La conclusión principal de un seminario de expertos sobre el futuro de la UE celebrado en agosto en Bruselas es la siguiente:
“Nuestro compromiso europeísta incondicional y la buena reacción de la UE ante las últimas grandes crisis, como el Brexit, la pandemia o la guerra de Ucrania, que en conjunto forman una verdadera “policrisis”, no deben cegarnos a la hora de reconocer que actualmente la UE se ve afectada por un conjunto de amenazas muy serias, tanto internas como externas. Para combatirlas, será necesario, en palabras de Gramsci, combinar el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad. Sólo una comprensión precisa de los peligros que le amenazan y la voluntad de superarlos podrá garantizar a la UE un futuro esperanzador“.
Reacción eficaz en las últimas crisis:
Brexit. La UE se ha mantenido unida ante el reto del primer estado que la abandona, el fracaso del Brexit es más que evidente en el Reino Unido que ya piensa en el Regrexit, es un gran error histórico de los británicos, ningún otro estado miembro de la UE está dispuesto a probar la experiencia de una salida de la organización a la vista del fracaso británico. Por el contrario, la UE va directa a una próxima ampliación hacia los Balcanes.
Pandemia. Después de una cierta confusión inicial, comprensible por la ausencia de competencias sanitarias y de precedentes durante un siglo, la reacción de la UE puede valorarse como enérgica y positiva. La compra conjunta de vacunas, conseguida en tiempo récord, permitió la adopción de un plan de vacunación completo y el regreso a la normalidad de la vida social y económica.
Muy importante la creación de deuda común por primera vez en la historia de la UE para superar la crisis socioeconómica provocada por la pandemia. En julio de 2020, la UE rompió un tabú al decidir emitir bonos comunes para afrontar una crisis económica y social. Esto no fue posible durante la Gran Recesión de 2008. El importe de la emisión ha sido colosal: 750.000 millones de euros.
La UE ha sido capaz de reaccionar de forma enérgica y eficaz ante la guerra de Ucrania. La UE es esencialmente un proyecto de paz. Nada más contrario al espíritu fundacional de la UE que una guerra en Europa. Su relato inicial, que se remonta a mediados del siglo pasado, es «nunca más guerra entre nosotros los europeos». La incredulidad fue el primer sentimiento generalizado en la UE ante la invasión rusa de Ucrania. Era una vuelta al pasado, al peor pasado que ha conocido Europa y que la pusieron en peligro de muerte durante la primera mitad del siglo pasado.
La UE ha sido capaz de liberarse casi por completo de la necesidad de importar energía de Rusia, superando una gran dependencia. La prueba fue particularmente dura para Alemania. Esto se ha hecho sin sufrir interrupciones en el suministro, tan temidas al principio del conflicto. La UE también ha sido capaz de dar una respuesta militar vigorosa a la invasión rusa de Ucrania, pese al gran freno que supone el mantenimiento de la regla de la unanimidad en sus decisiones en materia de política exterior. La UE ha facilitado una asistencia militar sustancial en Ucrania y ha entrenado masivamente a sus soldados. La UE se ha mantenido firme y unida y ha dado asilo a ocho millones de refugiados ucranianos.
A la vista del anterior panorama, parecería descartable hablar de graves amenazas, pero no es así.
Nubes de gran tormenta dominan el horizonte de la UE, provenientes de tres flancos: dinámica interior, situación geopolítica global y economía.
Dinámica interna preocupante. Tres factores a considerar.
1- En primer lugar, desplazamiento general hacia la derecha y extrema derecha de la opinión pública europea. La socialdemocracia retrocede y los verdes no son capaces de sustituirla. Esta tendencia va ligada a otro fenómeno: los diques se han roto entre la derecha tradicional y la extrema derecha. La derecha tradicional ahora prefiere generalmente gobernar con la extrema derecha más que con el centroizquierda. La extrema derecha está en el poder o en coalición en Suecia, Finlandia, Letonia, Polonia, Hungría, Eslovaquia e Italia. El partido FPO (Freitheitliche Partei Osterreichs) domina la escena política austríaca y la AFD (Alternative für Deutschland) se ha convertido en el segundo partido más importante de Alemania. En Francia el RN (Rassemblement National) de Marine le Pen puede llegar a la presidencia de la República a medio plazo.
