Una comunidad política europea y una Europa de distintas velocidades

Presentadas las conclusiones de la Conferencia Sobre el Futuro de Europa el día 9 de mayo y tras haberse hecho públicas dos propuestas italianas sobre gobernanza europea, una de Mario Draghi y la otra de Enrico Letta, el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, acaba de  presentar su última propuesta sobre el futuro de Europa.

Es evidente que la guerra de Ucrania está marcando un punto de inflexión en la historia de la UE, que se ve abocada a revisar tanto su estructura interna, para adaptarla a la nueva realidad del continente, como su modelo de adhesión, para no frustrar las expectativas de Ucrania. Los analistas hablan del nacimiento de la UE en la geopolítica.

la UE debería ser capaz de llegar a una remodelación de su arquitectura institucional

El último número del semanario The Economist, dice que la UE ha tenido que afrontar una concatenación de crisis muy importantes desde el año 2005 hasta la fecha, y que ha tenido que vivir  en consecuencia una verdadera “crisis existencial“: fracaso del tratado constitucional, (2005), Gran Recesión (2008), crisis del euro (2010), crisis de la invasión rusa de Crimea (2014), crisis de los refugiados (2015), Brexit (2016),  Trump (2016), pandemia (2020) y ahora la invasión rusa de Ucrania. Opina que la mejor reacción de la UE en contra de una crisis sería la que se está produciendo actualmente ante la invasión rusa de Ucrania. La califica de “valiente, bien coordinada con la alianza atlántica y occidental en general, rápida, decidida y eficaz“. Pero también dice que para acabar de redondear el éxito de su respuesta, la UE debería ser capaz de llegar a una remodelación de su arquitectura institucional.

Según The Economist, la buena reacción actual de la UE se debe a que esta vez va de guerra, y la guerra es la verdadera esencia del proyecto de integración europeo, que nació precisamente para hacer imposible para siempre la guerra en Europa. “Nunca más guerra entre nosotros”, fue el relato triunfante entre los europeos tras la gran catástrofe de la Segunda Guerra Mundial, heredera de la “Gran Guerra” (1914-1919) y “las dos grandes guerras civiles europeas” del siglo XX. Ahora la guerra ha vuelto a Europa, concretamente a Ucrania, que ha sido invadida por un estado vecino. Ante esta última gran crisis, «la UE ha reaccionado muy por encima de las expectativas». Lo que se echa de menos, dentro del marco de esta gran reacción europea, es “la falta de un proyecto federal del tipo previsto por Jean Monnet”. Él preveía que la federalización llegaría a Europa a consecuencia de la superación de muchas crisis y que sería la suma de las soluciones otorgadas a cada una de estas crisis.

La propuesta de Macron es favorable a la construcción de una Europa de geometría y velocidad variables

La propuesta de Macron es favorable a la construcción de una Europa de geometría y velocidad variable. “La voluntad de mantenernos unidos en los veintisiete países que formamos la UE nos impide ser más ambiciosos. Es necesario atreverse a hablar más claramente de diferenciación. Ya existen círculos de vanguardia, como el espacio Schengen o la eurozona. Los instrumentos jurídicos que posibilitan la diferenciación también hace tiempo que existen. Tenemos las cooperaciones reforzadas que estableció el tratado de Ámsterdam, que han permitido, por ejemplo, avanzar en materia de cooperación militar o de patentes unitarias europeas. En materia de política extranjera, el artículo 44 del Tratado de la Unión Europea ofrece también la posibilidad de crear misiones europeas. Vemos que existen precedentes y que no faltan ejemplos de diferenciación dentro de la arquitectura institucional europea. Son un punto de partida sobre lo que es necesario construir. Pero, por encima de lo que ya existe, es necesario acelerar el ritmo de diferenciación y aumentar nuestras ambiciones“.

El debate sobre una Europa de varias velocidades, o Europa “a la carta”, hace ya tiempo que existe entre los líderes de la UE. Según este proyecto, los estados miembros de la UE no avanzarían al mismo paso, sino que habría un núcleo duro que lo haría a mayor velocidad. Esta idea cobra una nueva dimensión a raíz de la invasión rusa de Ucrania. La necesidad de abolir la regla de la unanimidad en la toma de decisiones importantes, especialmente en exteriores y defensa, se hace evidente.

