Prácticamente, desde el mes de mayo tenemos temperaturas sensiblemente más elevadas que las que corresponden al período del año en el que estamos y esta circunstancia se hizo particularmente patente en verano con las reiteradas oleadas de calor, y también en otoño. Octubre se ha situado en 3,5°C por encima de la media correspondiente a este mes, una situación que se ha prolongado hasta bien entrado noviembre. Las previsiones para el invierno son que las temperaturas seguirán siendo más cálidas de lo que correspondería en la época del año.
Es bien conocido que el factor determinante que genera esta situación es la emisión de CO₂ a la atmósfera. No es el único caso que ocasiona el cambio climático, el metano lo hace en mayor medida, pero sus emisiones son mucho menores.
Ahora el Our World in Data ha hecho públicas las últimas evaluaciones sobre emisiones por países del mundo del 2021. Es una radiografía que permite una observación bastante exacta de la situación y perspectivas. Las tres más importantes podemos definirlos en estos términos:
Contemplando las emisiones de CO₂ per cápita, encabeza el ranking EE.UU. con 14,86 toneladas por habitante. A mucha distancia le sigue China con 8,05 toneladas y después la UE con 6,28. Hay que considerar, sin embargo, que EEUU alcanzó su máximo de emisión en 1973 con 23 toneladas, mientras que en esa fecha China se situaba solo en 1,14. EEUU ha dejado muy atrás su máximo y ha entrado en un proceso de reducción muy claro, pero China todavía sigue progresando. Si a este hecho se le añade la diferencia de población, resulta claramente que China con 1.412 millones de habitantes por 332 millones EE.UU., genera un impacto global con emisiones de CO₂ que casi dobla a este país estadounidense. La conclusión es evidente: si no se logra que China entre en un proceso progresivo de reducción, su impacto sobre la atmósfera es tal que frenará todas las políticas positivas de los demás países. Esto no significa que EEUU no siga reduciendo su parte, sino que debe conseguirse que China haga mucho menor la suya.
El otro gran país del mundo, India, con 1.393 millones de habitantes y que en estos momentos ya habrá superado en población real en China, aporta solo 1,93 toneladas por habitante, que es una cifra baja. Está claro que traducida por su población empieza a generar ya un impacto significativo. Pero está a años luz de China.
La UE, al igual que España, mantiene tendencias decrecientes. La producción española es ligeramente menor a la media mundial, 4,92 toneladas por 4,69 toneladas en España. Por tanto, España tiene una aportación muy modesta a la contaminación por CO₂ y una tendencia claramente a reducirla. Basta con ver que en 2002 la producción era de 8,26 toneladas por habitante.
Sin embargo, en el contexto europeo es el Reino Unido quien presenta una mayor reducción, que no es en primer término fruto de las medidas para generar menos CO₂, sino del proceso de desindustrialización que ha sufrido este país. Cabe recordar que en 1973 era el segundo productor mundial de CO₂ con 11,74 toneladas, por detrás de EE.UU. En el 2021 se había reducido a más de la mitad, con solo 5,15 toneladas por habitante y año, una magnitud cercana a la española.