Conclusiones del World Economic Forum (WEF) celebrado en Davos

El significado de las reuniones de Davos

Como hace cada año por estas fechas, el profesor alemán de economía Klaus Schwab, de 85 años, ha clausurado la última edición de la semana de reuniones internacionales organizada por el World Economic Forum (WEF) en la localidad alpina suiza de Davos. El lema de la edición de este año ha sido éste: Rebuilding Trust (reconstruir la confianza).

Como cada año, una parte significativa de las élites políticas, empresariales, financieras, académicas, mediáticas y del pensamiento mundiales se ha desplazado a Davos para escuchar presentaciones, analizar megatrends (grandes tendencias) sobre el estado del mundo, intercambiar ideas, buscar oportunidades y, sobre todo, para hacer networking (relaciones personales).

El encuentro de este año ha reunido a casi 3.000 líderes globales y empresariales, provenientes de más de 80 países. Cuando el profesor Klaus Schwab fundó el encuentro en 1971, el título del encuentro era European Management Forum y los participantes rondaban los 450 líderes empresariales, provenientes de 31 países, que se daban cita en Davos con la sola intención de compartir prácticas de dirección de empresas. El encuentro ha cambiado mucho desde entonces, ha pasado de empresarial a global.

El politólogo y profesor estadounidense Samuel P. Huntington, autor del famoso libro «El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial», definió en 2004 a los asistentes a la semana de Davos como «élite global con poca necesidad de lealtad nacional, que considera que las fronteras nacionales son obstáculos afortunadamente en vías de desaparición y que contempla a los gobiernos nacionales como elementos residuales del pasado».

Actualmente, se está asistiendo al retorno de los estados nacionales y se constata la decadencia de la globalización y el multilateralismo en general.

Lo que hoy está de moda es la national fealty (lealtad nacional). Las fronteras ya no son consideradas obstáculos, sino muy a menudo instrumentos de protección. El big State (el estado fuerte) ya no se ve como un anacronismo. «Se acabó el Davos consensus, es cosa del pasado». Las amenazas a la estabilidad mundial son crecientes, con guerras devastadoras como las de Ucrania, Gaza y otras en diferentes lugares del mundo, y con un Donald Trump, gran antiglobalista, que vuelve a presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos con las encuestas a su favor.

El mundo está cambiando de forma no prevista por los globalistas. Sin embargo, Davos sigue siendo una caja de resonancia importante a escala global

El mundo está cambiando de forma no prevista por los globalistas. Sin embargo, Davos sigue siendo una caja de resonancia importante a escala global. Su punto fuerte no consiste en ofrecer soluciones a los problemas del mundo actual, sino en ofrecer una gigantesca plataforma de contactos. Dicen los participantes que los encuentros más útiles, además de ser los más célebres, son los one-to-one (cara a cara) con personas que interesan. Son brevísimas y sus protagonistas van directamente al grano. Un ejecutivo estadounidense ha declarado: «Yo voy cada año a Davos porque encuentro reunidas en el mismo sitio a todas las personas que me interesa ver».

Elecciones, riesgos y necesaria recuperación de la confianza en un entorno geopolítico turbulento

El 2024 será un año electoral en muchos países del mundo. Según el Global Riesks Report 2024 del World Economic Forum (WEF), las informaciones manipuladas y la desinformación constituyen el mayor riesgo a corto plazo. La polarización social es el tercer riesgo. El resto de riesgos detectados a corto plazo, hasta diez, son: la ciberseguridad, los conflictos armados entre estados, la carencia de oportunidad económica, la inflación, las migraciones involuntarias, la recesión económica y la contaminación.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha declarado:

«Cuando las normas globales colapsan, también colapsa la confianza. Estoy personalmente impresionado por la erosión sistemática de principios y estándares que dábamos por supuestos. Muchos países y empresas persiguen sus propios y limitados intereses sin consideraciones por el futuro que hemos de compartir o por el bien común.Si no reaccionamos, la situación todavía empeorará.Reconstruir la confianza no es sólo un eslogan o una campaña de relaciones públicas.Requiere reformas profundas de la gobernanza global para afrontar las grandes tensiones geopolíticas que tenemos ante nosotros en esta nueva era de multipolaridad».

Tomar el pulso del mundo

Davos destaca por los diagnósticos y visiones de conjunto que proporciona a los asistentes y no por las soluciones que les pueda facilitar. Un gran empresario europeo ha declarado: «Yo voy a Davos sobre todo para tomar el pulso sobre mi gran entorno, es decir, sobre todo lo que está sucediendo de importante en el mundo que sea relevante para mi empresa».

La primera idea que los participantes de este año se llevan a casa es que el mundo está experimentando una gran transformación y vivimos un presente incierto. Factores clave impulsores de esta transformación son: el geopolítico (guerras, cambios en el orden mundial); el tecnológico (revolución de la inteligencia artificial); la evolución de un cambio climático desbocado; los fortísimos niveles de polarización política y social (Estados Unidos, un caso paradigmático); las grandes dinámicas de envejecimiento de la población en países importantes (China entre ellos).

La inteligencia artificial (IA) generará el escenario geopolítico más turbulento en décadas

La inteligencia artificial (IA) generará el escenario geopolítico más turbulento en décadas. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) distribuido antes del inicio del encuentro prevé para este año un gran impacto negativo de la IA sobre el mercado de trabajo. Junto a la promesa de enormes ganancias en productividad con la IA, se encuentra la amenaza de una gran disrupción y de muchos puestos de trabajo destruidos. Ha impresionado la preeminencia de la IA generativa en el programa oficial del Fórum. El informe del FMI  también pone el énfasis en el aumento de las desigualdades, ya que la IA premia a las élites y eso ensancha la brecha social.

