La lectura es especialmente necesaria en la actual sociedad tecnologizada. Un adolescente cualquiera pasa medio día en las Redes Sociales, y posiblemente, ninguna hora leyendo una novela. Sin embargo, nunca ha sido tan importante saber leer y comprender lo que se lee como en esta época, en la cual la información fluye rápidamente y exige una comprensión casi inmediata.
Quien no sabe hoy analizar un texto, difícilmente podrá hacer una buena utilización de las Nuevas Tecnologías.
La pregunta ya no es si se lee más o menos que antes, dice la escritora María Teresa Andruetto, sino qué podemos hacer para mejorar la calidad de los lectores. Añade que “la literatura es un espacio de desacato. En el acto de leer, un libro se convierte en un ser vivo, capaz de interrogarnos, perturbarnos y enseñarnos a mirar zonas aún no comprendidas de nosotros mismos. Ésta es la revolución que debemos emprender en el terreno de la lectura, construir una voz propia a contrapelo de los discursos únicos y de las miradas totalizadoras”.
Coincido en que leer es un acto revolucionario porque nos hace pensar y posibilita discrepar con sentido en la búsqueda de la verdad. Podemos aprovechar estos días que pasamos muchas horas confinados.