El título no se refiere solo a la situación en la que vivimos, sino que corresponde al último libro de Jared Diamond, y cuyo subtítulo expresa claramente su contenido Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos. Diamond es miembro de la Academia de Artes y Ciencias, de la Academia Nacional de Ciencias y de la Sociedad Filosófica de Estados Unidos, y ha recibido los premios Burr de la Sociedad Geográfica Nacional y Pulitzer de 1998 por Armas, gérmenes y acero (199).
En su análisis, que abarca momentos distintos de la vida colectiva de sociedades tan distintas como la finlandesa, japonesa, chilena, indonésica, australiana y alemana, parte de 12 criterios extrapolados del mismo número de ellos que son factores a su criterio que inciden en el desenlace de las crisis personales.
Son estos, y vale la pena reflexionar sobre ellos. Según Diamond y su propia experiencia, su uso permite salir personalmente bien parado de una crisis:
- Reconocimiento de estar en situación de crisis.
- Aceptación de la responsabilidad personal en la acción.
- Construcción de un cercado para acotar los problemas a los que hay que dar resolución.
- Obtención de la necesaria ayuda material y emocional de otros individuos y grupos.
- Adopción de otras personas como modelo de resolución de problemas.
- Fortalezas del ego.
- Autoevaluación honesta.
- Experiencia de las crisis personales anteriores.
- Paciencia
- Flexibilidad
- Valores centrales personales.
- Ausencia de constreñimientos personales. El ámbito de libertad de elección.
Aquel enmarcamiento se transforma con ligeras adaptaciones y presentado cómo los factores inciden en el desenlace de las crisis colectivas:
- Consenso nacional de que el país está en situación de crisis.
- Aceptación de la responsabilidad nacional en la acción.
- Construcción de un cercado para acotar los problemas a los que hay que dar solución.
- Obtención de la necesaria ayuda material y económica de otros países.
- Aducción de las experiencias de otros países como modelo de resolución de problemas.
- Identidad nacional.
- Autoevaluación honesta nacional.
- Experiencia histórica de crisis anteriores.
- Asunción de los fracasos nacionales.
- Flexibilidad nacional en situaciones específicas.
- Valores centrales nacionales.
- Ausencia de constreñimientos geopolíticos.
En la resolución de ellos cobran un papel determinante las instituciones políticas y económicas nacionales, y el rol que desempeña el líder o los dirigentes en la resolución de la crisis, el cómo se toman las decisiones colectivas. También resulta clave si en el, llamémosle programa nacional de respuesta, se introducen simultáneamente distintos tipos de cambio o de si estos cambios se implantan por separado y en momentos distintos. La reconciliación, sea de la índole que sea, interna o entre países, la posibilidad o no de que exista ayuda externa, la capacidad nacional de adaptación, lo que quizás podríamos denominar la resilencia colectiva, y factor determinante la existencia de valores nacionales, en términos de acuerdos fundamentales compartidos, o si estos son débiles o simplemente no existen porque están fragmentados.
Revisar la realidad en la que vivimos a la luz de estos criterios puede proporcionarnos una mejor visión no ya de lo que sucede, sino del futuro.
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