor formación que generaciones anteriores), tardan en estabilizar su vida familiar (de ahí la baja natalidad), y algunos optan por emigrar.

Emigración y “fuga de cerebros”: Tras la crisis de 2008-2014, numerosos jóvenes cualificados emigraron (Reino Unido, Alemania…). En 2017 eso empezaba a frenarse, pero no se ha revertido del todo. España sigue perdiendo talento joven hacia el extranjero, aunque compensado demográficamente por la inmigración recibida.

En 2022 unos 28.000 españoles menores de 30 emigraron (estimación), un flujo menor que los 50.000 anuales de 2012, pero significativo. Al mismo tiempo, algunos retornan o nuevos nacidos en el exterior de padres españoles engrosan la población activa.

La fuga de cerebros preocupa por sectores (médicos, ingenieros buscando mejores condiciones fuera). La diferencia 2025 vs. 2017 es que ahora la economía española crea más empleo de alta cualificación (por ejemplo en tecnología, gracias a inversiones como los fondos NextGen), lo cual puede retener a más talento, pero aún los salarios y oportunidades no igualan a los de países destino. La pérdida de capital humano sigue ocurriendo, si bien mitigada por el hecho de que desde 2018 la emigración de españoles se ve superada ampliamente por la inmigración de extranjeros, generando crecimiento poblacional neto.

En suma, los jóvenes españoles de 2025 no lo tienen objetivamente mejor que los de 2017: el paro sigue altísimo, aunque algo menor, la precariedad laboral persiste (pero con atisbos de mejora en estabilidad tras la reforma), el acceso a vivienda es más difícil, y la emigración continúa como válvula de escape. Esto tiene consecuencias sociales: retraso en la formación de hogares, baja fecundidad, e incluso malestar generacional (muchos jóvenes sienten que vivirán peor que sus padres, alimentando desafección).

¿Vivimos mejor con Sánchez? Un análisis a fondo del resultado de sus gobiernos 2018-2025. (III) Salarios, convergencia con Europa y coste de vida

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