El Plan de Recuperación español frente a los Fondos Europeos

El programa Next Generation EU (NGEU) es un instrumento aprobado el 21 de julio de 2020 por el Consejo Europeo que tiene como finalidad contribuir a la reconstrucción de los estados miembros de la UE, reparando los efectos económicos y sociales de la pandemia de la COVID- 19, al tiempo que impulsa la transición ecológica y digital.

Está dotado de 750.000 millones de euros que se desembolsarán a los Estados miembros durante el período 2021 a 2026, de los que 390.000 serán subvenciones (transferencias a los estados) y 360.000 préstamos, y que estarán articulados en función de diferentes programas: Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) (672.500 de los cuales 312.500 en subvenciones y 360.000 en préstamos), Iniciativa de cohesión REACT-UE (47.500), Fondo de Transición Justa (10.000), Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) (7.500), Programa Invest EU de apoyo a la inversión (5.600), Programa de investigación Horizonte Europa (5.000) y Mecanismo de Protección Civil rescate (1.900).

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) es el programa más importante de los fondos NGEU. Sólo financia gastos no recurrentes, inversiones y reformas, que comporten un cambio estructural y tengan un impacto duradero en la resiliencia económica y social, la sostenibilidad, la competitividad a largo plazo y el empleo. Como inversiones contempla el capital fijo (infraestructuras), el capital humano (educación) y el capital natural (cambio climático). Como reformas, contempla los proyectos que incluyan actuaciones y procesos para introducir mejoras que tengan un impacto duradero sobre el funcionamiento de los mercados, las estructuras institucionales, las administraciones públicas o las políticas públicas. Para acceder a los fondos del MRR, los Estados miembros deben presentar planes nacionales de recuperación y resiliencia que expongan el programa de reformas e inversiones para el período 2021 hasta 2023.

El paquete de estímulos Next Generation EU es una respuesta de la UE a la crisis pandémica que puede marcar un punto de inflexión hacia una integración europea más grande, hacia la unión fiscal y hacia la unión política. Los fondos europeos deben servir para ser más competitivos en una era nueva, especialmente ante China y Estados Unidos. Si la apuesta sale mal y los fondos van diluyéndose en proyectos que nadie recordará al cabo de varios años, entonces esta iniciativa habrá servido de poco, será una ocasión perdida y durante bastantes años será probablemente difícil intentar operaciones de integración política de una cierta envergadura.

El paquete de estímulos Next Generation EU es una respuesta de la UE a la crisis pandémica que puede marcar un punto de inflexión hacia una integración europea más grande, hacia la unión fiscal y hacia la unión política

Ahora toca invertir en el futuro, donde el capital humano y la innovación serán centrales en un mundo más digital, ecológico e inclusivo. Es aquí donde los fondos europeos deben tener un papel destacado. Hay que transformar nuestro sistema productivo hacia las industrias limpias y las energías renovables. El ecosistema del vehículo eléctrico, por ejemplo, tendrá un papel central en materia de 5G, inteligencia artificial, energías renovables y producción de baterías.

Para acceder a este instrumento, España, como el resto de beneficiarios, ha elaborado un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que el pasado 30 de abril ha enviado a la Comisión Europea. Se prevé que esta institución contestará rápidamente. Posteriormente, el Consejo de Ministros de la UE deberá aprobar todos los planes de los estados miembros. Pedro Sánchez es a menudo acusado de qué está gestionando la llegada de los fondos a España de manera centralizada, poco consensuada y con demasiado secretismo.

Para acceder a este instrumento, España, como el resto de beneficiarios, ha elaborado un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que el pasado 30 de abril ha enviado a la Comisión Europea

España ya ha inscrito partidas en el presupuesto de este año por un importe de 27.500 millones de euros, equivalente al que recibirá en 2021. La voluntad europea es que el dinero llegue al mayor número de entidades, para proyectos individuales y para proyectos más grandes y compartidos. Los recursos están pensados para ayudar a reconstruir la economía y las empresas después de la pandemia.  Para que un proyecto sea aprobado exige que este contribuya a modernizar el sistema productivo en torno a cuatro grandes ejes: transición climática, transición digital, políticas de género y cohesión.

Se pueden distinguir tres tipos de ayudas derivadas del Plan.

En primer lugar, habrá ayudas destinadas a modernizar el país. En segundo lugar, ayudas individuales para empresas. El tercer bloque lo forman los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) y los proyectos tractores. El objetivo de estos últimos es liderar cambios necesarios en determinados sectores productivos. Los PERTE son grandes proyectos que deberán afectar a más de una Comunidad Autónoma, implican mucho dinero y son liderados por grandes empresas, mientras que los tractores son proyectos más pequeños.