Esta oleada de extremismo de derecha se supone que es: “el resultado del mal causado en las sociedades europeas por décadas de desregulación, acompañadas de la globalización y de políticas europeas esencialmente orientadas por un culto ingenuo de la competencia y el comercio desregulado“. «El mal causado por el neoliberalismo es muy grande». Está retrasando el progreso hacia una integración europea basada en derechos sociales, transición ecológica, presupuestos e impuestos comunes. Está agravando las relaciones de Europa con el Sur Global a través de políticas xenófobas. Podría amenazar la ayuda europea a Ucrania.
2- En segundo lugar, la UE se muestra incapaz de completar su proyecto integrador. “Es necesario que complete lo que empezó hace ya más de setenta años, si quiere llegar a constituir un necesario tercer polo e interceder entre los dos gigantes del mundo: Estados Unidos y China“. Por eso necesita políticas exteriores y de defensa comunes. «Es necesario que dé un paso adelante decisivo hacia la federalización, quizá con grupos diferenciados de países, como un pequeño grupo de estados pioneros centrales y círculos concéntricos de estados a su alrededor». Francia y Alemania deberían dar un paso adelante. Si no, tal y como ha declarado el ex jefe de gobierno italiano Enrico Letta, «la UE sólo podrá elegir en el futuro entre ser una colonia de Estados o de China».
3- En tercer lugar, la ampliación en los Balcanes es urgente y todavía no está organizada. Pero también hay que señalar que “si con 27 miembros las instituciones comunitarias europeas son largamente disfuncionales, con treinta o más estados miembros, la parálisis decisoria institucional, sin reforma interna y federalización seria, está asegurada”.
Un contexto geopolítico global que preocupa y empeora
La guerra de Ucrania ha hecho más fuertes los vínculos entre la UE y Estados Unidos. La OTAN se ha reforzado. El compromiso de la UE con Ucrania es fuerte. Sin todo esto, Putin habría ganado la guerra. Pero la principal preocupación de Estados Unidos no es Ucrania sino China. Por otra parte, Estados Unidos está dividido por la mitad políticamente. Dos bloques enfrentados y riesgo de conflicto civil. Detener a China es prácticamente la sola cosa que parece unirlos. ¿Qué pasaría si ganaran los republicanos en Estados Unidos en las próximas elecciones presidenciales? Su compromiso con la UE y Ucrania podría ser revisado drásticamente.
La UE busca, por su parte, su «autonomía estratégica» en un mundo de gigantes, pero no acaba de alcanzarla. La posición de la UE sobre China no coincide del todo con la de Estados Unidos. Allí la Inflation Reduction Act (IRA) y otras normativas de carácter proteccionista y de reindustrialización son malentendidas o recibidas en Europa. Los americanos, inventores y grandes beneficiarios de la globalización (China también), ahora la rechazan. China protesta ante el marcaje de Estados Unidos, su unilateralismo y su hegemonismo. Pretende un nuevo orden mundial multipolar.
La guerra de Ucrania ha demostrado la gran distancia existente entre Europa y Occidente en relación con el Sur Global. Existe «un abismo entre Occidente y el resto». Los países del Sur Global llevan tiempo rechazando el concepto de Europa fortaleza. Franceafrique se está derrumbando. La UE ha reaccionado, ante iniciativas como «las nuevas rutas de la seda chinas», con su recién estrenado programa Global Gateway, pero no es suficiente.
Perspectivas económicas difíciles
Todo un conjunto de circunstancias preocupantes provocan en el seno de la UE «una gran incertidumbre económica»: situación difícil de la economía alemana, retraso europeo en áreas claves de alta tecnología cuando se compara con las grandes potencias líderes tecnológicas, ausencia de una política industrial europea, consecuencias del proteccionismo y la reindustrialización de Estados Unidos, dificultades para avanzar en la transición energética y en la transición ecológica, dificultades en reformar el Pacto de Crecimiento y Estabilidad de la Eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) continúa actuando en modo lucha antiinflación y subiendo los tipos de interés… Todo esto junto a grandes retos estructurales, como el gran bajón demográfico europeo.
Los participantes en el seminario coincidieron en que la UE tendrá que hacer un gran esfuerzo si quiere salir de su callejón sin salida actual. «Quizás se tendrá que encomendar, una vez más, a las viejas consignas de Jean Monnet, como aquellas que dicen que «las dificultades nos fortalecerán» y que «saldremos adelante a golpes de superación de las crisis que se vayan presentando».
Los participantes en el seminario coincidieron en que la UE tendrá que hacer un gran esfuerzo si quiere salir de su callejón sin salida actual Share on X