Primero, los resultados
- CDU/CSU, resultado actual: 28,6% de los votos, una variación de +4,5 puntos porcentuales respecto a la elección anterior. Se sitúa por debajo del consenso de las encuestas (30%). En escaños, supone un aumento de aproximadamente 12, pendiente todavía de los resultados definitivos, y alcanza 208, marcando una distancia histórica con su competidor habitual, la socialdemocracia.
- AfD (Alternativa por Alemania): le ha votado uno de cada cinco alemanes: 20,8% de los votos. Además de ser la segunda fuerza superando a la histórica socialdemocracia, es el primer partido en los lands que corresponden a la antigua República Democrática Alemana. Variación: +10,5 puntos, pasando de cerca de 10,3% en la última elección. Las previsiones demoscópicas acertaron de lleno, así como con los socialdemócratas. Han pasado de 77 escaños en 2021 a 151, duplicándolos y ganando cerca de 74 escaños adicionales.
- SPD: en la actualidad 16,4% de los votos. Variación: -9,3 puntos, cayendo desde el 25,7% (su peor resultado en la historia desde la unificación). Hasta ahora, su peor cifra había sido en 2017 con el 20,5% de los votos. A principios de siglo se situaba cerca del 40%. Ha sufrido una caída dramática de diputados, ya que ha perdido 85, consiguiendo sólo 125.
- Los Verdes: 11,6% de los votos. Variación: -3,2 puntos (anteriormente cerca del 14,8%). Pierden, pero resisten mejor la caída que los otros socios de gobierno (liberales y socialdemócratas). Quedaron por debajo de las previsiones, que les daban una media del 13%. Pierden 8 diputados de los 93 que tenían.
- Die Linke: obtiene el 8,8% de los votos. Un éxito, porque la variación (+3,9 puntos) es un notable ascenso para un partido tan pequeño, que además competía con otro partido de izquierdas, la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, con un 4,97%), que en principio no ha entrado en el Parlament por poco, ya que se necesita el 5% de los sufragios. Aún podría hacerlo en el recuento final o si logra tres diputados en las elecciones en cada distrito electoral uninominal, que se rige por una fórmula mayoritaria al estilo inglés. (En Alemania, la mitad de los diputados se eligen por listas de partidos en cada land y la otra mitad por voto unipersonal en cada circunscripción; si se consiguen tres diputados por esta vía, se tiene derecho a recoger la proporción de diputados que le corresponde por el resultado obtenido, aunque no llegue al 5% de los votos en la elección). Ahora aumenta 25 escaños, sobre los 39 que tenía.
- FDP (4,3%): no superó el umbral mínimo del 5% para entrar en el Parlamento y, junto a los socialdemócratas, son los grandes perdedores.
Con estos resultados, la suma de CDU/CSU y SPD llega a 208 + 121 = 329 escaños, lo que les da la mayoría absoluta (la necesaria es 316) para gobernar sin requerir un tercer partido. Si finalmente entrara BSW, esa mayoría de dos podría resultar insuficiente, aunque por muy poco.
Las previsiones
El escenario previsible es otra vez una gran coalición CDU/CSU con el SPD, un clásico alemán, que tendría por delante una oposición muy crecida a ambos extremos de la cámara. Así, Die Linke a la izquierda y Alternativa por Alemania a la derecha son los que han obtenido mejores resultados relativos, mientras que la coalición de gobierno estaría formada por una socialdemocracia agotada y unos democristianos que siguen sin alcanzar el 30% de apoyo. El hecho de que Alternativa sea el primer partido del que fue Alemania Oriental augura una profundización de las diferencias territoriales, además de las políticas.
Además, ahora empezará la gran batalla en la UE para establecer el presupuesto del período 2028-2034 , uno de los más difíciles de la historia, lo que puede incrementar la tensión en el Parlamento y dentro de la misma coalición gubernamental.
Se ha producido una reconfiguración del panorama político :
- La extrema derecha ha duplicado su cuota de voto, pasando de cerca del 10% a más del 20%. Este ascenso representa un cambio substancial en el equilibrio político y evidencia una radicalización del electorado conservador.
- Derrota histórica del SPD: con una caída de más de 9 puntos (del 25,7% al 16,4%), ha obtenido su peor resultado desde la posguerra, planteando serias dudas sobre su capacidad para competir en el futuro y su papel en la política alemana.
- Los Verdes han perdido apoyo, mientras que Die Linke ha recuperado terreno, lo que sugiere una reconfiguración en la izquierda y una mayor fragmentación del voto progresista.
- Mayor polarización: el fuerte ascenso de la AfD y la pérdida drástica de apoyo del SPD indican un desplazamiento del centro político y una creciente polarización. Esto podría traducirse en debates más tensos y una política más fragmentada.
Grandes retos para la nueva administración: Aunque la gran coalición entre CDU/CSU y SPD asegura una mayoría en el Parlamento, el debilitamiento del SPD podría limitar su capacidad para influir en la agenda y obligar a los conservadores a tomar decisiones unilaterales en temas críticos como inmigración, economía y política exterior.
Implicaciones para Europa y el Atlántico: el discurso de Friedrich Merz apunta a reforzar la autonomía europea y a reducir la dependencia de Estados Unidos, en un contexto de tensiones geopolíticas y presión de actores externos (como la influencia de figuras vinculadas a Trump o Musk). Esto podría desencadenar una reorientación en las relaciones internacionales de Alemania.
Riesgo de estabilidad interna: la combinación de una participación elevada (82,5%) y unos resultados muy polarizados plantea el reto de un gobierno que, a pesar de tener mayoría, deberá gestionar tensiones internas y atender a las demandas de grupos disidentes, especialmente si la AfD decide utilizar su posición fortalecida para presionar en futuros negociaciones o en el debate público.
Conclusión
El triunfo de Friedrich Merz y la reconfiguración del Parlamento reflejan no sólo un cambio en las preferencias electorales, sino también un momento de transición en el sistema político alemán, con profundas implicaciones tanto a nivel interno como para la política europea e internacional.
