No debe perderse de vista que la agenda de conflictos bélicos que estallan a las puertas de Europa no se limita a Ucrania e Israel .
A finales de septiembre las fuerzas armadas de Azerbaiyán invadieron el enclave del Nagorno-Karabaj (Artsakh) habitado por armenios cristianos desde hace casi dos mil años.
Inmediatamente se produjo un éxodo masivo de esta población que dejó el territorio vacío de sus más de 120.000 habitantes, sin que los gobernantes de Europa hicieran nada y ante una opinión pública totalmente ausente.
El corredor de Zangezur
Sin embargo, muchos analistas dudan de que la agresión de Azerbaiyán se limite a tomar el control por la fuerza de los territorios en litigio desde el fin de la Guerra Fría. Efectivamente, después de conquistar el Nagorno-Karabaj, la atención de Baku parece dirigirse hacia el corredor de Zangezur, una lengua de tierra internacionalmente reconocida como armenia que separa al Nagorno-Karabaj de un enclave azerí no conocido como Nakhchivan.
Viendo la situación de Zangezur sobre el mapa, no cuesta nada entender el valor estratégico que tiene para Azerbaiyán.
Si, llevado por sus recientes éxitos militares en el Nagorno-Karabaj, el presidente azerí Ilham Alíev decide abrir un segundo acto asaltando el corredor de Zangezur, el riesgo de escalada regional en el Cáucaso sería más elevado que nunca: más allá de Armenia y l ‘Azerbaiyán, la región tiene un interés estratégico para tres potencias regionales: Rusia en el norte, Turquía en el oeste e Irán en el sur y el este.
Francia envía armamento
Sin embargo, dos países occidentales contemplan la situación con preocupación: se trata de Francia y de Estados Unidos, que acogen las principales diásporas armenias después de Rusia.
El primero de estos dos estados, y principal potencia militar de Europa, anunció el lunes 23 de octubre la venta de equipamiento militar a Armenia, incluyendo radares de defensa aérea y equipos ópticos y electrónicos. Además, ambos países han firmado también la apertura de un proceso para adquirir misiles de defensa aérea de corto alcance Mistral.
Durante los recientes enfrentamientos, una de las principales carencias de las fuerzas armenias frente al ejército azerí fue la superioridad tecnológica del atacante, en particular gracias al papel de Turquía en materia de aeronaves no tripuladas (“drones”).
La ayuda francesa incluirá igualmente el envío de un asesor militar de alto nivel para el gobierno armenio y prestaciones de entrenamiento y auditoría del sistema de defensa aérea del país.
París ya ha enviado un agregado de defensa a su embajada en Yerevan y ha abierto un consulado en el corredor de Zangezur.
En rueda de prensa, el ministro de defensa francés Sébastien Lecornu afirmó a su homónimo armenio Suren Papikyan que “aunque no formamos parte de las mismas alianzas militares y políticas, asumimos esta relación en materia de defensa, que se basa en el simple principio de que debéis poder defenderos vosotros y vuestra población civil”.
La maniobra abierta por París se inscribe en un contexto de degradación de las relaciones entre Armenia y su valedor tradicional, Rusia. El primer ministro armenio, el reformador Nikol Pashinyan, en el poder desde el 2018, ha hecho esfuerzos por alejarse de Moscú y ha declarado recientemente a Politico que ya es hora de que Armenia deje de depender de Rusia para su protección.
A nadie se le escapa que si el presidente ruso Vladimir Putin se ha mostrado poco dispuesto a defender los intereses armenios desde que Azerbaiyán inició sus maniobras para hacerse con el control del Nagorno-Karabaj en el 2020 es en parte para la agenda política moderadamente pro-occidental de Pashinyan.
La posibilidad de una invasión de Armenia a gran escala
Por su parte, el secretario de estado estadounidense Antony Blinken ha apuntado recientemente que la Casa Blanca teme la posibilidad de una invasión de Armenia a gran escala por parte de Azerbaiyán y de su aliado turco, que podría fijarse como objetivo final, no ya el corredor de Zangezur, sino la propia capital, Yerevan.
Estados Unidos efectuaron las primeras maniobras conjuntas con tropas armenias precisamente la semana en que Baku lanzó su ofensiva final contra el Nagorno-Karabaj.
Armenia es consciente de que lo que está cada vez más en juego es su propia supervivencia. El presupuesto de defensa del país se ha prácticamente multiplicado por dos desde el año pasado y se espera que llegue a los 1.400 millones de dólares en 2024. Las fuerzas armadas del país se reconstituyeron prácticamente para hacer frente a la amenaza que ya es de carácter existencial.