La identidad europea (IV): Más principios básicos para una refundación de la UE

Además de patriotismo y federalismo, existen otros principios europeos básicos que también deberían inspirar una verdadera refundación de la UE. Son los siguientes.

El primero en importancia es el principio de subsidiariedad. Según este principio, en cualquier organización social y política la unidad superior únicamente debe asumir una responsabilidad o intervenir cuando la unidad inferior se vea incapacitada para hacerlo. Esto significa sencillamente que cada uno se ocupe de lo suyo.

El principio de subsidiariedad es complementario del federalismo. Quiere decir que el federalismo puede funcionar a escala europea, si las cosas se hacen bien.

El principio de subsidiariedad ya viene consagrado en el artículo 5 del Tratado de Lisboa (TUE), en vigor desde 2009.  Figura junto con otros dos principios también considerados esenciales en la toma de decisiones europea: el principio de atribución (la UE sólo dispone de las competencias que le atribuyen los tratados) y el de proporcionalidad (los medios empleados por la UE para alcanzar los objetivos fijados por los tratados no pueden ir más allá de lo necesario).

A lo largo del tiempo, la UE no ha sido muy fiel al principio de subsidiariedad. Tomar en serio el principio de subsidiariedad significa que la UE debe ocuparse, sobre todo, de lo que no puede hacerse mejor en el ámbito estatal o subestatal. Es evidente que hay un conjunto de políticas que sólo se pueden hacer bien a nivel federal, como es el caso de las políticas exteriores, de seguridad, económica o medioambiental.

Las capitales de los Estados federales existentes, como Suiza, muestran el camino a seguir. Ellas son responsables de las políticas de exterior, seguridad, economía, fiscalidad, cultura, tecnología, medio ambiente, inmigración, transportes … Estas deberían ser aproximadamente las responsabilidades federales europeas. El sistema político suizo es muy inspirador. Otorga una gran importancia a la participación ciudadana, que se expresa a través del federalismo, de la democracia directa y de la subsidiariedad.

Simplificación y funcionalidad son otros dos principios importantes. Son condiciones indispensables para que una organización pueda cumplir su misión. Esto ya lo dejó escrito Jean Monnet en sus memorias: «crear confianza es más sencillo de lo que parece, precisamente se llega a través de la simplificación». Simplificación aplicada tanto a las políticas comunitarias como a los sistemas de decisión. Esto significa, por ejemplo, ser capaces de resolver las cuestiones lingüística (lenguas oficiales) y administrativa (sede de las instituciones). Para que una organización funcione debe haber orden y transparencia, que no se pueden alcanzar sin simplificación. El enfoque tecnocrático y complicado que a menudo se ha dado a la construcción europea ha terminado desilusionando a los ciudadanos. Si los queremos recuperar, debemos apostar por la simplificación y la funcionalidad.

Los principios de eficacia y responsabilidad son importantes. Esto quiere decir que las cosas se hagan bien y que exista un buen sistema de accountability (rendición de cuentas) por parte de los gestores europeos frente a quienes han depositado la confianza en ellos y los mantienen. Esto significa también la aplicación del principio del responsable government (gobierno responsable). Es evidente que no se podrá tener hasta que exista un verdadero gobierno europeo, responsable ante un verdadero parlamento europeo. Lo que hasta ahora hemos tenido sólo son aproximaciones. Responsabilidad y control democrático son dos caras de la misma moneda.

La democracia es esencial. Esta es la otra cara de la moneda. Democracia significa que toda soberanía emana del pueblo y que la soberanía debe estar controlada por representantes legitimados por la ciudadanía. Todo debe hacerse desde el pueblo y con el pueblo, no sólo para el pueblo. Se trata del primer pecado original que ya hemos comentado, consistente en haber construido el edificio comunitario de arriba abajo, desde las élites. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, decían los ilustrados. Europa no se hará nunca de verdad si no se hace a partir del demos europeo, desde la ciudadanía y la civilización común que comparte. Es un error pensar que un directorio de Estados miembros en régimen confederal y con capacidad legislativa supranacional puede representar un modelo verdaderamente democrático. Una buena definición de democracia es «más democracia». Este es el caso de la UE actual, de la que no se puede decir taxativamente y en justicia que no sea democrática, pero lo que sí está claro es que debe serlo más. Por eso se habla a menudo de déficit democrático. Una Europa unida sin una gran democracia no es Europa, ya que Europa es genuinamente una civilización democrática.

El principio de solidaridad corona todo el edificio democrático. Es una concepción de la construcción social basada en el apoyo mutuo y la fraternidad. Es un valor europeo que nos viene de muy lejos: escuela estoica griega, civitas romana, humanismo cristiano, caballerosidad de la Edad Media, Gremios y Hermandades medievales, humanismo renacentista e ilustrado, Revolución Francesa, socialdemocracia moderna … Para que Europa sea fuerte, primero debe ser solidaria, tanto puertas adentro como puertas a fuera. El fracaso reciente europeo a la hora de llegar a acciones comunes en materia de inmigración es estrepitoso y va en contra de los valores europeos, de los que tan orgullosos nos sentimos. Pero para que Europa sea solidaria, hay un sentimiento de identidad común. Y con ello se cierra el círculo y se llega a la clave de toda organización social y política: la identidad. Europa sólo podrá sobrevivir si realiza un gran esfuerzo colectivo para superar sus diversos pequeños egos y redescubre el ego europeo común, su identidad.

La identidad europea (III)

El enfoque tecnocrático y complicado que a menudo se ha dado a la construcción europea ha terminado desilusionando a los ciudadanos. Si los queremos recuperar, debemos apostar por la simplificación y la funcionalidad. Clic para tuitear

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