¿Seguro que Feijóo mintió tanto? 9 datos señalan lo contrario

Dejando al margen de que Sánchez, por las razones que sean, hace semanas y semanas que se ha instalado en la sociología del victimismo, su discurso es una continua queja de las injustas agresiones que recibe.

De hecho, todo su largo itinerario por radios y televisiones tienen como común denominador esta característica, que podríamos traducir como: «son malos», «quieren mi mal», «mienten para conseguirlo».

Seguramente esa posición psicológica le hizo mucho daño a la hora de preparar el debate, porque su subconsciente posiblemente le estaba dictando que Feijóo se comportaba de forma inmisericorde, y él no podía hacer otra cosa que manifestar su queja. No sabemos si esto responde a la realidad, pero es una explicación del bloqueo que siguió.

Ahora el argumento principal para paliar el desastre de su intervención, que tiene en El País y sobre todo La Vanguardia a sus defensores más acérrimos, radica en ajusticiarse porque Feijóo mintió. En realidad es un argumento muy débil porque si tu adversario miente y estás preparado, lo dejas en evidencia en cada ocasión con tu respuesta que rectifica de forma clara y concreta la falsedad que se ha producido.

Pero precisamente ese fue el déficit de Sánchez. No tener respuestas para las mentiras presuntas o reales de Feijóo.

Y es que en realidad tantas mentiras por parte de Feijoo no hubo. Mentir, según la Real Academia Española, es una manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o piensa. Esta definición de la RAE se alimenta del concepto tomista. Según Santo Tomás de Aquino definía la mentira como locutio contra mentem, es decir expresar lo que es contrario a lo que piensa la mente.

Es una buena definición. Pero también hay otra definición posible: la mentira es lo que es contrario a los hechos siendo uno consciente de cuáles son estos. Hasta 9 posibles mentiras han sido identificadas en las intervenciones de Feijóo. Si se observan con atención se verá que la gran mayoría de éstas o bien son verdad o son interpretaciones favorables a sus intereses, pero en modo alguno deforman la realidad de los hechos.

La única mentira, y considerando que puede ser un error de Feijóo, fue cuando afirmó que el PP había votado a favor del incremento de las pensiones. Algo tan evidente difícilmente tiene recorrido y, por tanto, perjudica si lo dice. Pero en todo caso ésta sería la principal culpa de Feijóo.

Otros bailan, por ejemplo cuando acusó a Sánchez de comprar más gas en Rusia que ningún primer ministro europeo. Esto no es cierto en el sentido de que el estado no compra gas, pero sí que es cierto que en los últimos tiempos las empresas españolas han comprado más gas en Rusia que la mayoría de las europeas. El hecho será más verdad o menos en función del período de tiempo escogido. Si se utiliza el período bastante posterior a la guerra de Ucrania cuando Alemania empezó a cerrar el grifo, esta afirmación tiene sentido y no es nada raro porque las hemerotecas pondrán de relieve que este tipo de operaciones fueron objeto de informaciones destacadas en los medios de comunicación.

También se atribuye como falsedad cuando dijo haber archivado el caso Pegasus por falta de su colaboración. Cierto. Es evidente que el juez la ha archivado porque Israel no le ha hecho ni puñetero caso, pero es que el gobierno español se ha puesto de perfil en este tema y no ha llevado a cabo ninguna gestión sobre el gobierno de ese país por demostrar su interés. Sí hubo una falta de colaboración de Sánchez. No es tan raro, es lo mismo que dicen los independentistas y la cuestión de Pegasus y la falta de actuación del gobierno permanece abierta en el Parlamento Europeo.

También es muy matizable y que sea una mentira cuando dijo que Galicia es la comunidad en la que menos aumentó la deuda. En realidad, para corresponder a la cosa con exactitud, debía haber dicho «una de las comunidades» porque Canarias, Madrid y Navarra tuvieron cifras ligeramente mejores. Pero es cierto que Galicia se ha endeudado mucho menos que el conjunto.

No es una mentira afirmar que «la excepción ibérica no la derogaré yo, la derogará la UE», porque esta regla está prolongada hasta finales del 2023 y si bien la Comisión no ha dicho nada sobre el después, parece muy evidente que se pondrá fin a ese mecanismo de excepción sobre todo porque los precios se habrán normalizado. Por otra parte, cabe añadir que esta facilidad ha permitido reducir la factura energética.

En contrapartida son rotundamente ciertas 4 afirmaciones: la que había creado menos empleo que todos los presidentes anteriores excepto Rodríguez Zapatero, que tenemos menos autónomos que en 2019, que hasta el primer trimestre de 2023 no se ha recuperado el PIB de 2019 y que en España subió la luz un 40% y estamos pagando un 20% más que la UE.

Por tanto, en el debate no se produjeron un alud de mentiras y sí, en todo caso, argumentos más o menos hinchados a favor de quien los pronuncia. Pero esto es algo habitual y, como ya se ha dicho al inicio, si la mentira es muy contundente le deja en bandeja al adversario para que lo estruja, lo que evidentemente no se produjo.

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