Introducción
Actualmente se pueden definir tres grandes regiones geopolíticas: el Oeste Global (u Occidente Colectivo, como le gusta decir a Putin), liderado por Estados Unidos; el Este Global, liderado por China; y el Sur Global, con un liderazgo disputado entre diversas potencias, China e India principalmente, mientras que Occidente, especialmente Europa, se muestra en retirada (ejemplo: derrumbe de la Françafrique).
La India recientemente ha sustituido a China como estado más poblado del mundo. Su comportamiento geopolítico se caracteriza por practicar hábilmente un juego a varias bandas. Por un lado, mantiene buenas relaciones con el Oeste Global (Estados Unidos particularmente); por otra parte, forma parte de importantes organizaciones del Este Global, al tiempo que mantiene una fuerte rivalidad con China y pertenece al Sur Global, que aspira a liderar.
Muchos analistas hablan también de un Norte Global, que supone un ilusorio gran territorio que va desde Gibraltar hasta Vladivostok (Eurasia más Norteamérica), formado por Europa, Rusia, Japón, Canadá y Estados Unidos. También hablan, con mayor fundamento de causa, del retorno de viejos imperios situados en las tres regiones geopolíticas (Rusia, Turquía, India, Irán, Brasil, Indonesia, Arabia Saudita, etc.). Señalan el retorno de potencias regionales y la ausencia de un verdadero «gobierno mundial» en un mundo globalizado económicamente y necesitado de «bienes comunes universales» (paz, lucha contra el cambio climático, medio ambiente, transición energética, seguridad, lucha contra la pobreza, etc.).
La ausencia de gobierno mundial se hace visible con las debilidades de la ONU (Organización de Naciones Unidas), donde la existencia del derecho de veto por parte de las cinco potencias miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia) paraliza cualquier iniciativa que no les convenga.
El Oeste Global
El Oeste Global está formado por democracias. Su PIB supera todavía la mitad del PIB mundial (unos 100 billones de euros). Los tres grandes del mundo en PIB son Estados Unidos con un 25% del total, China con un 18% y la UE con un 17%, aproximadamente. La UE tiene una economía similar a la de China y un 65% de la de Estados Unidos. El crecimiento anual del PIB de 2022 a 2023 ha sido del 8% en China, del 2% en Estados Unidos y del 1,4% en la UE. En 20 años, la UE ha crecido un 13% menos que Estados Unidos, un retraso difícil de recuperar. El 28% de la pérdida se debe al trabajo y el 72% a la tecnología. El crecimiento económico de China, a partir de la reforma económica de 1978, ha sido extraordinario.
En 1945, Estados Unidos representaba el 50% del PIB mundial y en 1900 Europa el 25%. La población de Europa en 1900 era de un 25% de la mundial y actualmente es de un 6%, aproximadamente, mientras que su PIB había llegado en 1900 a ser el 50% del PIB mundial (pico histórico). El PIB de Estados Unidos en 1945 alcanzó el 50% del PIB mundial (otro pico histórico). Por todo ello, se ha podido escribir que el siglo XIX fue el siglo europeo, el siglo XX, el siglo americano, y el siglo XXI probablemente será el siglo chino o asiático.
Europa es líder mundial en gasto social (50% del total mundial)
A la vista de estos datos, se puede entender que China y Rusia de Putin declaren a menudo que el Oeste Global está en decadencia. Por otra parte, Europa es líder mundial en gasto social (50% del total mundial). La excancillera alemana, Angela Merkel, declaró hace unos años que Europa podía representarse con tres números: 6-20-50, que suponen, respectivamente, los porcentajes europeos de población, riqueza y gasto social sobre el total mundial.
Las dos únicas superpotencias del mundo hoy son Estados Unidos, potencia hegemónica, y China, potencia reemergente. La UE y Rusia no llegan a la categoría de superpotencias: la UE, por no haber completado todavía su unión política y, por tanto, por no disponer de políticas comunes en defensa y asuntos exteriores, entre otros que debería tener para dejar de ser un «actor global in fieri» (en proceso de formación); y Rusia, porque tiene una economía pequeña, comparable a la de Italia, y una población relativamente baja (unos 140 millones de habitantes) y decadente.
