Cuanto mayor es nuestro conocimiento de la realidad, más amenazas potenciales que pueden llevar al posible final de la humanidad aparecen, hasta el punto de que existe el Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock), una metáfora visual creada en 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos (Bulletin of the Atomic Scientists) de la Universidad de Chicago. Su propósito es representar lo cerca que está la humanidad de un acontecimiento catastrófico global, como una guerra nuclear, el cambio climático descontrolado o los avances en inteligencia artificial sin una regulación adecuada.
La hora del reloj no mide el tiempo real, sino que es un indicador simbólico basado en amenazas globales. La medianoche representa el apocalipsis o el colapso de la civilización. Cada año, un grupo de expertos en seguridad internacional y científicos ajustan la hora en función de los actuales riesgos.
- 1947: El reloj se estableció por primera vez a 7 minutos de la medianoche debido a la amenaza nuclear creciente tras la Segunda Guerra Mundial.
- 1953: Se ajustó a 2 minutos de la medianoche después de que EEUU y la URSS probaran armas termonucleares.
- 1991: El momento más seguro fue 17 minutos antes de la medianoche, después de la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas entre EEUU y Rusia.
- 2023 : El reloj marcó 90 segundos para la medianoche, el punto más cercano de la historia, debido a la guerra en Ucrania, el riesgo nuclear, el cambio climático y las amenazas derivadas de la IA y la desinformación.
Los factores que influyen en su ajuste son:
- Armas nucleares: Tensiones entre potencias como EE.UU., Rusia, China o Corea del Norte.
- Cambio climático: Fenómenos extremos, aumento del nivel del mar, incendios forestales y falta de acción global.
- Tecnologías emergentes: Inteligencia artificial sin regulación, biotecnología peligrosa o ciberataques masivos.
- Factores políticos y sociales: Inestabilidad geopolítica, conflictos bélicos y desinformación masiva.
¿No tiene ningún impacto real?
No es un reloj con valor científico exacto, pero es un símbolo de advertencia global que influye en debates políticos, académicos y sociales sobre la seguridad internacional. Gobiernos y organizaciones suelen prestarle atención, aunque su impacto depende de las acciones concretas de los líderes mundiales.
El Reloj del Apocalipsis es una forma de concienciar sobre las amenazas globales y la necesidad de cooperación internacional para evitar catástrofes.
Pero de todas estas amenazas, una que a menudo no se tiene en cuenta es la del peligro del espacio: el hecho de que un gran asteroide o cometa choque contra la Tierra y provoque la extinción, como sucedió hace millones de años con los dinosaurios.
A medida que la observación del espacio se perfecciona, cada vez se detectan con mayor frecuencia objetos peligrosos. No es que haya más, sino que ahora conocemos mejor el espacio que nos rodea.
Y ahora mismo se ha detectado una nueva amenaza potencial que, de producirse, podría causar un gran daño a la Tierra en una fecha tan cercana como en el 2028.
Según la información proporcionada en los resultados de investigación, se ha detectado un asteroide con una probabilidad ligeramente superior al 1% de impactar contra la Tierra. Este asteroide se llama 2024 YR4 y tiene las siguientes características:
- Probabilidad de impacto: 1,2% (1 entre 83) de colisionar con la Tierra.
- Fecha estimada de posible impacto: 22 de diciembre de 2032.
- Medida: Aproximadamente 60 metros de diámetro.
- Clasificación: Nivel 3 en la escala de Turín, lo que le categoriza como un asteroide potencialmente peligroso.
Es importante destacar que:
- Actualmente, el asteroide se encuentra a 43 millones de kilómetros de la Tierra.
- Se calcula que en su máxima aproximación pasará a unos 106.200 kilómetros de nuestro planeta.
- Fue detectado por primera vez el 27 de diciembre de 2024 por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS).
Los científicos continuarán observando y recopilando datos sobre la órbita de 2024 YR4, especialmente durante su próximo acercamiento en diciembre de 2028, lo que permitirá perfeccionar las estimaciones y probabilidades de impacto.
Es importante tener en cuenta que estas predicciones son preliminares y pueden cambiar a medida que se obtengan más datos sobre la trayectoria del asteroide.
Impacto potencial de un asteroide de entre 30 y 70 metros
Un asteroide de ese tamaño tendría efectos locales significativos, aunque no catastróficos a escala global. Basándonos en simulaciones y estudios científicos, los principales efectos serían:
- Craters: Se formaría un cráter de entre 1 y 2 km de diámetro y varios cientos de metros de profundidad.
- Explosión: Equivaldría en varias megatoneladas de TNT, similar a una bomba nuclear de gran potencia.
- Onda expansiva: Destruiría edificios y estructuras en un radio de varios kilómetros.
- Vientos devastadores: Podrían derribar árboles y estructuras en un radio de entre 10 y 20 km.
- Daños por calor: La bola de fuego daría como resultado incendios y quemaduras graves en un área considerable.
- Ola sísmica: Podría provocar un terremoto local.
- Efectos atmosféricos: Se podrían liberar grandes cantidades de polvo y escombros, afectando al clima local.
Estrategias de defensa activa
Si se detecta un asteroide en trayectoria de colisión, existen varias estrategias para desviarlo o destruirlo:
- Impacto cinético (método probado): Enviar una nave para que choque contra el asteroide y altere su trayectoria. (Ejemplo: Misión DART de la NASA, 2022).
- Deflexión por gravedad: Una nave podría volar cerca del asteroide y, con su gravedad, modificar su trayectoria.
- Láseres o radiación solar: Podrían calentar la superficie del asteroide para que la expulsión de material lo desvíe.
- Explosión nuclear (última opción): Puede alterar la trayectoria, pero tiene riesgos de fragmentación y problemas legales.
Aunque no existe un sistema de defensa totalmente operativo, se han hecho avances significativos en la detección temprana y en técnicas de desviación de asteroides.