A España llegarán 140.000 millones de euros, entre subvenciones y préstamos, y también un control férreo sobre su destino y la adopción de las reformas estructurales de acompañamiento necesarias (sobre el sistema de pensiones, el mercado de trabajo, etc.).

Italia recibirá aún más dinero, un total de 220.000 millones de euros. Para conseguir el buen uso de estos fondos, Italia ha conseguido situar al frente del país a un personaje de reconocido prestigio, el ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. España parece que está condenada a que los gestores de los fondos europeos sean unos políticos que quizás no estan a la altura de las circunstancias. Mario Draghi ha incorporado tres independientes de prestigio internacional en economía, transición digital y transición ecológica. Desde su llegada al poder, rehizo el anterior plan italiano y lo sustituyó por uno nuevo. Las diferencias principales son reformas estructurales de la economía italiana aplazadas durante décadas -por ejemplo, en administración pública, justicia o fiscalidad- y un aumento del total de recursos, ya que a los fondos europeos se añaden recursos italianos por valor de 50.000 millones de euros y otros recursos provenientes de los fondos estructurales tradicionales de la UE.

España parece que está condenada a que los gestores de los fondos europeos sean unos políticos que quizás no estan a la altura de las circunstancias

Cataluña y España necesitan reorientar el sistema productivo y levantar la productividad reformando y reforzando la educación y el sistema de salud, así como reconvirtiendo el sector turístico hacia objetivos más culturales. También se necesita una política industrial moderna, fomentando la innovación y la investigación, todo dentro de un proyecto coherente y detallado, consensuado con los sectores económicos y sociales, bajo un liderazgo claro. El éxito de las reformas estructurales está condicionado tanto a la capacidad de la clase política para impulsarlas como la de la ciudadanía para aceptarlas.

El ritmo de vacunación y la perspectiva de volver a los niveles económicos prepandemia a comienzos del próximo año han inyectado optimismo a los ministros de economía de la Eurozona.  El presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohe, acaba de declarar que «vemos que la recuperación se está consolidando, pero también sabemos que los retos siguen siendo grandes». Existe el temor de que la UE se quede atrás en comparación con el crecimiento de Estados Unidos y China. Por su parte, el comisario europeo de economía, el italiano Paolo Gentiloni, ha declarado que «por primera vez desde que nos afectó la crisis, vemos que el optimismo prevalece sobre la incertidumbre».

El presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohe, acaba de declarar que «vemos que la recuperación se está consolidando, pero también sabemos que los retos siguen siendo grandes»

Según previsiones de la Comisión Europea presentadas el 12 de mayo, los fondos europeos permitirán que la economía española vuelva a los niveles de prepandemia a finales de 2022, más tarde que otros países como Alemania o Francia, pero antes de lo previsto en febrero. El salto supone que España será el país que más crecerá de la zona euro, con un 5,9% este año, tres décimas por encima de lo previsto anteriormente, y el 6,8% en el año 2022. Es un crecimiento claramente por encima de la zona euro, que se queda en un 4,3% y un 4,2%, respectivamente. Hay que tener en cuenta que España es el país que recibirá más subsidios del fondo de recuperación, un total de 69.500 millones de euros, de los quales la mitad se desembolsarán este año y el siguiente. Concretamente, 12.000 millones en 2021 y 22.000 en 2022. Donde la perspectiva no es tan positiva es en el paro, que crecerá este año dos décimas, hasta situarse en el 15,7%, para disminuir hasta el 14,4 % en 2022. Son las tasas de paro más altas de la zona euro, sólo por debajo de Grecia.

Según previsiones de la Comisión Europea presentadas el 12 de mayo, los fondos europeos permitirán que la economía española vuelva a los niveles de prepandemia a finales de 2022

A pesar de que España es el país que más crece, también es el país que viene de una peor situación, con un 10,8% de caída del PIB el año pasado. Se prevé un déficit del 7,6% en 2021, que bajará el 5,2% en 2022. Respecto a la deuda, se mantendrá estable este año en un 119,6% y disminuirá ligeramente en el próximo ejercicio hasta un 116,9%.

El Plan de Recuperación es clave en esta expansión del PIB español, que vendrá avalada también por el aumento de la demanda doméstica. Después del verano, aparte de más reactivación para que la actividad económica se normalize, se espera también que gran parte de los ahorros debido a la pandemia se movilizen, lo que estimulará tanto el consumo privado como la inversión.

Pedro Sánchez es a menudo acusado de qué está gestionando la llegada de los fondos a España de manera centralizada, poco consensuada y con demasiado secretismo Share on X

 

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