El Foro de este año también ha puesto de relieve que la brecha económica entre Europa y Estados Unidos alcanza un récord. Europa se está quedando atrás (Europe is lagging behind). Un informe de la consultora McKinsey (Accelerating Europe: Competitiveness for a new era) fue distribuido en la reunión, ponía de relieve que los ingresos per cápita de los europeos son un 27% inferiores a los estadounidenses. La comparación entre ambos bloques es despiadada. En 2011 la UE estaba por encima de Estados Unidos. Hoy, en poco más de diez años, Estados Unidos tiene un 47% más de riqueza que los europeos.

Intervenciones destacadas

Representantes de Pekín, Washington y Bruselas han estado presentes en Davos. La lectura cruzada de sus declaraciones no fue tranquilizadora. No se ve un camino seguro que evite la confrontación entre Estados Unidos y China, ni que proporcione a la UE la autonomía estratégica que precisa para jugar un papel de intermediación entre las dos grandes potencias.

El primer ministro de China, Li Qiang

El primer ministro de China, Li Qiang, llegó a Davos al frente de una extensa delegación china. Li Qiang ha declarado que «la confianza se ha erosionado entre Estados Unidos y China». Se ha quejado de las medidas restrictivas en el comercio que Washington promueve, implantadas por Donald Trump y mantenidas, o incluso aumentadas, por Joe Biden. También se ha quejado de los controles tecnológicos implantados por Washington. Es paradójico que sean ahora los chinos quienes se declaren partidarios del multilateralismo y de la globalización, frente a los americanos. «Debemos apostar por el multilateralismo, es la dirección adecuada; debemos basarnos en reglas reconocidas por toda la comunidad internacional, lejos de comportamientos unilaterales y hegemónicos». Pekín reclama «un cambio del actual orden mundial», al que considera «abusivamente dominado por Occidente».

El secretario de Estado estadounidense, Antonhy Blinken 

Las palabras del primer ministro chino chocan frontalmente con el hecho que en Washington existe un consenso absoluto -tal vez el único en la hiperpolarizada política estadounidense- que ya no se puede confiar en un ascenso pacífico de China serenamente incorporada al orden mundial, que durante años se ha beneficiado de forma abusiva de un marco que le concedía ventajas y que le ha facilitado tecnología punta que ha incorporado a sus fuerzas militares y de seguridad. Jake Sullivan, consejero de seguridad de la Casa Blanca, presentó hace unos meses la última versión de la estrategia de seguridad de Estados Unidos. Este documento es partidario de controles comerciales y tecnológicos sobre China. El secretario de Estado norteamericano, Antonhy Blinken ha estado presente en Davos, pero no ha pronunciado ningún discurso público. Aprovechó el foro para mantener reuniones bilaterales.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen

La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Úrsula von der Leyen, ha declarado que «el mundo atraviesa una era de conflicto y confrontación que representa el mayor riesgo para el orden global en la época de la posguerra mundial». La presidenta ha tratado de presentar a la UE como un actor geopolítico que puede «encabezar una respuesta» que vaya «recomponiendo la confianza rota, el escenario global fragmentado», en medio de «una competencia no vista en décadas». reivindicado la resiliencia de la UE ante el desafío de la guerra de Ucrania: «La entrada de Kiev en la UE será la respuesta de Europa a la llamada de la historia».

El presidente de Ucrania, Zelenski

El presidente de Ucrania, Zelenski, ha estado presente en Davos. Ha intentado reavivar la ayuda occidental en su país. Su visita se producía en un momento en el que las nuevas ayudas de Estados Unidos y la UE se iban paralizando. Zelenski ha declarado: «Tengamos cuidado, Putin es un depredador que no se conforma con productos congelados», dando a entender que si Ucrania cayera, otros países europeos podrían ser entonces atacados. «Nuestra guerra es una guerra para la defensa no sólo de Ucrania sino de Europa y sus valores».

El presidente francés, Emmanuel Macron

El presidente francés, Emmanuel Macron, abogó por un gran programa inversor europeo en tecnologías digitales, verdes y de defensa, a través de una nueva emisión de deuda como la Next Generation. También ha declarado que la UE necesita una mayor autonomía estratégica, a riesgo de quedarse descolgada en la competencia existente entre Estados Unidos y China.

El presidente español, Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha ido a Davos a vender «la buena salud económica de la economía española» a los inversores internacionales. También pidió a las empresas que combatan «los postulados neoliberales», y llamó a «luchar contra la ola reaccionaria que recorre el mundo para proteger la democracia». Se ha reunido con empresas del Ibex presentes en el encuentro para tratar sobre la IA y la reindustrialización. Un analista ha comentado: «Está claro que Sánchez no le basta con gobernar España, cada vez se ve más evidente que también se quiere erigir en líder de la socialdemocracia europea».

El presidente de Argentina, Javier Milei

El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, se ha situado en las antípodas de los postulados de Sánchez y de sus críticas del neoliberalismo. «Hoy estoy aquí para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque quienes supuestamente deben defender sus valores están cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y en consecuencia a la pobreza». El magnate estadounidense Elon Musk se ha declarado de inmediato a favor de las tesis de Javier Milei en declaraciones a la red social X (antes Twitter), que controla, donde ha escrito lo siguiente: «Muy buena explicación de Milei sobre lo que hace que los países sean más o menos prósperos». Milei también ha explicado porqué ha rechazado la invitación de Brasil y China de incorporarse al grupo de países BRICS. La razón que ha dado es que «Argentina es un país occidental y no quiere saber nada de una organización dominada por comunistas».

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