Aragonès. Una presidencia agotada

Ha pasado 1 año sólo desde las elecciones y la presidencia de Pere Aragonès parece agotada y las reacciones en su conferencia del pasado lunes, que voluntariamente quiso hacerse con una trascendente puesta en escena.

A la llamada a la unidad y entendimiento de los independentistas, Jxcat ya respondía al día siguiente declarando una vez más lo inútil que era la mesa de diálogo, que no olvidemos es el eje central de la política de Aragonès. Y ya no digamos la CUP, que ni siquiera se hizo presente en el acto. Por tanto, desde la vertiente independentista, el resultado de la iniciativa del presidente de la Generalitat ha sido cero. Lo que demuestra que hizo un discurso que no era consecuencia de una preparación política previa, que es lo que se puede esperar de una política madura, sino palabras lanzadas al viento y a verlas venir. Pero a pesar de ser negativa esta vertiente, no deja de formar parte de la ya tradición del independentismo, a la que va sobreviviendo gracias a que los dividendos del poder unen más que las discrepancias, fruto de las respectivas pretensiones de hegemonía electoral.

Lo que realmente ha dejado agotada la presidencia en el actual mandato de Aragonès es la reacción de la Moncloa a sus palabras, aliñadas con las eternas amenazas de Rufián en el Congreso de los Diputados. La respuesta a la petición de dar contenido a la mesa, además de la necesidad de convocarla, no podía ser más pobre. Ni siquiera ha hablado el presidente Sánchez, que no baja estos momentos porque pensará que el conflicto catalán ya lo tiene amortizado y lo deja en manos de su ministra portavoz Isabel Rodríguez.

La respuesta concreta era espectacularmente decepcionante. Mientras Aragonés hablaba de la solución al conflicto político catalán y de que el gobierno español asumiera la respuesta a la petición de amnistía y referéndum con determinación y valor, Isabel Rodríguez hablaba de que el consejo de ministros ya aprobó la licitación de las obras de soterramiento de las vías ferroviarias de Montcada i ReixacEspectacular la contrapartida. Y añadía que esto se hacía en el marco del plan de Cercanías por valor de 387 millones de euros.

También recordaba que está muy avanzada la preparación de la eterna transferencia de las becas de ayuda al estudio y la cuantificación económica adicional en materia de justicia, la participación de la Generalitat en Turespaña y que se está avanzando en la gestión del ingreso mínimo vital.

Como puede constatarse por el nivel de inconcreción de la respuesta, la diferencia entre lo que plantea Aragonès y lo dispuesto a ofrecerle Madrid es cósmica. Porque no se trata ya de que respondan al referéndum con contrapartidas concretas, sino la pobreza de estas contrapartidas.

El nivel de la relación política con Madrid ha caído tan bajo que ni siquiera es comparable con los peores momentos de las reivindicaciones autonomistas de CiU. Situar como respuesta al discurso de Aragonès el soterramiento de las vías de Moncada o la participación en Turespaña, es una tomadura de pelo monumental. Y es aquí donde radica el agotamiento de la política del actual gobierno, en que el gobierno español ya ni se le toma como un interlocutor digno de ser atendido.

Si a estos hechos se le añaden las reiteradas amenazas vacías de Rufián en el Congreso de Diputados, que ahora ya conllevan directamente la respuesta desairada del presidente del gobierno, el resultado es muy triste: el actual gobierno de Cataluña anunció un camino que transcurridos sólo 13 meses se demuestra que no lleva a ninguna parte.

Creus que la conferència del president Aragonès ha aportat solucions als problemes i necessitats que té Catalunya?

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