Después de un mes y medio de silencio desde que se produjeron en España los primeros casos de coronavirus, a principios de febrero, el gobierno de Cataluña ha hecho una comparecencia para no decir nada que ya no conociéramos y que no se estuviera haciendo.
Hoy 11 de marzo ha comparecido el presidente Joaquim Torra acompañado de la Consejera de Sanidad, Alba Vergés, y del Consejero de Interior, Miquel Buch, para explicar la situación en Cataluña y anunciar las medidas que el gobierno catalán ha decidido tomar.
Las intervenciones, sin embargo, se han reducido a presentar lo que ya había anunciado el gobierno español.
Concretamente, la suspensión de los eventos que congreguen a más de 1.000 personas y limitar a un tercio de la capacidad aquellos que se sitúan por debajo de esa cifra. También la suspensión de todas las prácticas docentes en todo el ámbito de la salud. Han anunciado que estas medidas entrarán en vigor a partir de este jueves, lo que ya había sido anunciada ayer por el Ministro de Sanidad, Salvador Illa. La única novedad puede ser que se extenderán a lo largo de 15 días. Como única cosa específica se ha apuntado que se aprobará una partida económica extraordinaria para reforzar el sistema de salud, por otra parte evidente dado el mayor gasto que se está produciendo, y el hecho de que se esté trabajando con un presupuesto prorrogado.
De la rueda de prensa también se desprende que hasta este momento Cataluña sólo está en fase de prealerta. Es escandaloso que esta sea la calificación oficial en el ámbito de la administración catalana, cuando ya hace días que se constata la dimensión del problema.
El resultado de todo ello es lamentable porque demuestra la falta de iniciativa y capacidad del gobierno de Cataluña, tanto por el retraso como por la ausencia de medidas específicas. Una de las omisiones más importantes en esta comparecencia es que no ha habido ninguna referencia a medidas económicas que puedan paliar el fuerte impacto que ya está teniendo, especialmente en el sector del turismo y la hostelería y de los trabajadores autónomos, que en algunos casos es dramático porque no tienen la protección de la que disponen los asalariados.
Cabe recordar que la naturaleza del impacto económico que está generando el coronavirus resulta particularmente adversa para aquellas economías que tienen una estructura sectorial más intensiva en manufacturas y dependen más de la exportación. Como es el caso de China, Japón, Alemania o Italia, y también de la economía catalana, que es esencialmente exportadora. Este hecho y la importancia del turismo determinan un enorme impacto sobre el que la Generalitat aún no ha dicho nada y lo remite al futuro.
Las intervenciones de la consejera de Sanidad son más preocupantes que otra cosa, porque de manera irresponsable ha afirmado que «estos 15 días (se refiere a la limitación de actos masivos) nos ayudarán a controlar muy bien esta epidemia«. Todo el mundo sabe, de acuerdo con los modelos y previsiones, que el crecimiento del número de afectados, y por lo tanto los casos que hacen necesario el ingreso hospitalario y de las muertes, continuará creciendo al menos tres semanas más. En la más optimista de las previsiones, la curva casi vertical de crecimiento comenzaría a estabilizarse mucho más allá de estos 21 días. Querer sortear esta evidencia científica es un error que llevará al descrédito y la pérdida de confianza en las declaraciones que pueda ir haciendo el Departamento de Sanidad. Referirse a «controlar» la situación en 15 días es simplemente increíble.
La Generalitat de Catalunya está perdiendo la oportunidad de presentar un plan más eficaz que lo que está llevando a cabo el gobierno español, pasando de la contención pasiva a la activa a fin de detectar el elevado número de casos que hay y sus correspondientes focos que están fuera de todo control porque no están identificados. Cuando el gobierno central constata que el COVID-19 se ha descontrolado, mostrando así la escasa eficacia de la contención pasiva, Cataluña debería poder presentar resultados mejores basándose en esta otra estrategia de contención, que es por ejemplo la que se está aplicando con éxito desde hace más de 30 años en control de la propagación de los focos de los incendios forestales.
La expansión del Coronavirus demuestra la falta de iniciativa y capacidad del gobierno de Cataluña, tanto por el retraso como por la ausencia de medidas específicas Share on X