Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) son claros sobre la salud de la industria española en la actualidad. Después de seis años consecutivos de crecimiento sufre su mayor descenso desde 2009, cuando cayó un 16,2% en plena crisis del ladrillo. La caída del 9,1% en 2020 del Índice General de Producción Industrial (IPI) revela los datos desoladores de los efectos de la pandemia en España.
Así, todos los sectores sufrieron un recorte de producción en 2020, aunque con distinta intensidad. Los descensos más significativos se dieron en los bienes de equipo y en los bienes de consumo duradero, con bajadas del 15,4% y del 13,5%, respectivamente. Les siguen los bienes intermedios, con un retroceso de su producción del 7,8%; los bienes de consumo no duradero (-6,5%), y la energía (-6,2%).
En este sentido, la otra industria de España, la turística, ha quedado aún más afectada. La pandemia de coronavirus ha pulverizado la industria turística de España, tan vital para el país y las llegadas cayeron a 19 millones en 2020, frente a los casi 84 millones de visitantes del año anterior. Antes de la pandemia y las restricciones de viaje impuestas debido al coronavirus, el turismo representaba un 11% del PIB de España, de 1.100 billones de euros, por lo que es una de las industrias líderes del país. Durante mucho tiempo España se ha clasificado entre los tres principales destinos turísticos junto con Francia y Estados Unidos.
Pero los datos del INE también revelan aquí una caída considerable: los ingresos obtenidos por España gracias a turistas extranjeros se desplomaron en 2020 a apenas 20.000 millones de euros (24.000 millones de dólares), un 79% menos que los 92.000 millones de euros recibidos en 2019.
Un posible periodo de crecimiento intenso económico con la frenada de los contagios del Coronavirus podrían mejorar las previsiones a corto y medio plazo del gobierno y de las instituciones europeas.