Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la viruela del mono emergencia de salud pública de importancia internacional ( ESPII ). Es el nivel más alto y en la actualidad solo tienen este calificativo la covid-19 y la polio.
De hecho, y según explica el catedrático de microbiología de la Universidad de Salamanca Raúl Rivas González, en los últimos 13 años sólo ha habido siete declaraciones de este tipo: el virus de la gripe porcina (2009), la poliomielitis (2014) que sigue vigente , el ébola del África occidental 2013-2016), el otro ébola (2018-2020), el virus Zika (2015-2016) y finalmente la covid-19. Cuando se realiza esta declaración se considera que se está ante un evento extraordinario y que la propagación internacional de la enfermedad requiere una respuesta internacional coordinada. Son recomendaciones temporales y se revisan cada 3 meses. O sea que a la entrada del invierno veremos si esta variante de la viruela mantiene ese nivel de amenaza o no.
Pero, ¿por qué ha sucedido este hecho, por qué preocupa tanto a la OMS? Hay que decir que no fue una decisión unánime, existe una parte del comité científico que no lo consideraba necesario, pero al final el máximo responsable de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, decidió que era mejor optar por la prudencia.
Cabe decir que la viruela del mono es una conocida de África central y allí se reportan de vez en cuando casos, pero la diferencia en este caso es la velocidad de transmisión y el número de casos que se han producido. De hecho, paradójicamente África es uno de los territorios en los que hay menos infectados. En la actualidad en el mundo existen, con datos del 24 de julio, 16.313 infectados, pero atención porque el 19% se concentran en España, 3.125, aunque el peso de la población española en el conjunto mundial es sólo del 0,6 %. Le sigue en importancia EEUU con 2.581 casos, pero por una población extraordinariamente mayor que la española. Alemania concentra 2.268, por 80 millones de habitantes y Reino Unido, que fue donde se detectaron los primeros casos, 2.213. Francia se sitúa por detrás con 721, e Italia, el otro gran país europeo, todavía presenta una menor incidencia, con sólo 407 casos.
¿Por qué España encabeza la lista y cuál es la explicación de que una enfermedad de difícil transmisión se haya propagado con relativa facilidad? La respuesta se encuentra en las comunidades más afectadas y en la forma en que se considera que se ha transmitido. La población de riesgo son aquellas personas que mantienen relaciones homosexuales y la transmisión se realiza cuando se mantiene un estrecho contacto. El crecimiento extraordinario y el hecho de que se concentre en unos países más que en otros, se debe precisamente a esta característica. Como muchos de estos contactos son fruto de relaciones de promiscuidad, en las que no existe ningún tipo de relación estable, e y en otros ni siquiera se conocían antes, el seguimiento de las cadenas de contagio se hace particularmente difícil. De ahí que rápidamente se haya dado paso a la vacunación de las poblaciones de riesgo que son este grupo de práctica homosexual más aquellas terceras personas que por una u otra razón, como la de convivencia, mantienen contacto con ellas.
Se han levantado voces contra esta nueva vacunación por una parte de población que siempre es reacia a las vacunas, a pesar de su utilidad. Pero también porque en este caso la que se utiliza no es específica para la viruela del mono, sino que corresponde al tipo que se utiliza para evitar contagio de la viruela humana. En este contexto, Cataluña es la segunda comunidad de España en número de casos, con más de 1.000, lo que, es lógico, guarda relación con la importancia de los colectivos de hombres que mantienen relaciones con otros hombres. De hecho, Cataluña a escala global ocuparía el séptimo lugar entre los estados del mundo, precedido de la Comunidad de Madrid, que todavía presenta mayor número de afectados.
La viruela del mono no es en principio y hasta ahora una enfermedad que comporte riesgos importantes para la vida. Para la salud, para la incapacitación temporal sí, pero no es una enfermedad grave. El problema añadido es que la propia OMS no tiene claro la capacidad de mutación de este virus. En mayo aseguró que no había tendido a cambiar y que presentaba una capacidad de mutar muy baja. Pero un mes después, de acuerdo con los análisis efectuados por el Instituto Nacional de Salud de Portugal ( INSA ), se comprobó que la viruela del mono había mutado de forma sorprendentemente fuerte y que había al menos 50 diferencias con los virus de 2018 y 2019. Se considera que este número es entre 6 y 12 veces mayor de lo que teóricamente se había esperado para este tipo de patógenos, según las estimaciones anteriores. Por tanto, la idea de que muta poco está lejos de ser confirmada y más bien la observación va en el sentido contrario, así como una posible adaptación humana.
Todo esto ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine . ¿Qué significa? Pues no está claro, pero evidentemente existen dos riesgos en el escenario si no se consigue contener su rápida evolución. Uno de ellos es que esa mutación la haga más peligrosa por sus consecuencias o por la facilidad de transmisión, por ejemplo, que pudiera contagiar a través del aire. La otra es que se adapte muy bien al organismo humano y quede como un problema recurrente sobre todo en el mundo occidental y en particular en Europa y EE.UU.