Colau liquida la tradición del pesebre en la Plaça de Sant Jaume

Mantenido a capa y espada, con independencia de regímenes y gobiernos municipales, finalmente ha tenido que ser Ada Colau quien liquide la muy larga tradición de llevar a cabo el pesebre en la Plaça de Sant Jaume. Hay que decir que con la nueva alcaldesa esta celebración tan barcelonesa de la Navidad había quedado ya maltrecha por el tipo de pesebres que se organizaban con la excusa de la «creatividad artística». Pero hasta ahora, al menos el gesto lo había mantenido.

Ahora, con la excusa de la Covid-19, no habrá pesebre. Lo ha comunicado el concejal de cultura, Joan Subirats. La excusa es no provocar aglomeraciones, pero es de mal pagador porque no hay que tener una capacidad imaginativa extraordinaria para poder organizarlo con suficientes garantías de seguridad. La liquidación del pesebre es la puntilla a la depauperada situación que vive el casco antiguo de la ciudad con el cierre de tiendas y actividades casi generalizado. Por esta razón, parece una fina ironía hablar de aglomeraciones en la Plaça de Sant Jaume. En todo caso, poco o mucho, el pesebre habría representado un foco de atracción que podría animar un poco el comercio del barrio. Ahora, no tendrán ni eso.

De este modo Colau continúa en su línea de fobia a todo lo que significan elementos cristianos. Primero dejó de presidir la comitiva, de tradición aún más larga, que con motivo de las fiestas de la Virgen de la Mercè iba del Ayuntamiento a la Basílica. Después ha tenido numerosos incidentes con la comunidad católica por una serie de actos realizados en la sede municipal que han resultado ofensivos para los miembros de esta confesión, como el escándalo con motivo de la recitación del poema Madrenuestra, una parodia del Padrenuestro, en el acto de entrega de premios de la ciudad. También por su facilidad en otorgar ayudas a la comunidad islámica y negárselas a las parroquias, y por felicitar al Islam en sus fiestas tradicionales y no hacerlo nunca a los cristianos.

En fin … la lista de hechos que revelan una mentalidad profundamente anticristiana por parte de Ada Colau son públicos y notorios y servirían para escribir un libro que ahora y de momento se queda completado con la cancelación del pesebre de la Plaça de Sant Jaume .

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1 comentario. Dejar nuevo

  • Sería más que interesante que ese libro se escribiera. Para testimonio de los planteamientos anticristianos en cierta progresía, catalana en este caso.
    Conozco a Joan Subirats. Me apena que haya caído en este sesgo anticristiano, con tan sonrojantes «motivos» para un universitario. Penoso, muy penoso.

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