El servicio de estudios del BBVA ha hecho una estimación del impacto económico que tuvieron los disturbios después de la sentencia del 14 de octubre en la actividad económica catalana, utilizando como fuente básica de la información un dato directo como es la evolución del pago con tarjeta en los terminales del BBVA en Cataluña.
Esta metodología no es nueva. Otros grandes bancos, como es el caso de CaixaBank Research, también lo han usado en otras ocasiones.
A partir del comportamiento observado en el periodo que se estudia y su comparación con los años anteriores, se obtienen elementos para identificar el impacto. La limitación es que en este caso solo afecta a las tarjetas de crédito de uno de los grandes bancos y habría que ver cuáles son los datos de CaixaBank, pero en todo caso tiene significación.
La estimación indica que entre el 14 y el 30 de octubre, incluida la huelga general del día 18, tuvo un impacto sobre la economía que se puede situar entre los 250 y los 500 millones de euros. El comportamiento del gasto a 30 de octubre ya se había igualado al de 2017, pero todavía estaba por debajo de 2018 en lo que se refiere a los residentes de Cataluña, mientras que en relación con los extranjeros todavía se mantiene por debajo, sobre todo a partir del 18 de octubre.
Los costes personales y colectivos de los disturbios: universidades, transportes, costes penales |
El impacto económico de unos pocos días alerta sobre qué podría suceder en una situación de conflicto e incertidumbre de larga duración, en la cual con mucha probabilidad se producirían efectos multiplicadores que ahora no se han dado, pero que sí hemos vivido en el pasado, como cambios de sedes sociales de empresas, deslocalizaciones y fuga de cuentas corrientes.
El hecho de que para Cataluña el automóvil sea fundamental para su industria y que esta actividad trabaje con procesos de producción “just in time”, junto con la importancia de las plataformas logísticas con sede en Cataluña, alerta de un gran impacto en el tejido productivo del país.
