El potencial filosófico y espiritual de China

Deberíamos prestar más atención a que Europa avanza en sentido contrario al resto del mundo. En efecto, en la Unión Europea se avanza y se considera un signo de progreso la cancelación de Dios y de todo sentido religioso cristiano, aunque es un factor decisivo e inextricable de su cultura. Mientras tanto, la conciencia religiosa o espiritual, arraigada en sus propias tradiciones, sigue siendo la característica de la mayor potencia mundial, Estados Unidos, y ha tomado fuerza en grandes países de donde había sido previamente extirpada, o al menos se había intentado , como Rusia y China. Asimismo, es la base de la nueva gobernanza de la India, la segunda potencia más poblada, y constituye un rasgo determinante de la vida institucional y política de Brasil.

En Estados Unidos, esto ha sido siempre más o menos así, con varios “resurgimientos” religiosos a lo largo de su historia, como también ha ocurrido en Brasil. En la India, el resurgimiento del hinduismo hasta alcanzar el poder político surge del declive y la crisis del movimiento secular que triunfó con la independencia, encabezado por Nehru y el Partido del Congreso. Éste último fue relegado hace años a la oposición por el partido hinduista Bharatiya Janata Party (BJP), el “Partido Popular Indio” de ideología nacionalista hindú, que defiende la primacía de la cultura y tradiciones hindúes dentro del marco de un estado laico. Su visión política está influenciada por el concepto de Hindutva (hindunidad), promovido por su organización matriz, el Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS).

Aunque el partido ha impulsado políticas económicas neoliberales, incluyendo la liberalización del mercado y la atracción de inversión extranjera, también aboga por el desarrollo rural, el bienestar social y la creación de empleo a través de grandes proyectos de infraestructura. India ha buscado un papel más activo en el escenario global, fortaleciendo vínculos con países como Estados Unidos y Japón, y al mismo tiempo con Rusia, un aliado tradicional. La India ha sido de gran ayuda para Putin en las actuales circunstancias de la guerra en Ucrania, reafirmando su posición como potencia emergente. El BJP ha dominado la política india en los últimos años, combinando un fuerte mensaje de desarrollo con una identidad nacionalista hindú, generando tensiones y conflictos con otras minorías, sobre todo la musulmana, pero también con los cristianos.

En Rusia, el hundimiento de la URSS y la crisis posterior del estado ruso, hasta la llegada al poder de Putin, han provocado un resurgimiento de la Ortodoxia cristiana como fuerza religiosa, cultural y popular. Este renacimiento ha creado vínculos en una sociedad en desintegración y ha reactivado las raíces de su propia identidad.

Pero el caso más llamativo es el de China, porque su recuperación espiritual no surge del fracaso de las instituciones previas. Por el contrario, su Partido Comunista es un éxito total con más de cien años de historia. Este partido ha forjado la China actual y es el artífice de sus extraordinarios resultados económicos. A lo largo de muchas décadas, emprendió una represión durísima contra la religión de todo tipo, incluidas las tradiciones chinas. Hoy en día, el control religioso sigue existiendo, pero se ha producido un cambio radical: su propia tradición filosófica y espiritual, el confucianismo, y más específicamente el neoconfucianismo, ha resurgido con fuerza, convirtiéndose en una fuente clave de valores tanto para la sociedad como para el Estado.

A lo largo de la historia, el confucianismo ha sido una filosofía moral y política fundamental en la cultura china. Durante el siglo XX, después de la Revolución Cultural, esta filosofía fue suprimida, pero en las últimas décadas ha experimentado un renacimiento bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino. La gran enseñanza del pragmatismo del PC le ha llevado a asumir como positiva esta tradición cultural ancestral, dado que el marxismo, incluida su adaptación china, está agotado y sin capacidad para cohesionar a la comunidad.

Las principales características del neoconfucianismo están relacionadas con la ética y la moralidad personal: promueve valores como la responsabilidad personal, la lealtad, la honestidad y la rectitud. Estos principios son considerados clave para el comportamiento ciudadano, incentivando la armonía social.

La familia como núcleo: esta corriente sigue valorando fuertemente la importancia de la familia como base de la sociedad. Las relaciones interpersonales dentro del marco familiar (padre-hijo, marido-mujer, etc.) se ven como un modelo de orden y respeto que debería replicarse a nivel social y político.

La armonía social y la jerarquía son otras de sus características: se destaca la idea de una sociedad organizada jerárquicamente, donde las personas ocupan posiciones específicas y se espera que respeten las normas y obligaciones de estas posiciones. El confucianismo fomenta la idea de que los gobernantes deben ser virtuosos y guiar con benevolencia, priorizando el bienestar de su pueblo. A cambio, se espera que los ciudadanos respeten la autoridad del gobierno y cumplan con sus deberes cívicos.

La educación es uno de los pilares del confucianismo, y el neoconfucianismo actual sigue valorando la formación moral e intelectual como clave para el desarrollo individual y colectivo.

El Partido Comunista Chino ha integrado muchos principios confucianos en su ideología, utilizando conceptos como la armonía social y el “gobierno benevolente” para justificar su enfoque autoritario. Bajo el presidente Xi Jinping, se ha fomentado el “Sueño Chino”, una idea en la que el desarrollo personal y nacional están interrelacionados, reflejando las nociones confucianas de virtud y responsabilidad.

En las últimas décadas, ha habido un aumento en la enseñanza del confucianismo en las escuelas. Se promueve el estudio de los textos clásicos confucianos, y las escuelas y universidades a menudo celebran la importancia de Confucio en la vida moral y cívica de los estudiantes.

Valores como la obediencia filial (respecto a los mayores) y la armonía social siguen siendo fundamentales en la vida cotidiana de muchos chinos, y se reflejan en cómo interactúan dentro de sus familias y comunidades.

El neoconfucianismo ha sido revitalizado como herramienta cultural y política para reforzar la cohesión social, la moralidad y la legitimidad del gobierno chino, promoviendo un equilibrio entre el desarrollo económico y la estabilidad social.

No sólo es que Europa esté quedando retrasada en su economía y capacidad educativa en relación con las demás grandes potencias, sino que sencillamente va a contracorriente en cuanto a valorar sus raíces espirituales, culturales y religiosas y reactivarlas. ¿Quién tendrá la razón?

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