La falta de previsión del gobierno de la Generalitat deja sin medios la guerra contra el coronavirus

Cataluña no dispone de los termómetros láser necesarios para poder realizar controles rápidos y masivos de la temperatura a la población. Una de las medidas primarias que se han utilizado en muchos países y, principalmente y con éxito, en Corea del Sur, Taiwán y Japón, países que han contenido la enfermedad y sobre todo la mortalidad.

Por no disponer, los agentes de la policía autonómica no disponen de las suficientes mascarillas para abastecer a todo el cuerpo, y por si fuera poco, Cataluña ha dejado de hacer el test del virus a las personas que presentan síntomas claros de la enfermedad y lo limita sólo a los casos graves y al personal sanitario.

Esta medida es extraordinariamente peligrosa por dos razones. La primera, porque infravalorará las cifras de afectados que se darán. La segunda, y más grave, es que impide pasar al ataque contra el virus practicando detecciones masivas. Una de las razones del éxito de Corea del Sur con el Covid-19 es que han hecho más de 200.000 tests de diagnóstico. En España, a pesar de la masividad, son unos pocos miles. Es en parte explicable -pero también forma parte del imprevisión- que Madrid también lo haya limitado. Pero a estas alturas la diferencia de la afectación entre las dos comunidades es muy grande.

Esta decisión de la Generalitat se salta a la torera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de tratar de identificar rápidamente todos los casos de contagio para cortar las cadenas que lo difunden, y detener así la epidemia. Pero es que además hace caso omiso del protocolo de Sanidad y del nuevo decreto que determina, tarde y mal, la necesidad de estas pruebas. La mayoría de los contagios se producen durante la fase de incubación del Covid-19, las infecciones antes de que haya síntomas, de ahí la importancia de los tests.

Hay que decir que, sin controles masivos de temperatura y de test de infección, sólo mediante el confinamiento es imposible reducir la tasa de contagio por la acción humana. La actual situada en torno a 3 (quiere decir que cada persona transmite el virus a 3 más), debe disminuir por debajo de la unidad para que la propagación pueda reducirse. Es lo que está consiguiendo Corea del Sur, y según sus datos ya ha alcanzado ampliamente a China. Si no se actúa de esta manera, la contención se producirá de forma natural pero será terriblemente costosa para la población, porque es previsible que cuando el 60% de los habitantes de un país hayan quedado contagiados, la inmunidad natural detenga el efecto multiplicador del contagio. El problema es que con los datos de que se dispone actualmente, la mortalidad se puede situar en términos reales, es decir, haciendo una hipótesis de los casos ocultos, está entre el 0,5% y el 1% de la población, y por supuesto con un 60% de contagios la cifra de muertos, si se hace el cálculo, se puede ver que sería devastadora.

La Generalitat se salta a la torera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de tratar de identificar rápidamente todos los casos de contagio. Clic para tuitear

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