A pocos días del primer martes de noviembre, día 5, cuando se celebran las elecciones presidenciales en EE.UU., parece que la balanza ha vuelto a cambiar de signo y otorga una ventaja a Trump. Esto, al menos, es lo que dice la encuesta de 338 Canadá, una de las empresas demoscópicas habituales en el seguimiento de la campaña electoral, que otorga el 51% de los votos a Trump y el 49% a Harris.
El gráfico de la evolución de los resultados señala claramente la fluctuación. En una primera fase, Trump-Biden, la ventaja del republicano sobre el demócrata era evidente y acentuada. El repuesto por Harris provocó un roce favorable a la primera hasta que ésta pareció, a principios de octubre, despegar mientras Trump retrocedía. Todo ello con márgenes pequeños de 2, 3 o 4 puntos de distancia, y, por tanto, la mayoría dentro del margen de error de las encuestas. Ahora, según la última encuesta, que se ha hecho pública el 15 de octubre, Trump ha vuelto a recuperar el primer puesto sobrepasando a la candidata demócrata.
De acuerdo con estos resultados, en estos momentos Trump ganaría 312 votos electorales de los 270 que necesita para ser proclamado presidente, mientras que Harris se quedaría con 226. De hecho, la victoria demócrata parece concentrarse en los estados costeros del Pacífico y del Atlántico Norte, puesto que a partir de Carolina del Norte hacia abajo las victorias son para los republicanos o parecen más claras para ellos. A partir de estas dos franjas costeras, todo el conjunto de EE.UU., con escasas excepciones, se tiñe de rojo, el color de los republicanos. Las excepciones serían Illinois, Colorado, Nuevo México y, tal vez, Minnesota.
De todos modos, como se reitera en todos los comentarios, la cuestión se decide en los siete estados clave: Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada. Estos son los estados péndulos y hacia donde se inclinen marcarán la victoria. De todos ellos, el más decisivo es Pensilvania, puesto que, por el número de votos electorales que aporta, es la vía más rápida a la victoria. Y, precisamente, en este estado es donde hay un riguroso roce. En Michigan es más probable la victoria de Harris, pero en todos los demás, con ventajas distintas, se impone al candidato republicano y de forma clara a Arizona, Nevada y Georgia.
Pensilvania por sí sola aporta 19 votos electorales, que son muchos; Carolina del Norte 16, los mismos que aporta Georgia; Michigan 15, Wisconsin 10, Arizona 11 y Nevada 6. Según cómo se combinen las victorias y quién saque el mayor número de votos electorales de este conjunto, se llevará la presidencia de EEUU.
De momento, los demócratas solo tienen victorias claras en 17 o 18 estados, que podrían crecer hasta los 21, quizás alguno más. La proyección de estos resultados sobre las elecciones al Senado, donde se renueva, indicaría que en la cámara alta de EEUU habría mayoría republicana.