Los modelos de predicción señalan que existen muchas probabilidades de que a partir del sábado llegue a Catalunya una Dana (depresión aislada en niveles altos) que marcaría un contrapunto en la semana del 28 de agosto al 2 de septiembre. En esta semana habrá todavía restos de inestabilidad que irán a menos en el Cantábrico y en Baleares y pueden dar lugar a precipitaciones en el extremo norte de Cataluña y también el miércoles en el área central costera catalana, y se mantendrán moderadas las temperaturas.
Sin embargo, todo esto cambiará el día 2 de septiembre si se confirman las previsiones de los modelos, que señalan la generación de un chorro polar que descenderá hacia el sur, quedará descolgado y se situará en el noroeste peninsular y además podrá generar una situación de bajas presiones en el sureste, es decir en el Mediterráneo, y sería esta manifestación la que afectaría a Catalunya de forma plena a partir del sábado o el domingo y podría durar un par de días.
De hecho, toda la península se vería afectada por esta situación, si bien en el caso del Mediterráneo cabe recordar que la elevada temperatura del mar a consecuencia de los calores de este verano lo hace muy favorable, porque en contacto con aire frío atmosférico se produzcan importantes precipitaciones. Si los modelos se cumplen, dentro de la incertidumbre que siempre tiene la meteorología, tendríamos un inicio de otoño climatológico, que se inicia el 1 de septiembre, realmente muy movido porque la atmósfera se vería radicalmente alterada.
Todo ello señala que las posibilidades de que volvamos a calores muy intensos, si bien no imposibles, son reducidas porque cuando estos fenómenos hayan pasado habremos entrado ya de lleno en septiembre, la energía solar en la atmósfera se reducirá, así como las horas de sol y sólo por este hecho hace más difícil que las temperaturas se incrementen.
En todo caso, lo que hay que señalar es la necesidad de precaución por parte de todos este fin de semana y, en este sentido, algunas reglas muy sencillas es bueno que sean asumidas:
- Mantenerse informado de la evolución meteorológica. Es la única forma de tomar decisiones informadas. De entrada, prever para el fin de semana recorridos de alta y media montaña o desplazamientos importantes por carretera, por prudencia, deberían quedar descartados hasta que no se confirmara que la Dana no acabará produciéndose.
- También hay que evitar durante este período frecuentar rieras y ríos, que ahora pueden parecer insignificantes por la sequía, pero que se convertirían en peligrosos con las fuertes lluvias.
- Y, finalmente, si es necesario salir a la carretera por necesidad, algo que no es recomendable, es crucial extremar las precauciones.
Debemos cambiar el chip y aprender a vivir con un clima que, pese a la bondad del Mediterráneo, presentará puntas mucho más radicales y frecuentes que las habituales. Más oleadas de calor, muchas más noches sofocantes y períodos breves de precipitaciones intensas que pueden dañar la producción agraria y dificultar los desplazamientos y la actividad normal.
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