Se abre la primera crisis de la presidencia Biden por su contradictoria gestión de la inmigración

Esta semana, altos responsables de la administración de Joe Biden están de viaje en México y Guatemala para tratar de poner fin a una situación cada vez más tensa en la frontera entre los Estados Unidos y su vecino del sur.

En efecto, los centros de acogida estadounidenses de Texas están desbordados. También se ha detectado un aumento espectacular de inmigrantes menores no acompañados, a veces de menos de diez años, desde que Biden declaró que el país no impediría la entrada a este colectivo.

El nuevo Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, piensa que los Estados Unidos podrían hacer frente a la mayor crisis de inmigración ilegal de las últimas dos décadas.

Tanto Mayorkas como Biden han insistido en señalar que la culpa de la actual crisis la tiene la administración previa de Donald Trump. Una afirmación que los Republicanos niegan rotundamente.

Mensajes equívocos de Biden

Biden ha pedido expresamente a los inmigrantes que se plantean entrar en los Estados Unidos de forma clandestina que no se acerquen a la frontera.

Pero el problema es que se trata de un mensaje totalmente contrario a lo que su equipo de campaña proclamó, así como a sus primeros pasos políticos en materia de inmigración.

Primeramente, en la advertencia de su administración a los inmigrantes se excluyó explícitamente a los menores de 18 años. En segundo lugar, Biden había anunciado hacía unas pocas semanas que estaba preparando la legalización de once millones de inmigrantes irregulares actualmente dentro del país.

Así pues, el mensaje que realmente llegó a los inmigrantes no fue exactamente “no se acerquen”, sino más bien: “procedan con precaución”, como afirma el investigador Matthew Continetti del think tank American Entreprise Institute.

Independientemente de su contenido, la posición de Trump en materia de inmigración era clara y conocida por todos.

La de Biden es más que nunca un misterio: después de insistir a bombo y platillo que suprimiría la política de inmigración de Trump, ahora suplica a los inmigrantes para que no intenten entrar en Estados Unidos.

Medidas en favor de puertas abiertas

Biden ha desmantelado las restricciones introducidas por Donald Trump a la inmigración que llega de forma clandestina por la frontera sur del país.

Entre las medidas revocadas con gran pompa durante los primeros días de la presidencia de Biden figuran la de hacer esperar a los demandantes de asilo en territorio mexicano mientras que los Estados Unidos revisan sus papeles y justificaciones.

La administración demócrata también suprimió el plan de Trump llamado “Tercer País Seguro”, que permitía a los demandantes pedir el asilo en el primer país al que llegasen después de salir del suyo.

En lo que respecta al famoso muro de Trump, su construcción terminó abruptamente cuando llegó la orden presidencial de Biden. Un tramo al que tan sólo le faltaban 17 millas para estar completo se dejó tal cual la medianoche del 20 de enero.

Curioso detalle: mientras tanto, el Capitolio de Washington DC sigue estando rodeado de alambre de espino.

Los sondeos indican ya que la inmigración es el punto débil de Biden: en un sondeo de hace ya 15 días (antes de que la crisis escalara), tan solo un 52% de los encuestados aprobaban su gestión de este ámbito.

El contraste con el 67% que se mostraba satisfecho con su gestión de la pandemia de Covid-19, o con el 60% que aprobaba sus planes económicos es evidente.

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