El antropólogo francés Emmanuel Todd acaba de escribir un libro titulado La défaite de l’Occident (La derrota de Occidente) (Gallimard, 2024). En este libro se puede leer lo siguiente: «Lo que desestabiliza hoy al mundo es la crisis occidental y, más específicamente, americana, de carácter cultural y político, que pone en peligro el equilibrio del planeta».
Un destacado miembro de la escuela realista ofensiva de las relaciones internacionales, el académico americano John Mearsheimer, en su libro The Great Delusion. Liberal Dreams and International Realities (2018), coincide con la tesis de Todd. Mearsheimer ha escrito que la decadencia occidental se debe a que «en Occidente ya no existe el Estado-nación; el concepto de estado nación presupone la pertenencia de varios estratos de la población de un territorio a una cultura común, en el si de un sistema político que puede ser indiferentemente democrático, oligárquico, autoritario o totalitario; Estados Unidos y la UE sufren del mismo mal, es decir, la desaparición de una cultura nacional compartida por la masa y las clases dirigentes».
Estados Unidos y la UE (27 estados miembros) son los dos grandes protagonistas del Oeste Global, mientras que la OTAN (32 estados miembros, de los que 21 son a la vez miembros de la UE) es la organización política y militar líder, que une a estos dos grandes protagonistas. El liderazgo del Oeste Global corresponde a Estados Unidos. Junto a China, son las dos únicas superpotencias del mundo actual: una, la hegemónica (Estados Unidos), y la otra, la reemergente (China). La capital estadounidense, Washington, es la capital del Oeste Global.
Según Todd, los europeos son «vasallos» de Estados Unidos dentro del Oeste Global. Estados Unidos presiona para que la OTAN tenga «socios globales», como Japón o Australia, pero todavía no se ha adoptado ninguna decisión al respecto.
En el Oeste Global figuran otros países europeos no miembros de la UE, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, algunos países asiáticos miembros de la ASEAN (Asociación de Estados del Sudeste Asiático) como Singapur, un país situado en Oriente Medio como Israel, Argentina, otros países de América Central y del Sur y, finalmente, otros oceánicos. La capacidad de Estados Unidos de formar coaliciones poderosas con todos estos países es grande y temida por China.
El G-7 es una estructura occidental de gobernanza global, formada por Estados Unidos, Canadá, Japón y cuatro estados miembros de la UE (Francia, Alemania, Reino Unido e Italia). El G-7 representa el 10% de la población mundial y el 30,3% del PIB mundial. Su contrapeso en el Este Global son los BRICS, que superan ampliamente al G-7 en población y también, desde hace poco tiempo, en PIB.
Estados Unidos lidera el orden global liberal instaurado por los Acuerdos de Bretton Woods (1944), que crearon instituciones como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) y, más tarde, la Organización Mundial del Comercio (OMC).
China se queja de estar poco representada en las anteriores organizaciones internacionales y, por eso, ha empezado a crear, en paralelo, instituciones globales lideradas por Pekín, como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (2015) o el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (2015). Sin embargo, China está presente en la ONU y preconiza un nuevo orden mundial multipolar y es partidaria del multilateralismo. Por el contrario, rechaza el mundo hegemónico y unilateral que representan a Estados Unidos.
China acusa a Occidente, y muy particularmente a Estados Unidos, de rodearla a través de organizaciones como el QUAD (Estados Unidos, India, Japón y Australia), AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) o Five Eyes ( Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda).
El actual líder, Xi Jinping, se ha desmarcado de su antecesor Deng Xiaoping, partidario de mostrar un «perfil bajo» por parte de China en el escenario internacional. Xi Jinping cree que Estados Unidos quiere entorpecer o incluso frenar el ascenso de China. Por eso, está lanzando nuevas iniciativas a favor del multilateralismo y la multipolaridad, así como la propuesta de crear una gobernanza mundial compartida y pacífica, basada en el respeto mutuo entre las distintas civilizaciones existentes en el mundo.
Ejemplos de estas iniciativas son las tres siguientes: Global Security Initiative, Global Development Initiative y Global Civilization Initiative. Xi no quiere que el Oeste Global establezca unilateralmente normas universales y aspira a reformar el orden mundial existente, que considera «dominado por la potencia hegemónica estadounidense». El presidente estadounidense, Biden, ha declarado recientemente que “China quiere ser la potencia hegemónica primero en su región (Asia Pacífico) y después en todo el mundo”. Xi Jinping le ha respondido denunciando que la intención de Estados Unidos es «rodear China, contenerla y cortar su auge económico».
