Confirmado: el Departamento de Salud discrimina a las personas de más de 75 años a la hora de recibir la atención médica esencial

La instrucción del Departamento de Salud de desincentivar totalmente el traslado de personas de más edad a los hospitales, por medio del servicio de ambulancias, y que ha sido motivo de escándalo internacional, ha quedado plenamente confirmado en el documento:

RECOMENDACIONES PARA APOYO A LAS DECISIONES DE LIMITACIÓN DE ESFUERZO TERAPÉUTICO (LET) PARA PACIENTES CON SOSPECHA DE COVID19 E INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA (IRA) HIPOXÉMICA de 24 de marzo de 2020.

Este documento establece, entre otros, los siguientes criterios:

«Mantener una ética en la toma de decisiones basada en ofrecer los recursos a aquellos pacientes que más se puedan beneficiar, en términos de años de vida salvados, máxima supervivencia al alta, evitar ingresos en pacientes con escaso beneficio, ya sea ​​por patologías respiratorias por Covid-19 o de otras patologías que condicionen el estado crítico». En su aplicación práctica, este procedimiento discrimina a las personas de más de 75 años, dado que el texto indica que «Recibirá sólo oxigenoterapia con mascarilla reservorio de alta concentración tipo Monaghan®», pero no tendrá la opción adicional y más decisiva: la VMI (ventilación mecánica invasiva). Una persona de más de 75 años que requiera una ventilación de ese tipo para salvar su vida, no es atendida. Esta es la realidad de la sanidad en Cataluña.

El procedimiento establecido en el mencionado documento en cuanto al tratamiento de la insuficiencia respiratoria aguda es el mismo para una persona de más de 75 años «sin limitaciones funcionales y practicando ejercicio en forma de caminar» que para una de «Fragilidad grave – estado final de vida»: oxigenoterapia. Lo cual hace evidente que el corte en la aplicación de recursos médicos para sobrevivir se hace exclusivamente por razón de la edad. De los 75 años en adelante no tienen acceso a la intervención decisiva de último recurso, la VMI, a pesar de que presente buenas condiciones físicas. Es, en la práctica, una eutanasia no consentida.

El documento también aplica como criterio evitar el fenómeno de «el primero que llega, el primero que ingresa« y aplicar estos principios a todos los grupos de pacientes por igual, no sólo a un grupo concreto como los pacientes geriátricos. En este caso, lo absurdo que se deriva de la lectura literal es patente: si todos los pacientes son iguales, nunca habrá un primer ingreso si se prescinde del criterio de quién llega primero. En realidad no hay tal absurdo, que colapsaría toda decisión de prioridad, porque en la práctica, las condiciones que rigen para ordenar el ingreso es el dato más simple de todas: la edad. El resultado es que personas de 75 y más años empeoran por la espera en sus posibilidades de recuperación por desatención, y acaban formando parte de los enfermos cribados, descartados. Es un círculo vicioso.

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En cuanto a los enfermos en residencias, que no han ido por sus propios medios al hospital, el problema, si está en la franja de edad fatídica, es que será desalentado a ser trasladado para acudir al tratamiento médico.

Concretamente, el mencionado documento del SEM es un ejemplo de ingeniería del lenguaje para justificar la desatención médica de no trasladarlo a un hospital. Da instrucciones de cómo atender a los enfermos si son personas mayores:

  1. «Plantear la limitación como un bien para el paciente«. Se le tiene que convencer de que está mejor en casa o en la residencia, a pesar de que es evidente que no dispondrá de la misma asistencia que en un centro médico. Tiene mucha hipocresía este adiestramiento. Sobre todo, cuando más adelante se indica claramente:
  2. «No hacer referencia a que «no hay camas para todos««. Es una indicación tan explícita del engaño que no necesita comentario.
  3. «No hacer tratamientos agresivos no implica abandonar al paciente«. Es un eufemismo para ocultar la no aplicación como último recurso de la VMI, que se aplica a algunos pacientes de menos de 75 años y sobre todo más jóvenes.

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