Unos Reyes que no valoran la cultura cristiana

Unos Reyes que no valoran la cultura cristiana

A juzgar por sus actitudes, ejemplificadas este año en el modelo de felicitación navideña elegido por el Rey Felipe y la Reina Letizia, parece evidente que los monarcas tienen una baja sensibilidad o aprecio hacia la cultura cristiana. En un momento en el que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha generado controversia por “esconder” el Belén de la ciudad al trasladarlo del histórico espacio en la Plaza de Sant Jaume al interior del Ayuntamiento, resulta pertinente analizar cómo, de forma sistemática, los Reyes de España vienen adoptando una actitud similar en sus mensajes públicos de felicitación navideña.

Desde la primera felicitación navideña de la Casa Real en 2020, que utilizó una imagen artística religiosa, cada año se ha evitado cuidadosamente cualquier iconografía con referencias cristianas. Esta exclusión deliberada de símbolos religiosos y culturales propios de la Navidad refleja un distanciamiento que, más allá de la fe, implica un desprecio por una tradición profundamente arraigada en la sociedad española.

La felicitación de este año es un ejemplo más de este enfoque. La imagen elegida muestra a los Reyes junto a sus hijas en una fotografía que bien podría servir para cualquier ocasión, desde un evento familiar hasta un acto institucional. Además, los vestidos de manga corta de las mujeres no evocan en absoluto la estación navideña. El único indicio de que se trata de una felicitación navideña es la inclusión de las palabras “Feliz Navidad” en el mensaje que acompaña a la imagen. La poesía de Francisco Pérez que se incluye tampoco alude a la dimensión cultural o espiritual de estas fechas.

La Constitución y el reconocimiento del hecho religioso

La Constitución española define la aconfesionalidad del Estado, estableciendo que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Sin embargo, también reconoce el valor del hecho religioso en el artículo 16.3, que señala: “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.” Esto no solo implica proteger dichas creencias, sino también respetarlas y valorarlas, con un énfasis particular en la Iglesia Católica debido a su relevancia histórica y cultural.

Por tanto, felicitar la Navidad con una imagen clásica de un Belén o alguna alegoría religiosa del gran Patrimonio artístico de este país, no solo es perfectamente constitucional, sino que además tendría una mayor calidad cultural que una simple foto familiar. Una representación más simbólica e intelectualmente relevante sería mucho más adecuada y apreciada por los ciudadanos.

Tres dimensiones de la Navidad

La simbología asociada a la Navidad, sobre la cual los Reyes envían su felicitación, tiene tres dimensiones que merecen respeto y que Felipe y Leticia no valoran omenosprecian sistematicamente:

  1. La dimensión religiosa: La Navidad celebra el nacimiento de Jesús, el Cristo resucitado, que anuncia la Buena Nueva. Esta dimensión es una cuestión de fe y, aunque no todos compartan esta creencia, su importancia trasciende lo religioso y se manifiesta en tradiciones compartidas por la sociedad.
  2. La dimensión popular: El Belén y otros símbolos navideños tienen un carácter profundamente popular. Es el pueblo quien crea los belenes en los hogares, en los espacios públicos y en forma de representaciones vivientes. Estas tradiciones, que unen a las comunidades y reflejan el espíritu colectivo de los pueblos de España, parecen no despertar el interés de los Reyes actuales.
  3. La dimensión cultural: La Navidad, y en particular el Belén, tiene una dimensión cultural extraordinaria. Las representaciones del nacimiento, la adoración de los Reyes Magos y otros momentos asociados a estas festividades son manifestaciones artísticas de altísimo nivel, abarcando escultura, pintura, literatura, tapicería y más. Estas expresiones forman parte del patrimonio cultural español y, aunque su valor trascienda la Navidad, es en esta época cuando adquieren una especial relevancia.

La actitud de los Reyes: entre laicismo y exclusión

La postura de los actuales monarcas refleja un criterio del laicismo de la exclusión cultural, que para borrar todo vestigio cristiano “para ser inclusivos”, excluyen componentes básicos de nuestra cultura. Es una actitud  más próximo al ateísmo práctico que a una neutralidad respetuosa. Esta actitud no les es exigida por la Constitución, que permite y fomenta la valoración del patrimonio religioso y cultural. Al confundir el significado religioso con la tradición popular y la dimensión cultural, los Reyes desatienden elementos fundamentales del legado histórico y artístico de España.

Majestades, menos fotos de familia ―a la que ya conocemos de sobra― y más valoración de la tradición popular y la cultura que representan a este país. Una felicitación navideña no debería ser una oportunidad perdida para honrar lo que realmente significa la Navidad en todas sus dimensiones.

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