Para responder a la crisis ucraniana, Macron también ha propuesto la creación de una “comunidad política europea, es decir, un nuevo espacio de cooperación al que puedan acceder de inmediato los países candidatos a la adhesión, como Ucrania, y aquellos países que comparten los mismos valores democráticos que la UE, como Reino Unido“. La cooperación podría cubrir muchos ámbitos como el político, la seguridad, la energía, el transporte, las inversiones, o la circulación de personas, especialmente las más jóvenes.

Macron ha recuperado una vieja y efímera iniciativa de «confederación europea»

Con esta última propuesta, Macron ha recuperado una vieja y efímera iniciativa de “confederación europea” lanzada por el anterior presidente de la República Francesa, François Mitterand, en diciembre de 1989, un mes después de la caída del muro de Berlín. Este planteamiento confederal es el que también ha recogido en su Manifesto Enrico Letta, con un discreto apoyo de Mario Draghi, pues prefiere una “federación pragmática” a una confederación. La propuesta de Mitterand no prosperó porque pretendía de manera oportunista incluir Rusia, la potencia que había mantenido brutalmente ocupada media Europa durante más de cuatro décadas, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín.

Refiriéndose al deseo ucraniano de adhesión inmediata a la UE, Macron ha declarado lo siguiente:

“Todos sabemos que los procesos de adhesión son largos, muy largos, y que pueden durar décadas. Este panorama frustrante de espera quedaría borrado con una entrada rápida de los candidatos a la adhesión a la comunidad política europea de nueva creación“.

Macron  también se ha referido a las propuestas de los ciudadanos recogidas en la Conferencia Sobre el Futuro de Europa, que han sido numerosas. Se ha manifestado especialmente favorable a la propuesta de eliminar la unanimidad y de adoptar el voto por mayoría cualificada sobre “nuestras principales políticas públicas” y ha apoyado la propuesta ciudadana de “reformar los tratados europeos”.

La Conferencia Sobre el Futuro de Europa nació precisamente de una propuesta de Macron. Su informe final se ha entregado el 9 de mayo a los presidentes de las tres principales instituciones europeas -Úrsula von der Leyen (Comisión), Roberta Metsola (Parlamento) y el propio Macron (presidente del Consejo de la UE de enero a junio de este año). El informe plantea 49 propuestas que incluyen objetivos concretos y más de 320 medidas a aplicar por las instituciones de la UE, agrupadas en nueve áreas temáticas: cambio climático y medio ambiente; salud; una economía más fuerte, justicia social y empleo; la UE en el mundo; valores y derechos; estado de derecho, seguridad; transformación digital; democracia europea; migración; educación, cultura, juventud y deporte.

La mayoría de analistas consideran decepcionantes las conclusiones de la Conferencia.

La mayoría de analistas consideran decepcionantes las conclusiones de la Conferencia. Las encuentran llenas de tópicos y de retórica comunitaria, vacías de contenido con contadas excepciones, como la propuesta de suprimir la unanimidad en el proceso de toma de decisiones. El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución pidiendo que las recomendaciones provenientes de la consulta ciudadana sean recogidas e implementadas en el seno de un posterior encuentro europeo al máximo nivel político, en forma de Convención, dedicado a la adopción de medidas concretas de reforma institucional de la UE. Enrico Letta también ha propuesto la celebración de una Convención Europea similar a la que se creó con motivo de la preparación del Tratado constitucional de la UE, que finalmente no nació a causa del rechazo de Francia y los Países Bajos en referéndum año 2005.

Ucrania se ha mostrado reacia a la propuesta de Macron de crear una “comunidad política europea”, y sigue pidiendo una entrada plena y rápida en la actual UE

Ucrania se ha mostrado reacia a la propuesta de Macron de crear una “comunidad política europea”, y sigue pidiendo una entrada plena y rápida en la actual UE. El ministro de Asuntos Exteriores, Dmitro Kuleba, ha advertido que «la adhesión de Ucrania a la UE es una cuestión de guerra o paz en Europa», y ha recordado que una de las razones de la invasión rusa ha sido que  «Putin estaba convencido de que Europa no necesitaba a Ucrania“. El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en un coloquio telemático con alumnos del instituto de Sciences Po de París, se mostró disgustado con la propuesta de Macron: “Nuestra entrada en la UE no podrá sino reforzar la UE. No se puede mantener a distancia. No nos pueden mantener en la incertidumbre de forma permanente”.