El Este Global
El Este Global está liderado por China. Rusia se está acercando cada vez más a China desde la guerra de Ucrania, iniciada en febrero de 2022. En el Este Global destacan dos organizaciones: los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
Los BRICS
Los BRICS estaban formados inicialmente por cinco países (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Últimamente, se han incorporado otros cinco países: Arabia Saudita (con un estatus específico, no es una adhesión formal, en función de su tradicional relación de entendimiento —protección militar a cambio de petróleo— con Estados Unidos, iniciada en 1944), Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía. Argentina también fue invitada a la adhesión, pero el actual presidente, Milei, rechazó la invitación, declarando que no quería entrar en un «club comunista».
Los BRICS representan el 35% del PIB y el 45% de la población mundial. Más de 40 países aspiran a la adhesión. Según dos especialistas, se trata de una organización que tiene un «gran futuro». Escriben que “este bloque de países conformará el nuevo orden mundial” (The Battle for the BRICS. Why the Future of the Bloc Will Shape Global Order, Alexander Gabuev and Oliver Stuenkel, Foreign Affairs, septiembre 2024). Alexander Gabuev es ruso, vive en Berlín y pertenece al Carnegie Endowment for International Peace. Oliver Stuenkel es un politólogo alemán-brasileño.
A finales de este mes de octubre, en la ciudad rusa de Kazán, se celebrará la reunión anual de los BRICS. Es la primera reunión de la organización ampliada a diez países. En el artículo citado de Gabuev y Stuenkel podemos leer que “en la próxima reunión de Kazán, Putin proclamará que, a pesar de los esfuerzos del Oeste Colectivo de aislar a Rusia después de su invasión de Ucrania, su país no sólo está lejos de ser un estado paria internacional, sino que ahora es un país clave de una organización dinámica (BRICS) que determinará el futuro del orden mundial”.
Según Gabuev y Stuenkel, “como Estados Unidos y sus aliados son cada vez menos capaces de conformar unilateralmente el orden global, muchos países están tratando de alcanzar su propia autonomía creando y participando en centros alternativos de poder; incapaces o no queriendo adherirse a clubes exclusivos de Estados Unidos y sus socios junior, como el G-7 o blogs dirigidos militarmente por Estados Unidos, y frustrados cada vez más por unas instituciones internacionales dominadas por Estados Unidos, como el FMI o el BM; estos países están buscando nuevas opciones y buscando iniciativas que no sean estadounidenses, entre las que destacan los BRICS”. La UE, por su parte, está buscando una «autonomía estratégica» en un mundo de gigantes dominado por Estados Unidos y China.
En el interior de los BRICS existen importantes discrepancias. “Algunos miembros, como China, Rusia o Irán, quieren posicionar al grupo en contra de Occidente y del orden mundial establecido por Estados Unidos, pero otros miembros, especialmente India y Brasil, no lo quieren. Simplemente, lo que desean, y en eso sí que coinciden con China y Rusia, es que el mundo evolucione desde un sistema de unipolaridad posterior a la Guerra Fría a otro de multipolaridad; esta lucha entre estados antioccidentales y estados no alineados determinará el futuro de los BRICS”.
«El Kremlin piensa que los BRICS pueden ser un refugio ante la dominación hegemónica de Estados Unidos, cada vez más pronunciada desde la invasión rusa de Ucrania en 2022». «Putin es contrario a lo que él llama colonialismo clásico de Estados Unidos y clama contra el monopolio de Washington a la hora de establecer normas regulatorias del mundo». «Putin hace campaña contra un mundo reglado sólo por Estados Unidos y, de forma especial, contra el predominio del dólar a nivel internacional».
Como se ha dicho anteriormente, los BRICS han creado el New Development Bank (NDB), un banco pensado para suplementar y no sólo rivalizar con el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con una participación dominante de la China, que también ha creado la AIIB (Asian Infrastructure Investment Bank), impulsando la internacionalización de su moneda, el yuan, con la intención de contrarrestar el dólar.
