Barcelona: no es oro todo lo que reluce. Bajos salarios en las TIC

Estamos acostumbrados a hacer una ecuación muy simple que dice que las condiciones de trabajo en el sector de las Tecnologías y las Comunicaciones (TIC) son buenas, y que, por tanto, el desarrollo importante de este ámbito empresarial conlleva una mejora sustancial de las retribuciones y de las condiciones de vida.

Esto, que hasta cierto punto puede ser cierto, no lo es con carácter absoluto. Al menos no de acuerdo con el estudio presentado en Madrid por el sindicato CCOO, que expresa la situación del sector TIC de toda España, pero que evidentemente recoge en la proporción debida la importancia que tiene este tipo de empresa en Cataluña.

El 45% de los trabajadores de este sector cobran menos de 22.000 euros brutos anuales; es, por tanto, un salario ligeramente inferior a la media española, situada en los 23.333 euros. Seguramente, en el caso de Barcelona ​​la retribución será más alta, pero porque lo es también la media salarial.

Un segundo problema que presenta este sector es la elevada rotación de puestos de trabajo. Este indicador señala que el 75% de los trabajadores tienen menos de 15 años de antigüedad, que en los últimos 10 años más de la mitad de las plantillas han cambiado de empresa y que un 10% lo han hecho en el último año. En este caso no tiene por qué ser un indicio negativo, ya que sencillamente indicaría una movilidad laboral derivada de la facilidad para encontrar trabajo. Pero si se relaciona la rotación con el nivel salarial, se constata que el cambio de empresa no determina una presión al alza de los salarios, al menos no para el conjunto del sector.

También aquí se produce la paradoja que se observa desde el ámbito de la economía que las nuevas tecnologías no están generando un impulso visible en la productividad, y sus efectos quedan lejos de los provocados por la segunda revolución industrial, la de la electricidad y la química, e incluso de la primera, la de los ferrocarriles y la máquina de vapor. Las TIC, que están en el núcleo de la innovación, de hecho son esencialmente eso, pagan bajos salarios porque que el resultado de su productividad es modesto, y este es otro factor de reflexión muy importante que nos señala que no es oro todo lo que reluce.