Ya es posible hacer una evaluación de la incidencia que tendrá para la ciudad la pandemia, sobre todo en la dimensión turística, que es la más fácil de estimar, porque este año su actividad será mínima, sobre todo por falta de visitantes internacionales. Naturalmente el impacto será mayor porque también afectará a otros aspectos de la vida económica de la ciudad. En especial, a consecuencia del paro se reducirá su capacidad de gasto de la población residente.

El paro registrado en Barcelona era de 76.196 personas a 31 de marzo. Pues bien, en un documento interno del Ayuntamiento, que no se ha hecho público, se considera que a esa cifra se pueden añadir unos 100.000 puestos de trabajo adicionales perdidos. Si fuera así, la cifra total superaría con creces la que la ciudad sufrió con motivo de la anterior crisis económica, cuando en 2012 llegó al punto de 112.000 parados. Este mayor incremento de la crisis actual es consistente con su naturaleza, porque en la anterior crisis, lo que ahora se desmorona, el turismo, fue la salvación de la ciudad, atenuando los efectos de la crisis general.

Según la información publicada en datos del propio Ayuntamiento, correspondientes al año pasado, los visitantes internacionales de Barcelona se situaron en 12 millones de personas sobre un total de 15,8 millones. Esto ya da una idea de que el turismo interior ni de lejos puede compensar la importancia de la presencia de extranjeros, porque esta es 4 veces superior.

Toda esta afluencia naturalmente tiene una traducción en dinero. En términos de alojamiento en hoteles, residencias y pisos turísticos, y gastos de su presencia en Barcelona, ​​el gasto total realizado se situaba en los 7.400 millones. Más de 3.000 millones en alojamiento, y casi 4.400 millones en otros gastos de estancia. Los más importantes, la restauración con 1.868 millones; 951 millones dedicados a compras; 803 millones a ocio y entretenimiento y 511 a transporte interno.

El turismo interior ni de lejos puede compensar la importancia de la presencia de extranjeros Clic para tuitear

Sólo con estas cifras ya se puede ver la contundencia del impacto y los sectores que quedarán profundamente afectados. Los hoteles y pisos turísticos en primer término, bares y restaurantes en segundo, comercio minorista en las áreas turísticas -el Paseo de Gracia se puede desertificar, porque todas las tiendas dependen del visitante internacional-, también todo lo relacionado con el ocio y, finalmente y de una manera muy importante, el taxi, Uber y Cabify. Toda el área central de la ciudad y las otras zonas turísticas, como el barrio gótico, pueden experimentar un grave vaciado y la desoladora visión de múltiples tiendas vacías. Pero más allá del centro, en aquellos barrios donde se ha concentrado la vivienda turística, también el comercio registrará un importante descenso.

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