“¡Vaya lío que tenemos!” “¡Esto ya no hay quien lo entienda!” “¡Cada día una historia!” “¡Todo es política!” “Vamos sin rumbo” Son expresiones que están en nuestras conversaciones diarias. La crisis del coronavirus nos ha hecho expertos a todos en todo y en nada. Los que son expertos parece que tampoco lo son porque nos tienen totalmente desconcertados. No sabemos de quién fiarnos.
Nuestros políticos nos tienen hecho un lío. ¿Quién dice la verdad? Da igual dónde te encuentres, que aquí sí que cada uno cuenta según le vaya. ¿De quién nos fiamos? ¿Alguien nos puede aclarar qué es lo que pasa y cuál es la solución?
Los medios de comunicación tampoco parece que tengan una hoja de ruta clara. Informar sí, pero con veracidad, con seriedad y sin sensacionalismos. Se nos está olvidando –algo que en los meses del estado de alarma sí se consiguió- que detrás de cada cifra hay personas, hay dramas, hay historias de vida, hay sufrimientos. Ya se ha normalizado dar las cifras de los contagiados. Entra en la parrilla de los medios y en la escaleta cada día de forma fría. Tanto que los ciudadanos nos quedamos con el “hoy ha subido. Hoy ha bajado”.
Nos tienen hechos un lío. Lo que sabemos es por los medios de comunicación y las redes sociales y nuestros políticos, expertos en propaganda (cada día más evidente), los manejan estupendamente. Aquí hay que reconocer que lo están haciendo bien. Nos lían de tal manera con la actualidad de una pandemia que nos tiene en vilo a todos, que cada día estamos más confundidos y deprimidos.
Líos como la convocatoria de prensa el pasado viernes, 25 de septiembre, del ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el viceconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, a la misma hora. Se contraprogramaron.
Escenificaron un encuentro entre el presidente Sánchez y la presidenta Ayuso, simple postureo, donde nos quedamos con la puesta en escena de las banderas y poco más. El ministro Illa y el viceconsejero Zapatero reúnen a los medios para hablar de los mismos hechos y de los mismos datos, pero cada uno dice una cosa. Vergonzoso, podría ser uno de los calificativos de esta surrealista situación. Una descoordinación tan evidente que como sigamos así nos hundiremos todavía un poquito más.
¿De quién nos fiamos? ¿Por qué les interesan estos líos? Pueden ser muchas las respuestas, pero nos tienen confusos y no sabemos por dónde nos llevan, actúan a su libre albedrío. Nos distraen y los medios de comunicación y sus tertulianos dedican minutos a hablar de este descontrol y no tratar otros que son relevantes.
Así se pone en evidencia que ni en temas tan importantes y preocupantes como este virus (que está acabando con las personas y con la sociedad) el egoísmo de nuestros representantes políticos termina triunfando y los ciudadanos y sus problemas son secundarios. Miles de muertes, una crisis económica sin precedentes y nuestros políticos liándonos.
Hay poco tiempo de reacción. El virus se expande a una velocidad que casi no controlamos. En estos momentos no necesitamos más líos, ni enfrentamientos políticos que no llevan más que al sufrimiento, ni acusaciones que no llevan a ningún lado. Pedimos personas sensatas, honestas y responsables que piensen en el bien común. La política significa trabajar por el bien común. Ahora tenemos que estar unidos, y todos los que puedan ayudar bienvenidos sean.
Por favor, dejen de lado los intereses particulares y unámonos, porque nuestra vida, nuestro futuro, nuestro bienestar está en juego. No hagamos líos. Trabajemos por la confianza y la esperanza.
Nos lían de tal manera con la actualidad de una pandemia que nos tiene en vilo a todos, que cada día estamos más confundidos y deprimidos Share on X