El impacto de la tercera ola está resultando grave y peligroso en la mayor parte del territorio español, muy por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, que es el umbral establecido por la UE para señalar las zonas críticas de Europa
En Cataluña es muy posible que empiece un ligero descenso y que, por tanto, las elecciones se produzcan en un marco de cifras de contagio peligrosas, pero claramente menores que las del día de hoy, si se cumplen las previsiones sobre la mutación B117, la llamada británica, aunque no está claro que tuviera en ese país su origen. Para el 14 de febrero las situaciones de los hospitales y las UCI continuarán en estado crítico , porque registran el alivio con 10 a 15 días de retraso en relación con el índice de contagio.
El famoso programa de vacunación está fallando con una doble evidencia. Primero porque no hay tal programa, no se hacen públicos los grupos a vacunar, los plazos, ni los lugares de vacunación. Por ejemplo, los médicos que no trabajan en la sanidad pública no han sido vacunados, con escasas excepciones. Y a esta carencia se le añade el incumplimiento por parte de las farmacéuticas de las cifras de vacunas que debían llegar. Si este hecho se confirma y no se resuelve rápidamente, la quiebra de crédito de la Comisión Europea será brutal, porque se habría demostrado incapacidad e impotencia a pesar de su extraordinario peso económico. En todo caso, aunque recuperen los ritmos de vacunación, es evidente que de aquí al verano, apenas se habrá vacunado el 12-15% de la población en lugar del 70% anunciado por Sánchez y confirmado por la Generalitat. Y este hecho se producirá, no ya por el retraso en llegar las vacunas, que evidentemente empeoran el escenario, sino porque los ritmos alcanzados no permitían cumplir con ese objetivo.
Sobre este escenario planea la cuarta ola, a consecuencia del B117, la mutación británica. En este momento se considera que del orden de un 7 % de los casos ya tienen este origen. Lo que preocupa no es la cifra, sino el hecho de que 30 de los 75 casos detectados no responden a ningún viaje a Gran Bretaña ni relación con alguna persona que tuviera aquella procedencia, por lo tanto es transmisión comunitaria, que significa que la mutación ya circula libremente entre nosotros. La previsión es que rápidamente se imponga a la variante actual y sea predominante en marzo, a principios o a finales, y entonces previsiblemente se desencadenará la cuarta ola. Lo hará una vez más sin que los hospitales se hayan recuperado y, por tanto, se multiplicará la fatiga de personas y recursos.
Esta expectativa tampoco hará posible que el alivio del actual número de contagios dé pie a una normalización relativa de la actividad económica, porque la amenaza del B117 y la escasa vacunación lo harán imposible. En otras palabras, todos los sectores que van sufriendo económicamente continuarán en esta situación que, por su duración, previsiblemente les provocará una asfixia insuperable, que sólo es posible superar con importantes ayudas económicas.
De ahí que el interés primordial de la campaña electoral sea saber a qué se comprometen los partidos ante este escenario que convierte el 2021 en un año también extraordinariamente difícil para la economía, y trágico para la salud.
Además, es imperativo resolver problemas cronificados, como la vulneración de los derechos de las personas mayores en las residencias que, en nombre de su seguridad, restringen sus derechos constitucionales. Este es un hecho muy grave que pasa desapercibido, si bien ya empiezan a haber respuestas, como la plataforma Las Estrellas Silenciadas. La otra grave discriminación es la que están sufriendo los médicos que actúan en primera línea pero que no pertenecen al ICS, sino que trabajan para las mutuas. Pese a que su riesgo es tan importante como el de los médicos de la sanidad pública, la vacunación es casi inexistente.
En todo esto hay una grave negligencia del Colegio de Médicos de Barcelona y de su presidente , Jaume Pedrós .
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