Ideología woke: cuando la Comisión Europea quiere evitar el uso de la palabra “Navidad”

“Señoras y Señores”, “Navidad”, el nombre propio “María” u “homosexual”… Según la guía interna de lenguaje presentada por la Comisión Europea, todos estos términos deben evitarse porque no son “inclusivos” .

El escándalo, revelado por el diario italiano Il Giornale y del que otros diarios europeos como Le Figaro se han hecho eco, ha hecho reaccionar al Vaticano, obligando a la Unión Europea a retirar el documento el 30 de noviembre para “retrabajarlo” .

Todo empezó el pasado 26 de octubre, cuando la Comisaria Europea de Igualdad, la socialista maltesa Helena Dalli, presentó en una publicación en Twitter una guía interna de lenguaje destinada a todos los trabajadores de las instituciones europeas.

¿El objetivo? Según Dalli, conseguir que “cada uno se sienta reconocido en todos nuestros soportes, independientemente de su sexo, raza, origen étnico, religión, convicciones, minusvalía, edad u orientación sexual”.

Pero el ejercicio es llevado a extremos ideológicos más propios de un campus universitario norteamericano asolado por la ideología “woke” que de una institución que aspira a representar al conjunto de Europa en el mundo.

El wokismo es una corriente post-comunista que sustituye a la lucha de clases por el combate de las minoras (básicamente sexuales, religiosas y étnicas) contra la hegemonía de la cultura occidental

El wokismo es una corriente post-comunista que sustituye la lucha de clases por el combate de las minoras (básicamente sexuales, religiosas y étnicas) contra la hegemonía de la cultura occidental . Esta última estaría basada no en otra cosa sino en su opresión y se debe por tanto destruir (o refundar, según los postulados menos extremistas, aunque a efectos prácticos es lo mismo).

Veamos algunos ejemplos muy ilustrativos que contiene el librillo de lenguaje «inclusivo» de la Comisión Europea para «luchar contra los estereotipos profundamente arraigados en los comportamientos individuales y colectivos»:

  • «Para evitar hacer invisibles a las personas intersexuales y queers» hay que evitar hablar de «dos sexos», y nunca se debe empezar un discurso con la formulación «Señoras y Señores»,
  • El término «homosexual se puede considerar ofensivo» ya que «se inscribe dentro de una óptica medical y que a veces es utilizado por militantes anti-gay»,
  • En vez de utilizar los títulos Sr y Sra, “basados ​​únicamente en el sexo asignado en el nacimiento […] en caso de duda utilice Srx”,
  • Debe limitarse y en cualquier caso contextualizar el uso de la palabra “Navidad”, ya que “presupone que todo el mundo es cristiano”. Así pues, en vez de decir que «el período navideño puede ser estresante», hay que decir «el período de vacaciones puede ser estresante»,
  • Nunca hablar de «nombre de bautizo» y, cuando se cuente una historia, «escoger nombres para los personajes que no sean típicos de una religión». En vez de llamar a los protagonistas “John y Maria”, escoger “Malika y Julio” (Malika es perfectamente típico de la religión musulmana, nota del autor ),
  • Evitar al máximo las «connotaciones negativas de determinados términos». Por ejemplo, no decir “la colonización de Marte”. Preferir el “envío de seres humanos a Marte”,
  • Con el fin de incluir a los “apátridas” e “inmigrantes”, no utilizar el término “ciudadano” (que sin embargo es una noción absolutamente central en la UE, nota del autor ).

Para estar seguro de que la lección es interiorizada por el personal europeo, el despliegue del librillos debe acompañarse de sesiones de formación interna de una hora y media.

El choque ha sido tan profundo que incluso el secretario de estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, ha alzado la voz preguntándose si el objetivo del proyecto era «anular la dimensión europea de nuestra Europa«. Todo ello ha obligado a la Comisaria Dalli a dar marcha atrás y trabajar el documento.

Este triste caso demuestra la fuerza que está cogiendo la ideología woke en EuropaUn fenómeno que afecta incluso a instituciones que deberían ser las primeras en defender el legado europeo.

El hecho de que este librillo se publique con una mayoría nominalmente conservadora en el Parlamento Europeo y con una Presidenta de la Comisión venida precisamente de la democracia cristiana alemana es aún más preocupante.

Como Converses exponía a raíz del sonado caso del Sofagate, cuesta creer que la Unión Europea actual pueda jugar un papel en el mundo si sus líderes manifiestan continuamente una debilidad cultural tan escandalosa .

El hecho de que este libro se publique con una mayoría nominalmente conservadora en el Parlamento Europeo, y con una Presidenta de la Comisión venida de la democracia cristiana alemana es aún más preocupante Clic para tuitear

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