Las fundaciones educativas vinculadas al Opus Dei son de las pocas organizaciones, si no las únicas, que apuestan por la educación diferenciada en Cataluña. La educación diferenciada no es solamente un modelo educativo amparado por la constitución, sin o que, además demuestra buenos resultados académicos, especialmente entre los varones.
A pesar de eso, es sabido que la actual Conselleria d’Ensenyament catalana (Consejería de Educación, en castellano) tiene en el punto de mira este modelo de escuela. Ligado al decreto que ha presentado recientemente la Generalitat, que afecta a la oferta educativa y el derecho de admisión, la escuela diferenciada sería una de las que más perjudicadas saldría en el ámbito de la escuela concertada.
Esos ataques que está sufriendo desde las instituciones -el Gobierno español no es una excepción- se ha trasladado a la calle y grupos radicales atacan la presencia de estos colegios. Es el caso del Colegio Viaró de Sant Cugat, un colegio de educación diferenciada masculina de referencia en la ciudad condal, que recientemente ha visto pintadas alrededor de sus instalaciones como se puede ver a continuación realizados por grupos del feminismo radical.
Cabe reflexionar sobre la responsabilidad de las administraciones públicas, que ponen a estos centros en el centro de la polémica sin que ellos tengan nada que ver con las polémicas políticas que desde ciertos sectores interesa promover.
No es la primera vez que la educación diferenciada está bajo el palio de la sospecha, cuestionada por quienes no creen en un verdadero pluralismo educacional. Se trata de un modelo que enriquece el abanico de posibilidades educativas de la sociedad, sin crear discriminación alguna.
Las sentencias reconocen la legitimidad de dicha modalidad educativa, aunque mantienen que la vigente ley (aprobada en la legislatura de Zapatero) la excluye para mantener conciertos de financiación pública. Por ello, debemos tener claras algunas cosas trascendentales y básicas del derecho a la educación: a) es un derecho-prestación que habilita para recibir la enseñanza, y b) es un derecho-libertad que obliga a respetar la libertad de los padres.
El fin último de la educación diferenciada no es separar niños y niñas, sino adaptar los medios educativos a los diferentes ritmos de aprendizaje para conseguir una igualdad de oportunidades real, sin limitar sus capacidades, ni condicionar sus opciones de futuro. La educación diferenciada ofrece a ambos sexos las mismas oportunidades educativas, al disponer del mismo currículo, de unas instalaciones escolares de calidad y de personal docente igualmente calificado.
Es una forma de escolarización más dentro del sistema educativo con unas fortalezas y beneficios propios. Numerosos países de nuestro entorno reconocen su aportación. Algunos de los más avanzados, como Alemania, Estados Unidos o Dinamarca, incluso ofertan clases diferenciadas dentro de la escuela pública.
La educación diferenciada, un modelo con buenos resultados académicos
Datos estadísticos de Inglaterra confirman que los resultados académicos de enseñanza diferenciada son muy positivos: de las 10 mejores escuelas públicas (state schools), 4 (40%) son de chicos, 4 (40%) son de chicas y 2 (20%) son mixtas. Si comprobamos los resultados de las 50 mejores escuelas públicas del país: 15 (30%) son masculinas, 19 (38%) son femeninas y solo 16 (32%) son mixtas, es decir que un 68% corresponde a escuelas con educación diferenciada por sexo.
En el año 2002 en Estados Unidos, después de rigurosos estudios impulsados por el Departamento de Educación, se retiró la prohibición de optar por el modelo de educación diferenciada en la escuela pública. En los siete años posteriores se han superado el medio millar de centros públicos de estas características, con resultados muy positivos. El ex presidente Obama se pronunció públicamente a favor del modelo.
Son abundantes los ejemplos que demuestran que esta forma de organización escolar puede ayudar a combatir el fracaso escolar y fomentar la igualdad de oportunidades entre el alumnado recién llegado. En los barrios más desfavorecidos de Chicago, por ejemplo, solo uno de cada 40 alumnos afroamericanos llegaba a la universidad. A raíz de estas cifras tan preocupantes, nació el proyecto Prep Urban Project –instituto público para muchachos afroamericanos al que se entra por sorteo-. La cuota de éxito escolar de estos centros está por encima del 95%.