¿Quién ganará las elecciones generales de 2023? El escenario a principios de año

El 2023 será un año furiosamente electoral, con elecciones autonómicas en la mayor parte de comunidades y municipales, y todo culminará con las elecciones generales en otoño, donde Sánchez se jugará su continuidad.

Falta mucho tiempo y, por tanto, pueden pasar muchas cosas, pero al mismo tiempo es necesario conocer el escenario cuando el 2023 acaba de estrenarse. Y éste envía unas señales claras. Observemos:

En las medias mensuales 2021-2022 actualizadas a 26 de diciembre que calcula Electocracia, el primer puesto con clara ventaja corresponde al PP con el 30,9% de los votos, mientras que el PSOE sólo alcanza el 25,9%. Son 5 puntos de diferencia, lo que hace que el PP se sitúe entre los 133 y 135 escaños, mientras que el PSOE apenas llegue a los 100.

Por su parte, Vox se mantiene en su nivel del 15%, concretamente 15,5%, lo que le proporciona entre 48 y 50 escaños. Mientras que UP apenas llega al 10% con 23 o 25 escaños. Más País no se mueve de su umbral habitual del 2,5% de los votos que le proporcionan entre 2 y 4 diputados.

Si observamos esta media de sondeos miramos ahora las últimas encuestas celebradas entre el 29 de diciembre y el 2 de enero, vemos que la situación es prácticamente la misma. Las encuestas de Data 10, El Debate, Sigma Dos, Sociométrica y Celeste Tel señalan entre 131 y 135 escaños para el PP y siempre por debajo de 100 a los socialistas, excepto la de Celeste Tel que le da 101 escaños. Una coherencia similar se ve en los resultados de Vox que oscilan entre los 45 y los 52 diputados. UP se mueve entre los 22 y 25.

Se puede constatar pues que la media y, por tanto, la tendencia larga observada entre 2021 y 2022 coincide con las encuestas llevadas a cabo a principios del actual año. El resultado está claro en este sentido: el PP solo obtendría más escaños que la suma del actual gobierno entre socialistas y podemitas, si bien los populares necesitarían a Vox para superar con claridad la mayoría absoluta.

Pero esto no significa que el juego esté ya cerrado. De momento, no parece que la última iniciativa de Sánchez haya tenido un impacto electoral que pueda modificar las cosas, pero es evidente que el gobierno español dispone de abundancia de recursos fruto de la gran recaudación fiscal incentivada por la inflación y los fondos europeos.

Por otra parte el año se presenta lleno de enigmas: cómo evolucionará la inflación, especialmente la subyacente, la guerra de Ucrania, la amenaza de recesión o contracción de la economía simultáneamente en EE.UU., China y Europa que ya ha anunciado el FMI… Son muchos los factores que pueden influir a favor o en contra del gobierno, si bien éste parte de la desventaja de que debe remontar.

La tendencia de los últimos meses, concretamente desde septiembre, es descendente para el PP, que ha perdido desde su máximo, 1.6 puntos, mientras que el PSOE, que registró su mínimo también en ese mes, ha mejorado en 1,7 puntos. Obviamente, si la tendencia persistiera en el tiempo, los socialistas acabarían superando a los populares, pero eso no parece ni mucho menos claro. La evolución de la última semana señala precisamente que el partido de Sánchez es el que pierde más votos, concretamente un 0,8% y, por tanto, la tendencia ahora sería decreciente. En este último período de tiempo el único partido que registra una mejora clara es Vox, que aumenta 1 punto su resultado.

Hay en todo ello el enigma del nuevo partido de Susana Díaz. Si consigue hacer un gran acuerdo con UP y todos los grupos pequeños, y van a las elecciones en unidad, pueden mejorar los migrados resultados de UP. Si este hecho no se da y se presentan por separado, puede darse prácticamente por garantizado que Sánchez perderá el gobierno.

En definitiva, los socialistas deben recuperar hasta finales de año 1 millón de votos. 1 millón de ciudadanos deben decidir salir de la abstención o cambiar su opción electoral para elegir la de Sánchez. No es fácil.

En este sentido, es muy determinante lo que ocurra en las municipales y autonómicas. Si los socialistas salen reforzados abordarán la fase final con los grandes recursos de gobierno más una ola de optimismo. Por el contrario, si pierden, la carrera pendiente abajo será imparable. En el escenario que el PSC conquistara el Ayuntamiento de Barcelona sería una inyección de moral. Por tanto, votar a Collboni significa jugar a fondo la carta de Sánchez. Así están las cosas.

El balanç de la situació econòmica, consideres que és bo tal com afirma el Govern?

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