La información que van publicando los medios en un continuo goteo ha sembrado la incertidumbre y la alarma sobre cómo podremos pasar estas fiestas de Navidad. A pesar de las incertidumbres, que existen porque todavía no tenemos bien medidos los efectos del ómicron, de acuerdo con la tendencia actual y las observaciones de la serie desde el inicio de la pandemia, es posible formular algunas hipótesis de qué escenario tendremos entre la Navidad y Fin de Año.
En relación al número de casos de covid observados semanalmente, la previsión es que sigan aumentando. Pero si se mantienen las últimas cifras observadas, el incremento será moderado. Si en la semana del 22 al 28 sumamos 11.732 casos, la previsión para la semana actual nos daría un total que superaría en poco los 12.000. Si esta cifra no se cumple porque el resultado real es muy superior, entonces quizás sí que deberíamos pensar que la Navidad se pueda complicar. Pero a estas alturas lo que hay que afirmar es lo contrario y situar una observación más definitiva para la próxima semana.
Naturalmente, existe todo el gran puente de la fiesta de la Purísima y de la Constitución que puede introducir un sesgo importante, pero en todo caso las cifras que definen el horizonte en cuanto al número de casos son las señaladas. En relación a la positividad, es decir el número de positivos en relación a las pruebas por PCR, test de antígenos, producidos, la cifra actual es de un 7%. No es poco, sobre todo si vemos las magnitudes del 1,6% a principios de octubre. Por tanto, la evolución ha sido al alza e importante. También hemos sobrepasado una especie de techo que indica un cierto nivel de control, que puede situarse observando el comportamiento de toda la serie en torno al 4%. Si lo duplicamos, y estamos muy próximos a hacerlo, querrá decir que el crecimiento en el futuro estará garantizado. En la previsión no figura, y no sabemos por qué, otro predictor muy importante, el que resulta del análisis de las aguas residuales. Si se hiciera público, podría hacerse una prospectiva mucho más completa.
Otros aspectos decisivos son la situación de los hospitales y de las UCI. Por lo que respecta a los primeros, a 30 de noviembre, había 682 personas ingresadas. El mínimo más cercano, en julio de este año, estaba en 461 personas. Y deberíamos retroceder al verano de 2020 para encontrar una cifra más baja. Por tanto, los 682, sin ser un buen dato, señala que la presión sobre los hospitales es moderada y que, por tanto, no hay previsión a corto plazo de dificultades en la atención sanitaria. Y lo mismo, y menos acentuado, se puede decir en relación a las UCI, sólo 146 personas. La cifra mínima fue a principios de noviembre con 79 personas, y deberíamos retroceder una vez más hasta el verano del año pasado para encontrar cifras menores, por tanto, estamos muy lejos de tener problemas en esta vertiente.
Resumiendo: el panorama para la Navidad no es por tanto particularmente crítico. Aunque dependerá de dos variables. Una, en nuestras manos, que es la velocidad de vacunación y mantenimiento disciplinado de los mecanismos que evitan el contagio. La otra, incierta, ya apuntada al inicio, de lo que puede llegar a significar la variante ómicron en nuestro país.