Macron ha ido primero a Berlín a comentar su propuesta con el canciller Olaf Sholz. Éste ha mantenido una actitud educada y ha calificado de «muy interesante» las ideas del presidente francés de creación de una «comunidad política europea» y «de una Europa de geometría variable», sin ir más allá.

Según el semanario l’Express, Macron “espera ser el director de orquesta de una transformación institucional europea indispensable debido a la agresividad de Vladímir Putin“. Pero al mismo tiempo señala que existe escepticismo en muchas capitales sobre la viabilidad de la hoja de ruta del Elíseo.

Los federalistas más fervientes consideran que Francia -actual presidenta rotatoria de la UE- ha mostrado una vez más su incapacidad para provocar un necesario salto cualitativo y hacer avanzar a la UE hacia una unión política federal, como tantas veces le ha propuesto Alemania a lo largo del proceso de integración europea, y tal y como consta en el programa del actual gobierno de coalición alemán, formado por socialdemócratas, liberales y verdes. Piensan que Francia sigue ensimismada en su grandeus (armamento nuclear, puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU con derecho de veto, posesiones territoriales todavía en los cinco continentes), y que persiste en el rechazo de la idea federal.

La cumbre europea de finales del próximo mes de junio, que pondrá punto final a la presidencia semestral francesa de la UE, podría ser también el punto de arranque  de una transformación de la UE que pudiera incluir la revisión de los Tratados y la creación de un estatuto especial que ofreciera a los países candidatos  buena parte de los privilegios del club comunitario, mientras esperan su ingreso definitivo. En su reciente visita a Kiev, Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha asegurado que “Ucrania pertenece a la familia europea” y que se acelerará el proceso de adhesión “lo más posible”.

En Ucrania el índice de corrupción es muy alto y el de calidad democrática muy bajo, según los últimos rankings

Una experta del prestigioso think tank European Council on Foreign Relations acaba de declarar que “Ucrania debería adoptar importantes reformas políticas y democráticas para cumplir los criterios de adhesión, y por desgracia esto toma su tiempo”. En Ucrania el índice de corrupción es muy alto y el de calidad democrática muy bajo, según los últimos rankings establecidos por Freedom House y Transparencia Internacional, respectivamente.

En la citada cumbre de junio se examinarán las conclusiones y recomendaciones de la Conferencia sobre el futuro de Europa, concluida el 9 de mayo, así como las diferentes propuestas de reforma provenientes de Draghi, Letta y Macron.

Se espera que la cumbre pacte la convocatoria de una Convención, es decir, un foro encargado de examinar la revisión de los Tratados. El precedente inmediato terminó mal. La última Convención tuvo lugar en 2004 y resultó un fracaso del proyecto de tratado constitucional rechazado en referéndum por franceses y holandeses. De una nueva Convención debería salir un Tratado de orientación federal, inspirado en las propuestas de Mario Draghi y con el objetivo de unión política federal que aparece claramente definido en el programa político del actual gobierno de coalición alemán. Si se adelantara en esa dirección, la guinda del pastel lo podría poner España, con la aprobación del nuevo Tratado de carácter federal durante su presidencia de la UE correspondiente al segundo semestre del año 2023.

En cualquier caso, es evidente que la UE necesita, al menos, un ajuste institucional tanto para asumir nuevas responsabilidades en áreas como sanidad, defensa o exteriores, como para adaptar las instituciones a una futura ampliación hacia el este y los Balcanes que, tarde o temprano, llegará.

A lo largo de los próximos meses, veremos si la UE se decide por un relanzamiento de máximos o de mínimos.

La guinda del pastel lo podría poner España, con la aprobación del nuevo Tratado de carácter federal durante su presidencia de la UE correspondiente al segundo semestre del año 2023 Clic para tuitear

 

 

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