China y la Rusia de Putin quieren destronar a Estados Unidos de su hegemonía global. India y Brasil se sitúan en un terreno intermedio entre el Oeste Global y el Este Global. Pero todos coinciden en la necesidad de una reforma profunda del actual orden mundial, en el sentido de pasar de una unipolaridad dirigida por Estados Unidos a una verdadera multipolaridad. India y Brasil declaran que pertenecen al Sur Global, así como China. Los BRICS son un grupo muy prometedor, pero tienen por delante retos importantes, puesto que se trata de un grupo muy heterogéneo. Deberán saber gestionar muchas tensiones y contradicciones internas.
La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)
La segunda institución internacional importante del Este Global es la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Tiene nueve miembros (China, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Venezuela), tres países observadores (Afganistán, Bielorrusia y Mongolia) y nueve socios de diálogo (Camboya, Egipto, Nepal, Sri Lanka, Turquía, Arabia Saudita, Azerbaiyán, Armenia y Qatar).
Es una organización intergubernamental fundada en 1996 por cinco estados (los cinco de Shanghái): China, Rusia y tres estados de Asia Central (Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán). Fue refundada en 2001. Tiene su sede en Pekín, capital del Este Global. Su lema es Shanghai Spirit (espíritu de cooperación de Shanghai). La “Carta de la OCS” entró en vigor en 2023. En ella se afirma que “representamos a la mitad de la humanidad”.
La OCS está enfocada hacia la seguridad regional, señalando como principales amenazas el terrorismo, el separatismo y el extremismo, como conviene en Rusia y China. También fomenta la cooperación económica. En la cumbre de Moscú de 2005 dio prioridad a proyectos energéticos conjuntos. También se decidió la creación de un Consejo interbancario y reforzar la cooperación cultural.
Pese a que la OCS reconoce en su declaración fundacional que no es una alianza establecida contra otras naciones o regiones y se adhiere al principio de transparencia, la mayoría de observadores independientes consideran que uno de sus objetivos principales es servir de contrapeso a la OTAN y Estados Unidos, tal y como los BRICS son un contrapeso al G-7. La OCS quiere evitar conflictos que permitirían la intervención estadounidense en regiones limítrofes con Rusia y China. Forma un gran espacio territorial único, más homogéneo que el formado por los BRICS, con una continuidad territorial que comprende a Rusia, India y China. Los BRICS tienen estados miembros situados en distintos continentes.
Tanto el Oeste Global como el Este Global miran hacia el Sur Global para conseguir la supremacía global.
El Sur Global
El Sur Global comprende estados del planeta no pertenecientes al Oeste Global ni al Este Global, considerados como países en vías de desarrollo o no alineados. La ONU tiene actualmente 194 estados miembros, de los que 133 pueden considerarse que forman parte del Sur Global. China, India y Brasil se consideran Sur Global y aspiran a dirigirlo. Una organización importante del Sur Global, ligada a la ONU, es la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo).
El Oeste Global y el Este Global rivalizan por influir y controlar el Sur Global. El Oeste Global está perdiendo peso en el Sur Global, mientras que China lleva años trabajando intensamente sus relaciones con el Sur Global, a partir de la creación en 2014 de las nuevas rutas de la seda, canalizadas a través de la organización BRI (Belt and Road Initiative). China financia infraestructuras sin ingerirse en los asuntos políticos internos de los estados en los que invierte.
El G-20 cabalga entre las tres grandes regiones geopolíticas
El G-20 es una organización internacional importante en materia de gobernanza económica mundial, formada por estados miembros de las tres regiones geopolíticas existentes. Según prestigiosos analistas (como Josep M. Colomer, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos), el G-20 es la organización que más se asemeja a un gobierno mundial económico, ya que conviven estados miembros desarrollados junto a otros en vías de desarrollo.
Los miembros actuales son: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, Italia, India, Indonesia, Japón, México, Corea del Sur, Rusia, Arabia Saudí, Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea (España es un invitado permanente). En la última reunión del G-20, celebrada en Nueva Delhi, India quiso presentarse como el líder indiscutible del Sur Global.
Tanto el Oeste Global como el Este Global miran hacia el Sur Global para conseguir la supremacía global. Share on X